La decisión del Ayuntamiento de Málaga de cortar por lo sano con el anterior sistema público de bicicletas y poner en manos de empresas privadas la explotación comercial de este modo de movilidad alternativa tiene una significativa repercusión sobre el bolsillo de los clientes habituales.
Una comparativa entre las tarifas del modelo anterior y el nuevo ya en funcionamiento deja a las claras un incremento del 1.600% en el coste que la primera hora de servicio puede tener quien decida utilizar la bici para moverse por la ciudad.
De manera directa: con Málagabici la primera media hora de uso desde que se sacaba el vehículo de la estación era gratuita, fijándose un precio de 0,017 euros por cada minuto posterior. Conforme a este criterio, la primera hora le costaba al cliente 0,51 euros.
¿Qué ocurre ahora? A la espera de que empiecen a operar otras compañías, la única información de la que se dispone es de la empresa Dott, la primera en poner en funcionamiento parte de sus bicis. Y de acuerdo con los datos aportados por la firma, las tarifas que se aplican son similares a las que ya se utilizan para su flota de patinetes.
Esto es: 0,29 euros por minuto. Aplicando este valor, la hora completa se traduce en casi 17,4 euros. O lo que es lo mismo, 16,89 euros más que con el anterior sistema. Bien es cierto que en la búsqueda de mayor fidelidad entre sus clientes, Dott les ofrece pases diarios y mensuales por 4,99 euros y 29,99 euros, respectivamente.
La significativa variación ha sido objeto de denuncia por parte del colectivo Ruedas Redondas, que se ha mostrado crítico con la decisión municipal de enterrar el anterior sistema de alquiler. El presidente de esta asociación, José Luis Martín, ha sido explícito: "Se confirman nuestro peores presagios de cara a los precios de explotación; van a incidir en los usuarios de menor poder adquisitivo y el servicio va a ir dirigido a turistas y a personas con alto poder adquisitivo".
En esta misma línea, considera que el servicio de bicicletas debería "tender a un servicio público con precios populares que desincentibase el uso de los vehículos a motor contaminantes". "El motivo por el que desaparece este sistema no es por la falta de uso, sino por los continuos inconvenientes que el usuario encuentra cada vez que quiere llevar a cabo la prestación del servicio", sostiene.
Por el momento, Dott es la única de las tres compañías que cuentan con patinetes en la ciudad que ha dado el paso de ampliar su oferta con bicicletas de ayuda a la pedalada. La previsión en el seno del equipo de gobierno, sin embargo, es que a ésta se vayan sumando nuevas empresas.
De hecho, el propio concejal de Movilidad, José del Río, informó el pasado viernes de la posibilidad de convocar el año que viene un concurso para otorgar autorizaciones sólo a una o dos empresas, con el objetivo de reducir la oferta. Es justamente este el mecanismo que se maneja para los patinetes. Hasta ahora son diez las compañías que han solicitado formalmente el permiso al Ayuntamiento para operar en 2022. La ordenanza municipal obliga a que el máximo de vehículos por empresa sea de unas 300.
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