La razón por la que decir ‘no te comes ni una rosca’ es algo muy madrileño
Este dicho tan popular es muy utilizado, pero seguro que mucha gente no sabe que su origen pertenece a la cultura más castiza de la capital.
25 febrero, 2023 02:41La lengua española está llena de dichos populares, expresiones y frases hechas que casi todos hemos utilizado alguna vez. 'Costar un ojo de la cara', 'coser y cantar' 'dormir la mona', 'meter la pata', 'darse con un canto en los dientes'... Son solo algunas de las más populares y utilizadas, aunque es algo que depende también de la zona de España en la que te encuentres, pues cada una suele tener sus propios dichos.
En Madrid, actualmente y, sobre todo, entre los más jóvenes, es conocido que se usan palabras como 'mazo', 'esto renta', 'movida' o 'ir a pachas', entre otras. Pero también siguen conservándose muchas otras que quizá ni siquiera se sabe que son originarias de la ciudad madrileña.
En concreto, nos referimos a la expresión 'no comerse ni una rosca', como se lee en el título de este artículo. Según el conocimiento popular, además de la información que circula por internet, este dicho significa que algo no te sale bien o no se consigue. Incluso podría considerarse un sinónimo de ser un perdedor, pero puede que con menos de connotación negativa y algo más de gracia.
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Uno de los contextos en los que más sentido tiene es en el amoroso o a la hora de ligar, pues su significado atiende a que alguien no consigue nunca pareja ni gusta a alguien para tener algo, ya sea serio o cosa de una ocasión.
Pero ¿alguna vez te habías preguntado de dónde viene esta expresión? La respuesta es que su origen está en el Madrid más castizo. Concretamente pertenece al momento del año en el que se celebra San Isidro, patrón de la ciudad, a mediados del mes de mayo.
En esas fiestas, hace años, era mucho más común que todos fueran vestidos de chulapos y chulapas. Como manda la tradición, que se sigue conservando hasta nuestro días, lo típico es tomarse un vaso de limonada o de agua de la ermita, además de unas buenas rosquillas, que, actualmente, pueden ser hasta de cuatro tipos: tontas, listas, francesas y de Santa Clara.
¿Y qué tiene que ver esto con el dicho que protagoniza este artículo? Precisamente se refiere a una práctica que llevaban a cabo los chulapos y chulapas en dicha festividad. Para intentar sacar a bailar, normalmente a alguna mujer, los chicos ofrecían alguna rosquilla, de modo que si ellas aceptaban se consideraba todo un triunfo amoroso, o al menos para un ligue momentáneo.
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Así, a todos aquellos que intentaban pretender a alguna chulapa pero no lo conseguían porque ésta no aceptaba su ofrenda, se les decía que ‘no se comen ni una rosca’, en referencia a la rosquilla utilizada para ligar con alguna muchacha. Desde entonces y hasta ahora, se ha ido manteniendo esa frase para referirse a situaciones similares, como las que explicamos al principio de este texto.
Así que, la próxima vez que oigas este dicho popular ya tienes un nuevo tema de conversación sobre el origen de dicha frase, además de poder presumir de influencia madrileña en el resto del mundo, todo un orgullo si eres gato o gata.