Libertad, calidez, familiaridad y alegría emanan en el local de LaJoven cuando llegan los integrantes del Coro de Hombres Gays de Madrid. Han quedado para ensayar su nuevo musical que se estrena el lunes 1 de julio en el Teatro Fígaro para abrir la semana de las Fiestas del Orgullo en la capital.
Son 54 hombres de todas las edades. El más joven, de unos 23 años y el más longevo ronda los 65 años. A todos les une el amor por las artes escénicas y las experiencias obtenidas a lo largo de su vida por su condición homosexual.
Llevan 11 años siendo un referente en España con una iniciativa que presenta un espectáculo cada año. "No somos un coro al uso, pero tampoco hacemos conciertos de hombres con tacones y pelucas como mucha gente piensa. Es algo distinto", comenta Pablo Malavé, presidente del coro.
Desde 2013
Pablo Malavé es puertorriqueño de nacimiento. Con 14 años se vio influenciado por el Coro de Hombres Gays de Boston, donde cantaba su primo. "Me parecía un espectáculo majestuoso. Yo vengo de una isla donde, en ese momento, el tema de la homosexualidad era un tabú. Encontrarme con una ciudad donde había un coro gay, les aplaudían, todo era alegre y lo podían exponer libremente, me parecía muy sorprendente".
En 2006 llegó a Madrid a estudiar con la idea de apuntarse a un coro como el que había conocido en Boston y que también existía en lugares como Nueva York, Los Ángeles, Berlín y Ámsterdam. Todos estos influenciados por el primero, formado en San Francisco a finales de la década de los 70 a raíz del movimiento por los derechos de los homosexuales.
"Para mi sorpresa, en Madrid no existía esto y nadie lo conocía", dice Malavé. Una vez terminada su carrera en publicidad, comenzó a trabajar en el departamento de marketing de producciones musicales como Los Miserables o El Rey León. Es ahí donde decide empezar a poner en marcha su proyecto.
"Hice una convocatoria de audiciones, colgué vídeos de promoción en redes sociales, creé una web un poco arcaica, pegué carteles... Y se apuntaron unos 100 hombres de los que quedaron inscritos unos 50 primeros compañeros de esa primera generación". Finalmente, el grupo quedó formalizado en 2013 y en 2014 tuvieron su primer concierto de presentación en el Auditorio Conde Duque.
"Un espacio seguro"
El único requisito para entrar, aparte de tener la mayoría de edad, es ser varón, ya que los arreglos están hechos para voces masculinas. Pero, al contrario de lo que se pueda pensar, no es fundamental ser gay.
"No hacemos una prueba para averiguar si realmente la persona es homosexual o no. Yo creo que, de todas maneras, una persona que no lo es tampoco se apuntaría a un coro como este. Pero si pasara y se comprometiera a ayudarnos con nuestros valores de inclusión y aceptación, sería más que bienvenido", comenta el presidente. Este añade que en todos los años que llevan nunca han estado en esa tesitura.
Define el coro como un "espacio seguro" donde todos comparten vivencias, se crean lazos de amistad y encuentran gente con inquietudes parecidas. "Venimos por la curiosidad de cantar. Pero cuando llegamos, nos encontramos con nuevos posibles amigos con los que irnos después de los ensayos a tomar algo. Nos contamos nuestras experiencias, porque casi todos vivimos las mismas, aunque estemos en épocas distintas. Y nos ayudamos", cuenta el fundador.
"Acabamos siendo como una familia. Yo he estado en muchos coros y este es diferente. Lleno de energía y alegría. Es una fiesta. Y que sea gay hace que te sientas libre. Es algo que me hacía falta y que es difícil de encontrar. Y creo que a todos nos ha pasado igual. Aquí hay gente que ha tenido problemas en la vida: ha sufrido bullying o no tenía referentes", dice Narcís, uno de los integrantes. Tiene 55 años y lleva unos cinco años en el grupo, lo que hace que sea de los más antiguos.
Por otra parte, tampoco es necesario saber cantar. "La mayoría somos amateurs", dice Malavé. Explica que solo hay unos pocos que ya vienen del mundo del espectáculo. Aunque todos tienen aspiraciones artísticas.
Y es que provienen de ramas completamente diferentes. "Hay abogados, profesores, médicos, enfermeros, dentistas...". Un ejemplo es el ya mencionado Narcís, que es profesor de instituto. "Antes era actor y es una forma de seguir en ese mundo de alguna manera", cuenta Narcís. "Muchos venimos de ahí. No profesionalmente, pero sí que nos gusta cantar o bailar". En definitiva, tener afición por lo artístico.
