"Se vende club-hostal". Su precio, 2,5 millones de euros, aunque hasta hace unas semanas era de casi cuatro. El Club Selecta, uno de los puticlubes icónicos de la Costa del Sol está a la venta. Según su propia descripción: "Es el club privado más reconocido de toda la Costa del Sol, durante más de 30 años así lo acreditan nuestros clientes".
El hostal a la venta cuenta con 18 habitaciones temáticas. Cinco de ellas suites decoradas hasta el extremo con reproducciones de cuadros clásicos de mujeres desnudas. Muchos espejos, colores oscuros en las paredes y jacuzzis. Un monumento a la horterada, aunque los anuncios de los portales inmobiliarios lo presentan como "exquisitamente ambientadas y decoradas".
Las habitaciones normales no cambian mucho: decoradas temáticamente y con los mismos ingredientes. Mombasa o Kenia, con moqueta y animal print de cebra y leopardo. La habitación Cairo aparece con papel decorativo con representaciones de Anubis y jeroglíficos. La estancia Tokio está orlada con frisos decorativos con escenas tradicionales japonesas. No tienen desperdicio. Quizá, por eso está a la venta como un hostal de "alta rentabilidad demostrable".
El anuncio, publicado al menos en dos páginas de venta de pisos y casas, también destaca las piscinas y jacuzzis del interior de la parcela de más de 1.000 metros cuadrados. Además, el comprador lo recibe con todos los muebles y la catalogación de una estrella como alojamiento.
Cuenta con una zona de bar que, según clientes que han dejado su opinión en foros de prostitución, es: "Muy bonito lugar para tomar copas con precios muy comedidos". El Club Selecta ha sido siempre de fácil localización, un gran letrero luminoso en la parte trasera de la parcela se encendía cada noche en El Pinillo, en Torremolinos.
Alto standing
Otros usuarios hablan del lugar como "un club de alto standing y limpio como una patena. Pero no hay servicio de media hora", además de hacer mención a la edad y la nacionalidad de las chicas que ejercen: "Rumanas cuarentonas" se puede leer en las opiniones de las webs de encuentro de consumidores de prostitución.
Construido en 1970, en los 90 el Selecta era un anunciante habitual de la radio local. En las noches de programación deportiva, resonaba con voz sensual el claim publicitario: "En Club Selecta siempre hay alguien que te espera". El paso de los años hizo que desaparecieran esas cuñas. Hoy ni siquiera cogen el teléfono.
La única forma de contactar con el club es a través de un teléfono móvil publicado en una revista editada en sueco sobre la Costa del Sol. Atiende la llamada un hombre que, de primeras, niega tener relación con el club. Al preguntar si es el teléfono de atención del Selecta responde: "Depende de para qué sea". Voz de hombre con acento centroeuropeo.
Sin embargo, al preguntar por los servicios que ofrece, confirma que "el Selecta está abierto hasta las 10 de la noche y ofrece lo mismo que ha ofrecido siempre". De la venta prefiere no comentar nada, porque el puticlub seguirá funcionando hasta que se complete alguna operación.
En su web sigue promocionando la hora feliz entre las 16 y las 22 horas con música en vivo y espectáculo de striptease en su piano bar. Su horario habitual se extiende hasta las cuatro de la madrugada y según otras opiniones de clientes: "El bar está rodeado de un lujo exquisito que le hará sentirse agradablemente relajado". Otros hablan de la jaula de baile o de su piscina climatizada.
Un club icónico
Este club ha sido uno de los iconos de la noche más rancia de la Costa del Sol. Hace diez años sirvió como plató de una película sobre Asta Philpot, un enfermo de artrogriposis sin movilidad del cuello hacia abajo. Asta no quería morir sin haber tenido una experiencia sexual.
En la historia real, Asta viajó de Leeds a Girona para perder su virginidad en el Club Eclipse de Gerona. En la ficción, Asta aparecía en el Club Selecta acompañado de ocho actrices que interpretaban a las prostitutas que le rodeaban en su aventura sexual española.
La película titulada Hasta la vista ganó el premio del Festival Internacional de Cine de Montreal. La cinta, con un tono humorístico, cuenta cómo Asta reclutó a otros discapacitados que le acompañaron en otra incursión por puticlubes ibéricos.