Dilawar Hussain 'El Negro' pasa a disposición judicial por el crimen de Morata: las claves del triple asesinato
El detenido, de 42 años, se entregó de forma voluntaria el pasado domingo por la noche en el cuartel de Arganda del Rey.
24 enero, 2024 02:28Dilawar Hussain F.C., de 42 años, el asesino confeso de Amelia, Ángeles y Pepe Gutiérrez Ayuso, los tres hermanos que fueron hallados muertos en su casa de Morata de Tajuña ha pasado este miércoles a disposición judicial, tal y como informan fuentes de la Guardia Civil.
Así, una vez finalizada la actuación de la Guardia Civil en el caso, que ha generado mucha atención mediática por su rocambolesca historia, será ahora el juzgado el que decida qué pasará con este joven de origen pakistaní y resuelva la situación de los delitos que se le imputan
Fue hacia las 20:00 horas de este lunes cuando agentes pertenecientes al Grupo de Homicidios de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Madrid registraron la casa en la que se encontraba viviendo el presunto asesino. Se trataba de una casa baja de dos plantas situada en la avenida del Ejército número 41 de Arganda, en la que vivía con otros ciudadanos de origen pakistaní.
No es la única vivienda en la que había vivido Dilawar Hussain, pues también residió en un piso ubicado cerca del locutorio en el que trabajaba junto con otros hombres de origen pakistaní.
En el marco de la 'Operación Calvario', la Guardia Civil buscó pruebas en la casa de la avenida del Ejército y el arma supuestamente utilizada por el arrestado. Se trataría de un martillo o un elemento contundente utilizado para golpear hasta la muerte a los tres hermanos septuagenarios.
El estado de las víctimas indica que fueron víctimas de un calvario -de ahí el nombre de la operación y el hecho de que vivían en la Travesía del Calvario-, ya que presentaban golpes, apuñalamientos y quemaduras.
Por "60.000 euros"
Al parecer, 60.000 euros fue la deuda que habían contraído los hermanos Gutiérrez Ayuso con Dilawar Hussain. Un dinero que ellas le habrían enviado a su supuesto novio estadounidense en Afganistán, como venían haciendo desde hacía años.
De hecho, algunas versiones que circulan por Morata de Tajuña aseguran que las dos hermanas incluso llegaron a robarle dinero en efectivo a Dilawar Hussain, que acabó marchándose de su casa, pero no de sus vidas, pues les reclamaba cada vez con más agresividad su deuda.
Un amigo de la familia asegura que el pakistaní, ahora detenido en las dependencias de la Guardia Civil de Rivas-Vaciamadrid, regresó en el mes de febrero y se enfrentó a Amelia, amenazándola y hasta dándole con un martillazo en la cabeza, motivo por el que pasó unos meses en prisión. A su salida, Dilawar Hussain no tenía nada: ni dinero, ni un lugar en el que vivir. Así, muchas hipótesis apuntan a que fue al domicilio de los hermanos para reclamarles el dinero que decía que le debían.
Los detalles concretos para conocer exactamente cómo fue la agresión fatal de Morata se sabrán cuando se haga público el informe definitivo de la autopsia, pero el estado de los cuerpos, quemados y en avanzada descomposición, no está agilizando el trabajo.
El propio Dilawar ha relatado ya cómo ocurrió todo a la Guardia Civil, en cuyas dependencias permanece arrestado, aunque aún no se ha realizado la reconstrucción de los hechos en el domicilio de Ángeles, Amelia y Pepe en la travesía del Calvario de Morata de Tajuña.
Cuando los forenses acaben su trabajo, las víctimas serán enterradas en el panteón familiar en Morata de Tajuña.
Una estafa rocambolesca
La razón por la que estas hermanas estaban arruinadas es porque llevaban años siendo víctimas de una estafa del amor. Las mujeres estuvieron entre siete y ocho años enviando dinero a un supuesto militar estadounidense destinado en Afganistán con quien habían iniciado una falsa relación a distancia.
El tipo en cuestión se hacía llamar Edward y aseguró que un compañero se había enamorado de Ángeles, la mayor de las dos hermanas. Así pues, ambas hermanas creyeron estar viviendo el idilio de un amor a distancia con dos militares estadounidenses.
Los estafadores las convencieron de que para hacerles llegar ese dinero debían pagar una serie de servicios, traslados y viajes. Así, llegaron a estafarles "entre 300.000 y 400.000 euros", según explicó Enrique, un amigo de la familia.