"Tenía las ventanas abiertas y oí gritos de niños", cuenta Conchi, vecina del edificio de en frente del número 7 de la calle Cullera, en el distrito madrileño de Latina. La mujer, de unos 60 años, esa madrugada del lunes se terminó asomando a la ventana alarmada por el olor a quemado y el sonido de la policía y los bomberos para descubrir que del duodécimo piso de dicha construcción asomaban llamas.

Varios residentes del barrio se paran frente a dicha fachada que aún presenta restos quemados en una de las ventanas horas después del accidente. Algunos para saber quienes eran los afectados y otros para averiguar si los trasladados al hospital se han recuperado. "¡Si los bomberos hubieran venido antes, esto no hubiera ocurrido!", exclama uno de ellos.

Conchi también está allí. Pregunta por Filomena, una amiga suya a la que suele ver todas las mañanas paseando al perro. Está preocupada porque vive en la misma planta donde se provocó el incendio. "Es más mayor que yo, tendrá 80 años ya. Tiene una salud delicada", explica.

El número 7 de la calle Cullera en Latina, el edificio donde ocurrió el incendio. E.E.

Dos personas, un matrimonio de etnia gitana de la misma edad que Conchi, fueron las víctimas mortales del terrible suceso. Ambos sufrieron una parada cardiorrespiratoria a causa del fuego que surgió en su vivienda cuando se encontraban ya acostados. Se trata de Rafa y María, aunque a esta última la llamaban Poli, según cuenta un vecino de la zona que los conocía "de toda la vida". Tenían 67 y 63 años, respectivamente.

"Mi suegra vivía en el 11º A. Justo debajo de ellos", relata el hombre de unos 70 años. "Ahora está en una residencia", dice frente a la fachada la mañana después del incidente. Por la puerta del inmueble entra un varón en silla de ruedas, acompañado de un sanitario: un vecino del último piso, el decimotercero.

El incendio de la madrugada del lunes 8 de julio en el distrito de Latina en Madrid. E.E.

"Eran de aquí de siempre". Explica que se instalaron en la zona cuando construyeron los edificios. "Antes vivían en las casas bajas del barrio y luego se mudaron a este bloque". Eran propietarios de un puesto en el Rastro. En la misma casa vivían una de sus hijas, con su marido, y sus dos nietas.

"Nos hemos criado juntas", cuenta una vecina de mediana edad de la segunda planta. "Estamos todos muy mal", lamenta la mujer, a la que no le salen las palabras, antes de subir a su casa. No han dormido casi nada.

"A las cuatro de la mañana seguían"

Harold, padre de familia y vecino del barrio, se encontraba trabajando en su casa, en uno de los edificios cercanos, cuando escuchó el escándalo sobre las dos de la mañana. Alarmado, bajó a descubrir qué ocurría. "Escuché una explosión y luego el griterío", comenta.

Narra que los servicios de emergencias, los agentes de la policía y los bomberos no se hicieron esperar mucho, aunque estos últimos tuvieron problemas para actuar. "Como es una calle estrecha, no podía pasar el camión".

"Yo me fui a dormir sobre las cuatro de la mañana y todavía seguían allí", cuenta. Su mujer explica que se despertó sobre esa hora por el calor y, al abrir la ventana, oyó los lamentos de los familiares de las víctimas. "Gritaban: '¡Mi prima, mi prima!'", dice.

Los vecinos del bloque explican que no fueron desalojados, ya que el humo había inundado parte del hueco de la escalera, lo que impedía su utilización para evacuarles. "Nos dijeron que cerráramos ventanas y persianas. La gente se aglomeró y empezaron a gritar que llamaran a los bomberos", narran.

La principal hipótesis que baraja la Policía Nacional es que la causa de dicha tragedia fuera un fallo eléctrico en el domicilio donde se iniciaron las llamas. En total fueron nueve los heridos.

Los familiares que se encontraban en el domicilio con Rafa y Poli fueron rescatados y trasladados en estado leve al Hospital 12 de Octubre por inhalación de humo. También trasladaron a otra mujer en estado moderado al Hospital de la Paz tras sufrir quemaduras en un 25% de su cuerpo. Otra más acabó en el Hospital Gómez Ulla con heridas leves en el brazo.

Los servicios sanitarios del Samur atendieron a tres personas, a las que finalmente se dio de alta en el lugar de los hechos. La vivienda afectada ha sido destruida por completo, mientras que el resto de inmuebles solo se han visto levemente afectados.