Se cumple un año desde que, lo que tendría que haber sido una tranquila cena una noche de viernes, se convirtió en una verdadera pesadilla. El 21 de abril de 2023, poco antes de las once de la noche, las llamas de un incendio causado por un soplete para flambear una pizza se propagaron de manera vertiginosa en el restaurante Burro Canaglia, situado en el número 16 de la Plaza Manuel Becerra. 

La noche del incendio murieron dos personas y hubo 12 heridos, 6 de ellos muy graves. Uno de los fallecidos en la tragedia fue Jay Robles, un joven de 25 años que aspiraba a ser cantante y se encontraba trabajando en el restaurante para poder costear su nueva vida en Madrid. Su padre, Julián Robles, que vivía en Benidorm, se desplazó a Madrid tras conocer la terrible noticia. 

La segunda fallecida en el incendio fue Alexandra V., de 43 años y enfermera de profesión, se encontraba en Madrid pasando el fin de semana con tres amigas más de Bilbao. Una tercera persona, María M., vizcaína de 41 años, murió días después en el hospital a causa de las quemaduras, aunque su pronóstico al principio era optimista. Alexandra y María, eran amigas y se encontraban cenando juntas en Burro Canaglia.

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"Este local de las pizzas es el infierno, no hay más infierno que perder un hijo, vamos a llegar hasta el final. Voy a intentar ponerme en contacto con todos los afectados y voy a llegar hasta el final", comentaba Julián Robles, padre del camarero fallecido, a los medios de comunicación frente al restaurante al día siguiente de la tragedia. 

Ahora, un año después, todavía continúa la instrucción de las diligencias previas y la investigación, tal y como explican a EL ESPAÑOL fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Una investigación que no está cerrada y, de momento, no se ha acordado la citación de ninguna persona como investigada.

Interior de un restaurante Burro Canaglia. Burro Canaglia

Tal y como confirman las citadas fuentes, aún se están recabando informes periciales tanto de la Policía Científica para determinar las causas del incendio como de la Inspección de Trabajo. También se ha procedido al ofrecimiento de acciones a los perjudicados y al reconocimiento médico forense de todas las personas que aparecían como lesionadas en el atestado. 

Sin embargo, un año después del fatal incendio, se sigue a la espera de la emisión de los últimos informes médicos a la vista de que aún no se ha producido la recuperación total de todos ellos, lo que significa que algunos heridos todavía no han recibido el alta médica por las graves quemaduras que sufrieron el día del incendio. 

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Desde el TSJM indican a este periódico que, a pesar de que haya pasado un año del fatal incendio, al no haberse completado la investigación, el juez no ha podido citar a declarar a los posibles responsables al no tener información suficiente.



Además, estas mismas fuentes también señalan que este incendio fue, en principio, un accidente, por lo que nunca hubo un dolo, o voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su ilicitud, por parte de nadie. 

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Esta es la explicación de que, 365 días después, no haya nadie imputado por este caso y la posible responsabilidad civil no está concretada. La investigación de la tragedia en aquella noche de viernes avanza de manera lenta en el juzgado número 46 de Plaza de Castilla. En la actualidad, el local que estaba ocupado por el restaurante Burro Canaglia se está remodelando para acoger un nuevo negocio. 

El local que ocupaba Burro Canaglia en Manuel Becerra en la actualidad. Miguel Fiter

La noche de la tragedia

El viernes 21 de abril de 2023, poco antes de las 23.00 horas, el soplete que iba a flambear una pizza prendió una de las plantas decorativas que colgaban del techo del restaurante. Las llamas se propagaron con ferocidad por todo el techo, convirtiendo una tranquila cena en un verdadero infierno.

Había cerca de 30 personas dentro del local cuando se propagó el fuego. Algunas lograron salir a pie. Otras, gracias a los bomberos. 

Por fortuna, el parque de bomberos se encontraba muy cerca del lugar de los hechos, por lo que actuaron con verdadera rapidez y se plantaron en el local a los pocos minutos de recibir el aviso. "Si los bomberos hubiesen tardado 5 minutos más", el número de víctimas hubiera sido "más elevado", destacó el alcalde José Luis Martínez Almeida, tras saber los detalles del suceso. 

Algunas se encontraban en la entrada, otras esparcidas por el establecimiento o en la zona de la cocina. La decoración generó un humo denso y "tóxico" que contribuyó al empeoramiento de los afectados.