Nuevos retrasos en la red de Cercanías que se suman a la jornada de caos vivida ayer en la estación de Chamartín. Los trenes de Cercanías de la línea C5 sufrieron demoras, retenciones y se modificó su recorrido por una avería en la infraestructura que afectó a una vía, tal y como indicaron fuentes de Renfe. 

Los citados retrasos se produjeron entre las estaciones de Humanes y Fuenlabrada. Desde Adif informaron de que no sabían cuanto tiempo duraría la incidencia, pero finalmente se subsanó hacia las 11:45 horas. 

Tal y como informan fuentes de Adif, los retrasos fueron de unos 20 minutos y la avería ha comenzado a las 10:57 horas. La frecuencia de los trenes se ha recuperado de forma progresiva en la mañana del viernes. 

Segunda incidencia consecutiva

No es la única incidencia que se ha vivido esta semana en la red de Cercanías. Este jueves se vivieron momento de caos en la estación de Chamartín cuando, hacia las 11:30 horas del jueves, una avería de electrificación en la estación de Chamartín dejó sin tensión tres vías de esta terminal. 

Por eso, un tren AVE procedente de Alicante con 262 viajeros a bordo estuvo detenido a 400 metros, en el túnel previo a la estación, por espacio de más de dos horas y media.

Tal y como informan desde Renfe, durante ese espacio de tiempo, los viajeros estuvieron informados en todo momento de la incidencia que provocaba la falta de tensión y que provocaba que el tren estuviera inmovilizado sin poder llegar a la estación.

Al parecer, pese a las advertencias del interventor y del maquinista, un grupo de alrededor de seis personas decidió bajar a la vía y llegar a la estación a pie. Esta actuación motivó que la demora fuera mayor, debido a que una vez técnicos de Adif habían conseguido neutralizar la incidencia y recuperar la tensión, el tren no pudo reiniciar inmediatamente la marcha por la presencia de personas en las vías.



Finalmente, tras el citado caos, el tren recorrió el tramo que le separaba de la estación con marcha a la vista y llegó a su destino a las 13:57 horas. Renfe advierte que la actuación de los viajeros en relación con el accionamiento de los aparatos de alarma y apertura de puertas, además de estar totalmente prohibido si no existen motivos justificados, supone un riesgo adicional para la seguridad de los propios viajeros e implica el corte de la circulación de trenes en perjuicio del sistema y de los propios usuarios.