Uno de cada diez policías nacionales en Málaga está contagiado por la Covid-19 o aislado por contactos con positivos. En torno a 200 de los algo más de 2.000 agentes están actualmente fuera del servicio víctimas de la tercera ola. Cincuenta efectivos han dado positivo en la última semana y, producto del contacto con otros compañeros, otros 150 se encuentran en cuarentena.
El cuerpo ya sufrió un brote en los inicios de la pandemia, "en aquella ocasión, los contagios no estuvieron concentrados en una comisaría como ahora", afirman fuentes policiales. Ahora, a inicios de 2021, la mayor parte de los casos se han dado en la Comisaría Provincial.
Algunos agentes piensan que el brote pueda seguir aumentando y temen que se sume "el efecto de las últimas reuniones familiares de los primeros días de enero".
En ese sentido, el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), ha sido quien ha aportado los datos. La secretaria general del sindicato en la provincia, Mariló Valencia, indica que esta cifra, "la mayoría de contagios dentro del ámbito familiar", ha llevado a una reorganización de las plantillas.
Valencia explica que "se están produciendo cambios de puestos de trabajo, y se aplazan vacaciones, compensaciones horarias y días de permisos". La principal preocupación para el SUP es la salud de los agentes, pero también "cómo conseguir sacar el trabajo adelante con menos policías" si los casos siguen en aumento.
El sindicato recuerda también que la policía no es "como los hospitales que pueden ir incorporado personal". Se trata de un cuerpo que se nutre a través de convocatorias; la próxima no llegará hasta junio.
Ante esto, Valencia insiste en la vacuna como "única solución inmediata" al problema de la pandemia. "Desde el Gobierno central nos han informado de que no se empezará a aplicar a agentes hasta el mes de marzo", critica la sindicalista. También apunta a la necesidad de que sean considerados un colectivo de riesgo porque "están en constante contacto con la sociedad y ejercen una labor esencial".