"Muévanse y circulen por favor, no se queden parados en la acera mirando". Eran las palabras que los policías no paraban de repetir a los peatones que pasan por la confluencia de las calles Narváez y Alcalá. Pues subido a la acera se encontraba un coche de Policía con parachoques delantero completamente abollado y destrozado que todo el mundo se paraba a mirar.
Pues pocos minutos antes, ese vehículo había atropellado de manera accidental a dos mujeres y al bebé de una de ellas, de poco más de un año. "Se escuchó un ruido tremendo cuando el coche se llevó por delante la valla que separa la acera de la carretera. El conductor debió tirar del freno de mano, porque se escuchó un gran derrape y, cuando nos acercamos a mirar, vimos a una mujer con la pierna llena de sangre", narra un testigo de los hechos.
El suceso se produjo a las 16:10 horas, en un punto de Madrid que casi siempre está abarrotado de gente por su amplia oferta de ocio. Este domingo no era una excepción. Pues la zona estaba llena de paseantes que disfrutaban del buen tiempo de uno de los últimos domingos del verano.
Al parecer, tal y como explican fuentes policiales, este suceso se ha producido por un error humano: un coche patrulla se dirigía a la zona debido a una petición de apoyo de otros agentes que estaban tratando de arrestar a un hombre que había agredido a otra persona y que tenía actitud violenta.
Debido a la urgencia, el coche circulaba con la sirena puesta y señales luminosas, por lo que los vehículos que circulaban por la calle se apartaban a su paso. Sin embargo, uno de los conductores cruzó en el camino de la patrulla y el agente que iba al volante tuvo que cambiar de dirección de forma brusca. El fatal volantazo provocó que el automóvil de la Policía Nacional se saliese de la calzada, destrozara una valla e invadiese unos metros la acera, provocando el triple atropello.
Un vídeo grabado y subido a las redes sociales mostraba cómo diversos peatones estaban socorriendo a una de las víctimas del atropello, todo ello entre sirenas y gritos ante el desconcierto de la situación.
Los bomberos tuvieron que ir hasta el lugar para sacar de debajo del coche la valla de la acera. Posteriormente, una grúa se llevó el coche siniestrado. Una vez que la Policía abrió la zona, todavía se podían ver en el suelo las huellas de los neumáticos en el intento de frenar el coche.
Desde el sindicato policial Jupol, publicaron un post en X, antes Twitter, avalando esta versión de los hechos y deseando una "pronta recuperación a los diferentes heridos del accidente".
Tres heridos graves
Un volantazo no deseado que deja un total de siete heridos, tres de ellos de gravedad. La más grave, con un pie en estado catastrófico, ha sido una mujer de 47 años que ingresó en el Hospital de La Paz.
La otra mujer, de 34 años, sufrió una fractura en el fémur y policontusiones y fue evacuada al Hospital 12 de Octubre con pronóstico menos grave, según un portavoz de Emergencias Madrid.
Y el caso más preocupante, su bebé, de poco más de un año, presentaba un trauma facial y un traumatismo craneoencefálico, fue ingresado en el Niño Jesús con pronóstico reservado a la espera de conocer el alcance del golpe en la cabeza. En el lugar del accidente, varios testigos afirmaban que había "muerto seguro".
Además, los sanitarios atendieron a tres personas más, entre las que se encontraba la abuela del bebé, que sufrió una crisis de ansiedad tras ver el accidente. Dos de ellas fueron trasladadas a un centro hospitalario. Ahora, la Policía Municipal de Madrid ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias en las que se ha producido el accidente.