Madrid se desangra a puñaladas. Sólo en este mes de noviembre 16 personas han sido apuñadas en la capital. Es decir, un herido por arma blanca cada dos días en las calles madrileñas. Y eso sin sumar los sucesos más leves o aislados que no se notifican a los medios de comunicación pero sí engrosan las estadísticas que se conocen a final de año.
De hecho, no ha habido una sola semana en que los servicios de emergencia municipales no hayan informado de una agresión de este tipo. Eso, sin contar los dos asesinatos machistas que se produjeron la semana pasada y que conmocionaron a la ciudad.
El listado de sucesos con machetes, puñales o cualquier tipo de arma blanca en este mes de noviembre negro podría empezar cualquier día. Sin ir más lejos, este pasado martes un hombre se presentó en una comisaría de Policía Municipal de Vallecas, cuchillo en mano, dispuesto a "matar un policía". Por suerte, este suceso se saldó sin heridos. Fue un rara avis en lo que ha sido el mes.
Tirando simplemente de hemeroteca, y de las informaciones de Emergencias Madrid, se constata que ha habiado un aumento significativo de la criminalidad callejera en estos 30 días y eso que las cifras oficiales insiten en que se está conteniendo la violencia en la vía publica.
El propio delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, también ha quitado hierro al asunto y ha destacado que en lo que va de año la Policía Nacional ha detenido a 1.500 pandilleros en Madrid y se han realizado 35.000 actuaciones en el marco del dispositivo anti bandas emprendido por la Jefatura Superior de Policía y la Comandancia de la Guardia Civil.
También destacó que el año pasado se produjeron seis crímenes por la acción de las bandas juveniles, pero en lo que llevamos de año solo se ha contabilizado uno.
Menores implicados
Pero la cróncia negra arrancó el mes con un oscuro suceso a las puertas de un instituto. Una chica de 16 años y hermano de 14 fueron detenidos por apuñalar y apedrear, respectivamente, a dos chicos de 14 años en Usera. Ocurrió sobre las 14.30 horas en el número 3 de la calle Avena, al terminar las clases en el IES Pradolongo, donde todos los implicados estudian.
Poco después y en un parque cercano, también en Usera, una joven colombiana de 16 años rajó con un cuchillo en la axila a un chico guineano de 14 años y huyó del lugar. Varias personas le socorrieron y le llevaron a un centro de salud cercano.
Solo dos días después, Madrid se despertó con la noticia de una reyerta en la discoteca Nazca, situado en los bajos de Azca, en el distrito de Tetuán. Fue la madrugada del día 4, sábado.
La pelea terminó con siete heridos, uno de ellos potencialmente grave por un traumatismo craneoencefálico. Tres hombres acabaron en el hospital por presentar heridas de arma blanca. Uno, de 45 años, recibió un corte leve en la ingle. Otro, de 27, recibió una puñalada en la parte izquierda del abdomen.
Solo 10 días más tarde, este enclave madrileño volvió a ser testigo de una pelea que se salvó con un apuñalado y cuatro detenidos. Ocurrió un lunes 13 de noviembre a las 9 de la mañana cuando tres individuos iniciaron una pelea en el interior de una sauna VIP que hace las veces de after.
Una vez fuera del local, los tres hombres arrancaron unas baldosas de la pared del pasillo y las empezaron a lanzar contra los porteros del local. Asimismo, uno de los alborotadores sacó un objeto punzante e hirió al encargado en un brazo, desgarrándole el bíceps.
Bates y armas blancas
Unas horas después de la pelea del Nazca el 4 de noviembre, en el distrito de Villa de Vallecas, un joven peruano fue víctima de una agresión grupal de "8 o 10" personas armadas con bates y armas blancas, según informó el agredido a la Policía Nacional.
Fue el camarero de un bar ubicado en la calle de Castrillo de Aza quién llamó a la Policía. Un grupo de jóvenes -uno de ellos herido y ensangrentado- afirmaban haber sido víctimas de una agresión.
Se trataba de un peruano de 25 años sin antecedentes que presentaba varias heridas de arma blanca, una de ellas en la espalda. Estaba consciente a la llegada del Samur y la Policía Nacional, y su vida no corría peligro. Fue trasladado al Gregorio Marañón.
La víctima y sus amigos explicaron a los agentes que un grupo de ocho o diez personas se presentaron en una cancha de fútbol, ubicada en la calle Monte de Montjuïc, después de una pachanga de fútbol. Por el momento, no hay detenidos por este suceso.
El quinto episodio de esta sangrienta saga fue el día 11, cuando un joven de 22 años fue apuñalado por otros dos de 18 en el distrito madrileño de Tetuán. La agresión tuvo lugar en la calle Salvia y el joven fue trasladado hasta el Hospital de la Paz, donde se encuentra estable, según ha informado un portavoz de la Policía Nacional a Europa Press.
Los jóvenes detenidos eran de nacionalidad marroquí, igual que el agredido: un varón de 22 años que pidió ayuda en plena calle. Precisamente, fue un vecino quien alertó a los agentes de seguridad después de escuchar sus gritos de auxilio y ver que tenía sangre en su ropa.
Mujer apuñala a su pareja
Las mujeres suelen protagonizar menos episodios violentos que los hombres, sin embargo, el 12 de noviembre una mujer apuñaló a su pareja en el madrileño barrio de Retiro.
Los sanitarios atendieron a un hombre de 48 años de edad que había resultado herido grave tras ser apuñalado en su propio domicilio. La policía nacional informó poco después de la detención de una mujer de edad similar. Ambos son de origen ucraniano.
Ocho días después la Policía detuvo a 10 jóvenes, tres de ellos menores de edad, que participaron en una multitudinaria pelea en el madrileño distrito de Villaverde. Tres personas resultaron heridas leves. Los investigadores indicaron que todo apuntaba a una pelea entre bandas juveniles.
Los hechos tuvieron lugar sobre las siete de la mañana en la calle Emilia Ballester. Dos grupos de jóvenes comenzaron a discutir y, poco después, a enfrentarse físicamente con machetes, cristales de botellas y hasta con cinturones.
Hasta el lugar acudieron varias patrullas policiales, que lograron arrestar a una decena de implicados acusados todos de un delito de riña tumultuaria.
El encendido de luces
La madrugada del 24 de noviembre, tras el encendido de las luces navideñas de Madrid se registraba otro incidente entre bandas en el que resultaba apuñalado un menor en el brazo tras una pelea entre un grupo de dominicanos y otro de magrebíes en plena Puerta del Sol. El susto para los rezagados que quedaban tras la fiesta de las luces fue increíble.
Noviembre terminaba, pero los sucesos no paraban de llegar. El día 28 un joven de 16 años resultaba herido grave tras ser apuñalado en la calle Topete del distrito de Tetuán. Los agresores le robaron un patinete. No ha habido detenidos aún.
Y el mes acabó con otro incidente en Malasaña. Cinco jóvenes encapuchados apuñalaron a un menor de 16 años en pleno centro de Madrid para robarle el teléfono móvil. La víctima presentaba una herida de carácter leve en el brazo.
Los hechos ocurrieron sobre las 20:50 horas del día 28, en la calle de San Andrés, en la zona de Malasaña. Al parecer, los encapuchados, posiblemente de origen dominicano, golpearon al menor sin previo aviso y le arrebataron el teléfono.
En un momento dado, con la víctima en el suelo, le atacaron con un arma blanca en el antebrazo. Los asaltantes se movían en patinetes eléctricos y huyeron a la zona de Chamberí.