La Guardia Civil ha identificado a un estafador de criptomonedas, creador del token 'Hodlife', que ha sido detenido en Letonia tras permanecer prófugo de la justicia internacional desde 2015. Los investigadores siguieron el rastro a un treintañero que se conectaba a la wifi de hoteles en la Costa del Sol de Málaga en su intento de no dejar rastro de una operativa que, usando identidades falsas, consiguió hacerse con el control de criptodivisas por valor de más de medio millón de euros, dejando atrás más de un millar de afectados.
Según la Guardia Civil, en la operación del Departamento Contra el Cibercrimen de la Unidad Central Operativa (UCO) se ha logrado identificar y detener a "uno de los mayores ciberestafadores de criptomonedas conocidos", un letón de 30 años de edad buscado por organismos policiales internacionales desde 2015.
El detenido también ha sido ubicado en otros puntos de la geografía española como Ibiza o Tenerife, donde disfrutada de un alto tren de vida, según explican fuentes de la Guardia Civil. Llegó a poseer tarjetas de crédito y cuentas bancarias con titularidad falsa, ya que sobre él pesaba una orden de búsqueda, detención y extradición ordenada por Estados Unidos en 2015, motivada por la comisión de sucesivas estafas.
Este cuerpo policial comenzó la investigación por la información recabada a través de canales abiertos para perseguir este fenómeno delincuencial al alza. Tras la detención, ha facilitado la cuenta de correo electrónico ciberestafas@guardiacivil.org como punto de contacto para posibles afectados.
Campañas agresivas en redes
El cebo de la estafa fue prometer a los usuarios invertir en un nuevo proyecto de criptomoneda, 'Hodlife, The Unicorn Token', con el reclamo de repartir luego parte de las comisiones de las operaciones que se realizaran con la plataforma. La UCO cree que, al margen de esta investigación, el treintañero arrestado hizo de la estafa su forma de vida.
Para la difusión de este proyecto, lanzó agresivas campañas de publicidad en perfiles de redes sociales como Twitter y Telegram, así como con una página web creada ex profeso, consiguiendo rápidamente atraer a una gran comunidad de usuarios embaucados para depositar sus criptodivisas en esta nueva línea de negocio.
Para dar una mayor credibilidad a estas campañas, el creador de Hodlife se hizo con los servicios de un actor. Su función era grabar vídeos promocionales del proyecto haciéndose pasar por el creador de la iniciativa, creando expectativa sobre logros y la mecánica de beneficios.
La supuesta inversión se desenmascaró por sí sola el pasado mes de junio, cuando todos los inversores que habían invertido sus criptomonedas en Hodlife pudieron comprobar que habían sido transferidas hacia otras carteras, sin quedar rastro alguno de sus inversiones. Se trata de una estafa bautizada como 'rug pull' o 'tirar de la alfombra', consistente en que los desarrolladores de un proyecto abandonan el mismo y se dan a la fuga con el dinero de los inversores.
De villas de lujo a la wifi de hoteles
La UCO realizó la trazabilidad sobre las inversiones, comprobando que el detenido propició el cambio de divisa de las criptomonedas, traspasos a distintas redes y usó plataformas que ofrecen servicios de 'mixing' o mezcla de criptoactivos con los de otros usuarios, consiguiendo así dificultar la identificación de la titularidad de cada una de las carteras en las que están depositados los fondos.
Los investigadores llegaron entonces a un ciudadano lituano, de iniciales A.T. y 29 años, que resultó ser una identidad falsa del letón arrestado, cabecilla de la estafa, el cual había disfrutado de estancias en España durante largas temporadas en 2020. También descubrieron estafas anteriores por unos 600.000 euros, lo que para la UCO pone de manifiesto que esta persona hacía de la estafa su forma de vida.
Siguiendo el rastro de esta persona, los agentes pudieron comprobar el alto nivel de vida que llevaba, tanto él como sus acompañantes, residiendo en villas de lujo de rentas superiores a los mil euros diarios o alquilando coches de alta gama de las marcas más exclusivas, así como gastando ingentes cantidades de dinero en tiendas de ropa de diseño y en los locales de restauración más destacados de la Costa del Sol.
También fue determinante para los agentes conocer que el cabecilla de la estafa alternaba la residencia en las citadas villas con otras en hoteles. Era aquí donde utilizaban las conexiones de internet para conectarse a diferentes plataformas de compra y venta de criptomonedas, transfiriendo los fondos robados a carteras de su titularidad.