Defiende el refranero popular que entre el dicho y el hecho hay mucho trecho. Una máxima fácilmente aplicable al ámbito de la política, en el que es habitual ver a alcaldes, ministros y presidentes colmar sus discursos de anuncios que acaban por difuminarse con el paso de los meses.
Y este es justamente el riesgo que sobrevuela el amplio listado de compromisos asumidos con la provincia de Málaga por quienes desde hace poco menos de tres años dirigen las riendas del gobierno de la Junta de Andalucía.
En especial porque materializar todos los proyectos confirmados por los mandatarios autonómicos, con el malagueño Juanma Moreno al frente, va a obligar a un desembolso gigantesco.
Sólo incluyendo en la ecuación el tercer hospital, la terminación de la red del Metro de la capital, la Edar Norte, la rehabilitación del Convento de la Trinidad, la ampliación del Costa del Sol y el puerto seco de Antequera, entre otros, la suma necesaria se eleva a casi 800 millones de euros.
Rebaja el impacto de la cuantía el hecho cierto de que parte de estas operaciones son de medio recorrido. Es decir, que no empezarán a requerir euros contantes y sonantes hasta el mandato que viene (superadas las elecciones de finales de 2022), prolongando su financiación, al menos, durante toda la legislatura siguiente.
Esto es justamente lo que ocurrirá con el largamente demandado tercer hospital de Málaga, cuya construcción, según las estimaciones recogidas en el anteproyecto, se traduce en unos 375 millones de euros. No se habla en ese documento técnico del equipamiento necesario para el buen funcionamiento del complejo que, a buen seguro, requerirá de varias decenas de millones más.
Otro tanto sucede con la prolongación bajo tierra del ramal del suburbano procedente de Carretera de Cádiz. El objetivo es llegar hasta la nueva infraestructura hospitalaria a finales de 2027 (así queda recogido en la última versión del contrato de explotación del ferrocarril urbano).
En el camino ya avanzado, la Junta cuenta con el anteproyecto, que habrá de completar durante un año con el proyecto definitivo. En las primeras aproximaciones, los análisis elevan a unos 150 millones el coste de llevar el Metro soterrado hasta la zona norte.
Pero las obligaciones que trae consigo el suburbano no se limitan a la parte de obra pura y dura. Hay otro concepto que pasa más desapercibido a ojos del ciudadano de a pie, pero que desde 2014 hasta la actualidad se convierte en la principal reserva de las cuentas autonómicas para Málaga: los gastos de explotación del ferrocarril urbano.
Garantizar el funcionamiento de los trenes, rebajando el coste real del viaje a los usuarios y compensando, al mismo tiempo, a los privados por los enormes retrasos en la terminación de la red, implica casi de manera religiosa unos 80 millones anuales. Sirva de ejemplo que el presupuesto de 2021 incluye para este concepto 83,7 millones.
Por enjundia económica, la ejecución de la nueva depuradora de Málaga y su entorno metropolitano adquiere protagonismo propio. La activación de esta iniciativa llega después de más de una década hablándose de ella.
La firmeza del compromiso queda garantizada con la licitación y la selección de la alianza empresarial mejor valorada para seguir adelante con el proyecto. Queda aún por concretar la adjudicación. La proposición económica actual rebajaría a unos 104 millones (incluido el IVA) el presupuesto final, siendo el plazo de 42 meses.
Convento de la Trinidad
Estas son las tres grandes apuestas de los actuales gobernantes regionales con el territorio malagueño, pero no las únicas. Es igualmente simbólico el anuncio emitido meses atrás por la Junta para recuperar el viejo y casi ruinoso Convento de la Trinidad, objeto durante décadas de numerosas propuestas de intervención, ninguna de las cuales ha cuajado.
Ahora, la Administración autonómica retoma la idea y habla de convertir el histórico edificio en centro cultural, tras una inversión de unos 18 millones. El paso definitivo, de darse, se prevé para finales del año que viene, coincidiendo casi con la cita electoral.
Algo semejante sucede con la apuesta por mejorar las conexiones viarias entre la capital de la Costa del Sol y el interior de la provincia, por medio de la construcción de una autovía hasta Ronda. De momento la labor se ha limitado a la parte técnica.
La losa económica, siendo considerable, lo será aún más si la Junta, como se llegó a admitir durante el presente mandato, cumple con la palabra dada a históricas reclamaciones malagueñas, como la curación de la cicatriz del Guadalmedina. Una operación de un valor elevado, pero que sigue a la espera de que se concrete el modo de afrontarla.
Más cercanas en el tiempo hay que enumerar otras iniciativas como la primera fase del puerto seco de Antequera, ya adjudicada en unos 30 millones de euros. Su desarrollo, estimado en 20 meses, requerirá de lo que resta de mandato y de la reserva de partidas considerables en las próximas cuentas de 2022.
Algo semejante ocurre con la ampliación del Hospital Costa del Sol, fijada en 52 millones y 21 meses. En este caso, se prevé la adjudicación de los trabajos antes de que acabe el actual ejercicio.