El momento en el que la Policía traslada el cadáver de Ana.

El momento en el que la Policía traslada el cadáver de Ana. Jesús Soler

Sociedad Sucesos

La extraña muerte de Ana en un piso-prostíbulo de plaza de España: llevaba 20 años haciendo la calle

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La plaza de los Cubos es uno de esos puntos de Madrid donde convergen parejas que van a su restaurante preferido, fanáticos del cine que esperan para ver los estrenos de la cartelera o amigos que quedan para dar una vuelta. Pocos, o ninguno de ellos, saben que en el gran edificio que se alza en la plaza hay pisos que se alquilan por horas en los que se ejerce la prostitución. Fue en uno de esos apartamentos donde apareció, durante la tarde de este martes, el cadáver de Ana, boliviana de 45 años, que llevaba ejerciendo la prostitución desde hacía casi 20 años. 

El terrible hallazgo se produjo en un piso ubicado en el número 3 de la calle Princesa, un portal que se encuentra justo en frente de los Juzgados de lo Social. La llamada alertando del hallazgo del cadáver de Ana se produjo hacia las 15.30 horas, cuando sus compañeras la encontraron tirada en el suelo "boca abajo". 

Hasta el lugar, se desplazaron inmediatamente agentes de la Policía Nacional y efectivos del Summa 112 que, cuando subieron al piso, tan solo pudieron confirman el fallecimiento. Las compañeras de Ana, otras tres mujeres que también ejercen la prostitución, tuvieron que ser atendidas por los psicólogos del Summa. 

"Es una desgracia", explica una mujer que conocía a Ana y no puede contener las lágrimas cuando ve salir la camilla con su cadáver. Cuenta que llevaba ejerciendo la prostitución "desde el año 2005 aproximadamente" y que es madre "de dos hijos pequeños que en la actualidad se encuentran en Bolivia". 

Una persona cercana a la fallecida explica que el número 3 de la calle Princesa, que desemboca en la plaza de los Cubos de Madrid, es un edificio que alberga "oficinas, viviendas o pisos turísticos". Y también, "pisos que se alquilan por horas" en los que se ejerce la prostitución.

Las circunstancias de la muerte de Ana son confusas, puesto que en un primer momento, los servicios de emergencia hablaban de una "supuesta muerte violenta", pero fuentes policiales confirman que el cadáver no mostraba signos de violencia evidentes, como sangrado o moratones en el cuerpo, por lo que cobra fuerza que la mujer sufriera una parada cardiaca, una muerte por ingesta de alguna sustancia o incluso un suicidio. 

Los resultados preliminares de la autopsia practicada a la mujer han descartado la naturaleza violenta de su fallecimiento. Se trata de las primeras conclusiones realizadas por el Instituto de Medicina Legal, a la espera de conocer los resultados definitivos del análisis toxicológico de muestras, que puedan determinar las circunstancias de la muerte de la mujer.

Todo ello contradice a las fuentes cercanas a Ana, que afirman que la estranguló su expareja que habría escapado del lugar, una versión completamente diferente de los hechos. En este relato, fuentes citadas por Efe confirmaron que había testigos que vieron salir a un hombre del lugar. Los investigadores se basaban entonces en la descripción de las compañeras de la víctima y las decenas de cámaras de seguridad del edificio.

Un extraño sucesos con versiones contradictorias que se esclarecerán a medida que avance la investigación que tiene en marcha la comisaría de Moncloa-Aravaca, así como el Grupo de Delitos Violentos de la Brigada Científica.

En lo que va de año, cuatro mujeres han sido asesinadas por violencia de género en la Comunidad de Madrid. El último caso registrado fue el ocurrido en el municipio de Villalbilla hace más de un mes, si bien las circunstancias de la muerte de Raquel tampoco están claras. Los detalles de este suceso están bajo secreto de sumario, pero el marido de la víctima se encuentra en prisión acusado de homicidio e inducción al suicidio.