"No quiero vivir como estoy viviendo". Esta suele ser la frase que se encuentran los profesionales de la salud mental cuando tratan con jóvenes que sufren este problema. En muchos casos acaban quitándose la vida. Desde que se dispone de estadísticas, el suicidio entre los jóvenes españoles nunca había sido la primera causa en la lista de fallecimientos. Hoy la encabeza. Ha superado en muertes violentas a los accidentes de tráfico.
En el año 2019 -actualización más reciente- se quitaron la vida 309 personas en edades comprendidas entre los 15 y los 29 años. Estos datos, aportados por la Fundación Española para la Prevención del Suicidio, son indicadores de la peligrosa deriva que existe entre los jóvenes.
"El que se suicida no es que no quiera vivir", narra Eva Jiménez, directora del Máster de Psicología Jurídica y Forense a este periódico. Asegura que muchos casos podrían tener solución."Si le garantizas que mañana se le va la angustia que tiene, la persona no se mata".
La Sociedad de Psiquiatría Infantil mantiene una versión contundente. Tratan de explicar el motivo por el que el suicidio se ha perfilado como la primera elección de los jóvenes ante las dificultades. "Es necesario mejorar las condiciones de vida de los pacientes".
Igualmente, la doctora Jiménez exige "eliminar el estigma" que se le tiene a recibir atención mental. "Es un tabú". Considera que es necesario hacer ver al paciente que lo que siente "es totalmente normal". Ese es el primer paso.
"Prefieren mantener el nombre oculto". Sigue siendo un secreto de gran envergadura este tema. No obstante, desde las asociaciones de familiares enseñan que "una forma de evitar el duelo es manifestarlo". Subraya que es un requisito importante "para ganar en calidad de vida"
De acuerdo con los profesionales del área de la salud mental, el perfil del paciente ha cambiado. Ha bajado la edad media de los ingresos. Y se aprecia un descenso de mujeres. Ahora son chicos jóvenes los que "desean desaparecer del mapa".
"No me merece la pena seguir sufriendo". Son las palabras que suelen preceder a la desgracia. La previa del final de una vida. No viven. Sólo "sufren". Por ello, la atención mental sanitaria se hace cada vez más imprescindible.
"Tenemos que analizar el porqué y trabajar para darle respuesta". Jiménez revela que también se trabaja con los familiares a través de lo que los expertos catalogan como "manifestación de malas noticias". Hay que darle "naturalidad".
Acoso digital
Por su parte, Genoveva Mancha, doctora en psicología general sanitaria y colegiala en el Colegio Oficial de Psicólogos de Málaga, apela a "procesos de estrés" como una de las "principales causas de suicidio" en edad juvenil.
Acompañando a esta idea, emerge la palabra "depresión". Tan complicada de pronunciar. Tan compleja de asumir. Esta sinergia es, en la actualidad, la principal causa de muerte en jóvenes.
El ciberacoso o el acoso escolar -bullying- se esconden detrás de las vidas de muchos chicos. Para la doctora Mancha, este "maltrato psicológico está en auge". Lo asocia al mundo digital. "Ahora casi todo es a través de internet", indica.
"La única interacción que tienen con sus iguales es a través de medios electrónicos". Este hecho, además, se ha agigantado con la pandemia. "Uno de los principales signos que precede a la muerte deliberada es el acoso". Destaca que es especialmente notable en las "chicas".
De la misma manera, hace un análisis pormenorizado de lo que los profesionales denominan "jóvenes adultos", personas recién entradas en la mayoría de edad. Para ella, las crisis vienen derivadas de "problemas económicos". Acaban sus estudios y no hay trabajo. "No tienen manera de independizarse".
Achaca el ambiente familiar inapropiado como una causa que puede llevar a cometer decisiones drásticas. "La situación debe ser positiva para que la persona desarrolle sus cualidades de manera sana".
En este sentido, si el problema es grave, la solución escasea. En España hay seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes. Esta tasa es muy inferior con respecto al resto de países de la Unión Europea.
Asimismo en cuanto al área de la psiquiatría, la situación es similar. Existen 9,9 profesionales por cada 100.000 habitantes. La principal herramienta para combatir la salud mental es casi inexistente.
"Debería existir un cambio educativo y social". Los profesionales de la salud mental coinciden. "La opinión pública hace muchísimo daño", destacan. En los últimos años ha aumentado la asistencia en los hospitales a jóvenes por problemas de salud mental. Pero sigue siendo un secreto. "Es una lacra social".
"La gente no es consciente del daño y sufrimiento de las personas que sufren estos episodios", señalan. Achacan la falta de recursos para combatir estos problemas. En las últimas adjudicaciones, únicamente se han ofertado 204 plazas para profesionales de la salud mental en todo el territorio.