En diciembre de 2020, el expresidente del Real Madrid, Ramón Calderón, y el arquitecto José Seguí presentaban en un hotel de lujo malagueño su proyecto de, precisamente, un hotel de lujo. La torre que un grupo empresarial catarí quiere construir en el dique de Levante del Puerto de Málaga. Tras seis años de travesía, al rascacielos le queda un último escollo que salvar: su aprobación en el Consejo de Ministros. En 2018, la entonces presidenta de la Junta, Susana Díaz, dio su bendición al proyecto: “siempre que se cumplan los requisitos urbanísticos, sostenibles”.
Según adelantaba el diario Sur de Málaga, la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, ha tomado partido en la pugna. Ha trasladado a Carmen Calvo su negativa al proyecto, a pesar de haber partido de la propuesta de Paulino Plata, un histórico socialista andaluz.
La torre ha sido, desde los inicios del proyecto, uno de los elementos que más polémica ha levantado entre la sociedad civil en Málaga. En 2015, un año después de haberse convocado un concurso para la construcción de un hotel de lujo, el entonces presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, el socialista Paulino Plata, celebraba el proyecto. De hecho, visitaba Barcelona para tomar como referencia el hotel Westin del puerto barcelonés.
Desde entonces, la torre ha sufrido continuos atascos y desatascos que han ido desarrollándose de manera irregular. La falta de entendimiento entre las administraciones, tiene a la espera un hotel que, hace dos meses, se adaptó para cumplir con las últimas exigencias: redujo 20 metros su altura e incorporó terrazas en todas sus plantas, que pasaron de 35 a 27. Ahora eran 116,62 metros de polémica.
En 2016 se presentaba el primer proyecto del Hotel Suites Málaga Port, un complejo que contaba con 350 habitaciones, auditorio, restaurantes e, incluso, un casino. Sus 135 metros habían sido diseñados por el arquitecto José Seguí a petición del grupo catarí Al Bidda. Los cataríes, en unión con empresarios nacionales, trabajan desde entonces con la marca Andalusian Hospitality. Más de 100 millones de euros de inversión para una obra que cambiaría para siempre el Skyline de Málaga.
El proyecto ganador fue escogido en un concurso público abierto por la Autoridad Portuaria en acuerdo con el Ayuntamiento. La propuesta de Seguí fue la ganadora por eliminación de la otra finalista, pero la presentación del proyecto se hizo de forma privada por el grupo inversor. No era un órdago ni una demostración de fuerza, era una muestra del compromiso de los cataríes por avanzar.
Desde entonces, la polémica se avivó. Las imágenes renderizadas mostraban una torre exenta del resto de la ciudad, a más de un kilómetro del resto de edificios y que, según la perspectiva, tapaba La Farola, uno de los iconos de Málaga. Se abría la pelea entre partidarios y detractores.
En 2017 seguía el socialista Paulino Plata como presidente de la Autoridad Portuaria. Entonces, la web del Puerto incluía el proyecto de hotel en el dique de Levante. Lo hacía con todo lujo de detalles como parte de la estrategia de ampliación. La sintonía con el Ayuntamiento, del PP, parecía ser total, aunque Plata declaraba sus recelos: “Espero que no se juegue con los tiempos para disuadir a los inversores del hotel”.
Rechazo al rascacielos
Desde febrero de 2017, una plataforma ciudadana se constituyó como movimiento de defensa de la Bahía de Málaga. Actualmente cuenta con un manifiesto con más de 1.500 adhesiones contrarias a la construcción del rascacielos. Entre ellos, el periodista Ignacio Camacho, el actor Salva Reina, el dibujante Peridis o la historiadora Elvira Roca Varela, se han posicionado frente al proyecto.
Además, la plataforma inició una recogida de firmas en Change.org en la que actualmente hay casi 12.400 firmas; el objetivo es 15.000. Se trata de una petición en la que se habla de la inexistencia de un concurso público, la recalificación del uso como equipamiento público y el "altísimo impacto medioambiental".
El "gran impacto visual rompería la fachada litorial y el paisaje" de Málaga, según la plataforma. Del mismo modo, recuerda que otras ciudades "como Niza, Palermo, o Palma de Mallorca, nunca se han permitido este tipo de rascacielos".
El 15 de junio de 2018 el Ayuntamiento aprobaba en Junta de Gobierno, la modificación de los elementos del Plan Especial del Puerto para permitir la construcción del hotel en la plataforma del morro de Levante. “Un importante centro hotelero de lujo con 45.000 m2 construidos y una altura de 35+3 plantas (con categoría cinco estrellas)”, recogía aquella aprobación.
Aquel año, además, Susana Díaz bendijo el proyecto: “Siempre voy a ayudar y apostar para que Málaga sea una ciudad de oportunidades”, poniendo como condición el cumplimiento de los requisitos urbanísticos. Previendo que se alargaran las negociaciones, el grupo inversor alargó tres años más, de 2018 a 2021, el aval bancario. A toda costa querían llevar a cabo el proyecto.
El apoyo del Ayuntamiento es cada vez más patente y en septiembre 2019 el alcalde, Francisco de la Torre, lanza su apoyo absoluto: “Necesitamos varios hoteles como el del puerto”. Málaga es la séptima ciudad de España en número de plazas hoteleras y cuenta, por entonces, con dos hoteles de cinco estrellas. El año acaba con la visita de Ramón Calderón, representante de los inversores, al Ayuntamiento.
2020 es el año que presenta los mayores avances: Urbanismo decidió mantener el proyecto. En febrero, el Puerto contesta a 1.100 alegaciones al proyecto, rechazándolas todas, y en junio se aprueba la modificación del Plan Especial del Puerto. A finales de ese año, los inversores presentan un nuevo proyecto: la torre disminuía de tamaño y eliminaban entre otras propuestas, la del casino y las zonas comerciales: sólo será un hotel con centro de convenciones.
El 11 de diciembre de 2020, Ramón Calderón declaró que los inversores esperaban que “en un par de meses se apruebe en el Ayuntamiento y luego pase el trámite del Congreso de los Diputados”. El trámite previo del Consejo de Ministros se puede convertir ahora en el punto y final de un proyecto que nunca ha contado con el consenso de la sociedad malagueña.
La torre, que contó con el beneplácito de los partidos en el gobierno en el Ayuntamiento y la Junta, está ahora en uno de sus últimos paso. Tras el inicial consenso entre socialistas y populares, es ahora la decisión del Consejo de Ministros quien tendrá en su mano decidir si el proyecto es o no viable.