"Creo que el coro es un reflejo de lo que es Madrid actualmente. Una sociedad multicultural, muy cosmopolita", opina Malavé. Y es que en dicho grupo hay personas de gran número de países. "Obviamente, españoles, pero también venezolanos, colombianos, argentinos, chilenos o mexicanos". Algo que el director de este grupo opina que "enriquece las actitudes de una persona con otra a la hora de relacionarse o, incluso, de actuar".
Lo que Malavé especifica como requisito indispensable es la participación y la actitud positiva. "Si alguien no lo cumple, no tiene cabida en este coro". Su objetivo, como el propio presidente apunta, es "tener la música como una herramienta que modifica pensamientos".
De hecho, en una sociedad con celebraciones multitudinarias en honor al colectivo, como son las Fiestas del Orgullo, Malavé dice que este coro "sigue siendo necesario". "La invisibilidad causa desinformación. Cuando no estamos presentes, no existimos. Nosotros no nacimos con derechos. Se han ganado a través de las luchas constantes de nuestros antepasados. Y es importante seguir recordándolo".
Como ejemplo para ilustrar esto explica una situación vivida en 2017. En concreto, el incidente fue en la ciudad de Valladolid, durante una campaña de publicidad en redes sociales para presentar su espectáculo que tendría lugar en el Teatro Carrión. "Fueron tremendos los comentarios. Decían:'¿Para qué vienen aquí a contaminar maricones?'. Cosas de ese estilo", asegura. Cuenta que el propio día del concierto un grupo "exigió" al teatro retirarlo de su programación.
Un espectáculo diferente
Aun así, también hay gran cantidad de personas que reconocen este trabajo. Porque, a pesar de ser un coro gay, su público en general no pertenece a este grupo, sino que es bastante heterogéneo. "Diría, de hecho, que la mayor parte del colectivo LGTBI no nos conoce", sostiene Malavé. La explicación que le da es porque "no contamos con el apoyo de instituciones del propio colectivo", opina.
Aunque lo cierto es que la mayoría de sus seguidores son mujeres. "Son muy fieles. Por ejemplo, llevamos desde la pandemia con una señora que nos sigue a todas partes. Y tendrá sus 70 años".
Malavé define su espectáculo como "energía". "Es un nuevo género que quiero poner de moda: el teatro musical coral, como yo lo llamo", dice Malavé. Cantan canciones populares como la Tusa de Karol G o Nochentera de Vicco adaptadas a un grupo de voces masculinas de todo tipo y con un hilo argumental, coreografía y, a veces, artistas invitados como drag queens o actores.
Encantados es el que proponen este año. Hace un homenaje a las grandes producciones del cine internacional y a sus figuras más prominentes. Desde éxitos evocadores de Hollywood hasta canciones que transportan al universo Disney.
"Queremos burlarnos un poco de las limitaciones que tiene hacer un espectáculo hoy en día -refiriéndose a problemas como la elección de una canción, el pago de los derechos, por ejemplo-. De las prohibiciones que intentamos sortear para poder hacerlo. Porque al final vamos a estar encantados de la misma forma, porque vamos siempre a cantar de todas maneras. Y vamos a estar encantados de poder estar con nuestro público, encantados de ser gays y encantados de compartirlo", expone el fundador.
Explica que todo lo organizan ellos. "No recibimos subvenciones, nos autofinanciamos nuestros gastos: la sala de ensayo donde quedamos todos los sábados, los arreglos, las pistas... Llegamos a un acuerdo con los teatros para que nos dejen un día que no tienen programación".
"Cada año hacemos el de Madrid y luego vamos a una ciudad fuera", apunta. Porque Valladolid no es la única ciudad que han visitado. Granada, Bilbao y Málaga son algunas que forman su lista. A esta se añade la provincia de Cantabria, a donde irán en diciembre a dar su concierto de Navidad en una catedral de estilo gótico. "Somos el único coro gay en la actualidad que ha podido cantar en una iglesia católica".
Aunque especifica que donde quieren que les conozcan es en Madrid. "Queremos ser un icono de la ciudad. Porque creo que somos parte de su identidad. Está bien que exista Chueca, pero más allá de ahí hay un coro gay cantando en un teatro en plena Gran Vía".