Durante la madrugada del pasado domingo 1 de septiembre, Juan Carlos B.M., de 27 años, y su hermano Jorge, de 28, circulaban en coche por la A-6 para volver a casa tras una noche de diversión en las fiestas de Pozuelo. Por otro lado en la misma autopista, Alberto, agente de la Policía Nacional de 44 años, que salió desde Ávila e iba acompañado en su coche, se dirigía a su puesto de trabajo en la comisaría del distrito de Salamanca. Y por último, Pedro, Policía Municipal de 51 años, también iba de camino a su lugar de trabajo, en Puente de Vallecas, conduciendo su moto.
Cinco personas cuyas vidas se cruzaron de forma trágica en el kilómetro 20 de la A-6 a las 6:16 horas, cuando el coche de Juan Carlos y Jorge, un Volkswagen Taigo, que circulaba en sentido contrario, chocó de manera frontal contra el coche de Alberto, un Volkswagen Passat.
Un brutal accidente que dejó un total tres víctimas mortales: Juan Carlos, que conducía su coche, Alberto y su acompañante. En el suceso también estuvo implicado Pedro, que pudo evitar chocar contra los coches, pero que también resultó gravemente herido y fue el único testigo del accidente, tal y como relatan fuentes de la Guardia Civil de Tráfico.
Durante la jornada de este lunes, el alcalde del Madrid, José Luis Martínez-Almeida, quiso expresar sus condolencias a las familias afectadas por este fatal accidente e informó de que Pedro se encuentra "en situación complicada, en estado crítico". Por otro lado, Jorge se encuentra en estado grave dentro de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Puerta de Hierro de Majadahonda.
Serán las pruebas toxicológicas al cadáver de Juan Carlos las que determinarán si conducía en estado ebrio o con otras sustancias en su organismo. Sin embargo, la autopsia sí ha confirmado que murió por traumatismos en la cabeza y en el tórax, tal y como informa Telemadrid. Por otro lado, cuando se recupere su hermano en el hospital, los agentes le interrogarán para saber qué ocurrió exactamente.
Por eso, ahora, los investigadores tratan de aclarar qué pasó en el kilómetro 20 de la A-6 a las 6:16 horas. La principal hipótesis que barajan los investigadores de la Guardia Civil de Tráfico es que Juan Carlos se equivocó al incorporarse a la carretera y lo hizo, por desgracia, en sentido contrario a la circulación, convirtiéndose así en un kamikaze de manera no intencionada. No obstante, serán las cámaras de tráfico las que corroboren la citada conjetura.
Un accidente que deja cinco vidas truncadas, cada una de ellas con una historia distinta. Juan Carlos, el autor de los hechos, residía junto a su hermano en Valdemoro desde hacía unos 10 años y, tal y como publica El País, era deportista, educado, sonriente y se dedicaba en cuerpo y alma a su familia y amigos.
Un brillante ingeniero
Juan Carlos se había graduado en Ingeniería Civil por la universidad Politécnica de Madrid y, tal y como se puede ver en su perfil de redes sociales, tenía un máster en Prevención de Riesgos Laborales por la universidad Alfonso X el Sabio y otro en Gestión de Proyectos por la EAE Business School. Además, recientemente, había empezado a trabajar como jefe de una obra en Madrid.
En su perfil de redes, Juan Carlos se definía como una persona con una gran capacidad de organización y trabajo, con cualidades para el desarrollo e implementación de procesos de control de calidad y seguridad, así como para asumir responsabilidades y tomar decisiones con solvencia.
Por otro lado, su hermano, Jorge, había estudiado el grado de Psicología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), que había cursado entre 2018 y 2022 y tenía un máster en Dirección de Recursos Humanos por la EAE Business School.
Alberto, era agente de la Policía Nacional y era parte del Gor (Grupo Operativo de Respuesta) y había estado recientemente en ODAC (Oficinas de Denuncias y Atención al Ciudadano), la unidad especializada de respuesta rápida ante situaciones de emergencia, que por sus características trabaja especialmente de noche. Este Policía estaba casado y tenía una niña pequeña.
La violencia del choque dejó a los cuerpos atrapados en los restos de los automóviles, una escena que requirió la intervención inmediata de los servicios de emergencia. El accidente desencadenó una rápida respuesta de los servicios de emergencia. Los Bomberos de la Comunidad de Madrid se desplazaron al lugar para rescatar los cuerpos de las víctimas.
Además de los bomberos, en las labores de rescate participaron equipos de SAMER de Las Rozas, la Policía Local de Las Rozas, la Policía Municipal de Madrid y la Guardia Civil, que asumió la investigación para esclarecer las causas exactas del accidente.
Este accidente ha vuelto a poner en el centro de atención el problema de los conductores kamikazes, que representan un peligro mortal en las carreteras. A pesar de las campañas de concienciación y de las sanciones legales, sigue habiendo casos como este.