Ana María Knezevich desapareció el pasado 2 de febrero en Madrid sin dejar rastro y, este lunes, su caso ha dado un nuevo giro. Pero dicho giro se ha producido al otro lado del Atlántico, concretamente, en el aeropuerto de Miami, donde el exmarido de Ana María, el empresario David Knezevich, fue detenido el pasado sábado 4 de mayo por su presunta relación con la desaparición, tal y como informó Policía Nacional a través de su cuenta de Twitter.
Tal y como informa un portavoz del citado cuerpo policial, no había una orden de detención contra el empresario por parte de España. Por tanto, ha sido la policía estadounidense quien ha decidido llevar a cabo el arresto de Knezevich acusándole de un delito de desaparición forzada y homicidio.
En la detención de David Knezevich también han participado agentes de la agregaduría de Interior de Belgrado y de la Policía de Colombia. Una desaparición que ha movilizado a los cuerpos policiales de tres continentes.
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Actualmente, en España, este caso está en manos de un juzgado de violencia sobre la mujer y está declarado el secreto de las actuaciones, tal y como confirmaron fuentes jurídicas a Madrid Total.
Por tanto, la justicia española lo investiga como un posible caso de violencia machista, al mismo tiempo que una corte en Florida, Estados Unidos, se centra en la aparente liquidación por parte de David Knezevich del patrimonio que ambos compartían, que incluye una casa y varios vehículos de alta gama.
Además, hace unas semanas se conocía la noticia de que David Knezevich, había rechazado pasar la prueba del polígrafo o detector de mentiras que le habían ofrecido desde el FBI, por lo que las pesquisas apuntaban al empresario y expareja como uno de los principales sospechosos del caso.
David Knezevich, también conocido como Dusan, es un empresario de 35 años de origen serbio afincado en el barrio de Oakland Park, en la ciudad de Fort Lauderdale, en Florida. Es CEO y fundador de la empresa EOX Technology Solutions, cuya misión es ayudar a las empresas a mejorar su productividad y su rendimiento en los mercados.
Tal y como publicó el periódico inglés Daily Mail, cuando Ana María desapareció, David se marchó a su Serbia natal, país en el que ha permanecido hasta su detención, que se ha producido cuando regresaba a Estados Unidos desde Belgrado.
El citado medio también publicó que David y Ana se habían visto envueltos en varios procesos judiciales, entre ellos el de un banco que los llevó a los tribunales en 2023 por el supuesto impago de una hipoteca de 399.000 dólares. Además. David también fue demandado en octubre 2023 por retrasarse en el pago de una segunda hipoteca de 435.000 dólares, pero ambos casos fueron desestimados.
Su actitud poco colaborativa con la Policía, la liquidación de su patrimonio, su huida a Serbia cuando se produjo el suceso, el duro proceso de divorcio y su negativa a querer pasar la prueba del polígrafo, han sido ingredientes sobrados para colocar a David Knezevich en la lista de principales sospechosos en la desaparición de Ana María.
Un difícil divorcio
Ana María había venido a Madrid en busca de una nueva vida tras haber pasado por un duro divorcio con David Knezevich. El proceso comenzó en enero y se tornó "muy difícil y complicado, hasta el punto de pedir ayuda médica por depresión", tal y como explicaron desde SOS Desaparecidos. David y Ana María habían tenido otras crisis en el pasado, pero siempre habían terminado reconciliándose.
La última comunicación de la desaparecida fue el día 2 de febrero a las 11:30 horas. Una amiga suya le escribió ese mismo día, pero no hubo respuesta, tampoco al día siguiente. Preocupada, le llamó por teléfono sin éxito.
Era muy extraño que no le contestara porque el 5 de febrero viajaban juntas a Barcelona para asistir a un evento y Ana María "estaba muy ilusionada con ello". De hecho, su amiga llegó a ir en vano a la estación de Atocha para coger su tren con la esperanza de ver a la desaparecida allí, pensando que quizás no le contestaba por haber perdido el móvil, pero sí acudiría al viaje.
A las 13:00 horas del día 3, esta amiga -y otra que vive en otro punto de Europa y que iba a visitar en breve a Ana María a su casa de Madrid- recibieron un mensaje idéntico en WhatsApp.
Les decía que "había conocido una persona maravillosa" y que se había ido con ella a una casa de campo situada a dos horas de Madrid, pero que allí había mala señal, por lo que ya contactaría con ellas cuando regresara". Aunque provenía del móvil de la desaparecida, no creían que lo hubiera escrito ella.
Nunca más han recibido mensaje alguno de ella. Además, tampoco la familia de Ana María creen que lo escribiera ella, ya que no es su forma de hablar ni de expresarse. "Parece como si le hubieran pasado un corrector", explicó Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos.
Las cámaras tapadas
Alarmada, la amiga española de Ana María acudió al domicilio de la desaparecida, en la calle Francisco Silvela. Al no responder nadie a la puerta, llamó a los servicios de emergencias. Tras contarles lo ocurrido, los Bomberos entraron al piso por una ventana y comprobaron que no había signos de violencia ni desorden, sino lo normal en estas estancias.
Una vecina afirmó que había visto luz en la vivienda la madrugada del sábado 3. Y que en ese fin de semana intentaron robar en el edificio (aunque no hay denuncia alguna al respecto) y que por ello unos desconocidos taparon con un espray negro la cámara del teléfonillo de la entrada y la de seguridad junto al ascensor.
Ante todo ello, el pasado día 4 de febrero formalizaron una denuncia por su desaparición en la comisaría de la Policía Nacional del distrito de Salamanca. En los días posteriores, los investigadores revisaron las cámaras de seguridad del edificio y vieron que un hombre con un casco de moto entró a las 21 horas en el edificio.
Los investigadores no pueden, por el momento, establecer una correlación directa entre este individuo y la desaparición. Recordemos que días antes había habido intentos de robo en el edificio. Todas las hipótesis permanecen abiertas, y Ana María sigue sin aparecer, aunque las hipótesis de un caso de violencia de género cobran fuerza.
Rehacer su vida
Tanto la amiga como los familiares aseguraron a los agentes que los mensajes que recibieron no encajan con la forma de actuar de Ana María, y menos que dejara colgadas a personas tan allegadas con la que ya había hecho planes.
Tampoco encaja que abandonara Madrid de repente, una ciudad cuya vida cultural le encantaba y en la que quería rehacer su vida. No creen que fuera ella la que escribiera los mensajes, por lo que, en un escenario mejor, podría estar retenida con alguien en contra de su voluntad.
El presidente de SOS Desaparecidos afirmó que la desaparición de Ana María "presenta unos rasgos muy preocupantes desde el primer momento". "Es de los pocos casos en los que no hemos recibido ninguna noticia", ha indicado.