Si le parece que el verano aún queda lejos, no perderé el tiempo en preguntarle por 2027. Un lustro da para plantearse tener un hijo, gestarlo y matricularlo en su primer curso de ciclo infantil. Cinco años dan para pasear a un equipo por Europa con la bandera de la Champions, y para descenderlo a segunda. Tal cual. Pero por aquello de que el tiempo es relativo y de que depende del observador, contar años con los dedos de una mano será todo un mundo para algunos, y un suspiro para otros.
Cinco años es lo que queda para que la ciudad se ponga guapa cara a la Exposición Internacional que estos días se ha promocionado en Dubái... Claro que antes hay que lograr que lo que ahora es candidatura, luego sea certeza. No son cinco sino uno, los que habrá que esperar para saber en qué queda el invento (la decisión se toma a mediados del próximo año) pero de momento, se dan pasos al respecto y las administraciones (ahora sí) toman parte en el asunto.
Tanto es así que hace unos días, una delegación malagueña se ha ido hasta Dubái, no para hacer turismo sino para vender producto Málaga. Junta de Andalucía, Gobierno central y Ayuntamiento, de la mano. Una maravilla, que en alguna ocasión, los podamos ver juntitos y con un discurso común, alejado de la polémica y del picante forzado con el que impregnan habitualmente buena parte de sus alocuciones. La fotografía de Moreno, de la secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Ángeles Moreno, y del alcalde de Málaga, remando hacia un mismo punto y no pegándose con el remo en la cabeza es un regalo.
Reza el lema de la Expo 2020 Dubái, "Conectar mentes, construir el futuro". Y algo de conexión sí que parece haberse logrado. Cómo será la cosa, que todo esto ha terminado por juntar en un mismo viaje a De la Torre y al líder de la oposición en Málaga, al que el primero invitó hace unos días. Y es que Dani Pérez también ha estado en Emiratos Árabes Unidos, para ser parte de esa foto municipal que defendía la propuesta malagueña cara a un año no tan lejano. Aceptó la invitación del alcalde y cambió martillo por pincel, para ayudar a pintar un cuadro que supondría mucho para Málaga… e incluso le dio tiempo a esprintar un rato con otro de los componentes de la notable delegación municipal: Carlos Conde.
Del entusiasmo del concejal de Economía y Hacienda por las carreras matutinas ya sabíamos algo. La transparencia de las redes sociales. En buen estado de forma, se le ha visto en más de una ocasión con el presidente de los populares malagueños y consejero de la presidencia, Elías Bendodo. No perdona, Conde, que se llevó camiseta y pantalón deportivos, y parece que estuvo rápido para llamar a su compañero de corporación Pérez (otro de los que desfoga a menudo a golpe de zapatilla), antes de preparar la maleta: “No olvides la ropa de running, que en Dubái nos echamos una carrerilla suave”, debió decirle. Dicho y hecho, popular y socialista compartieron ruta en sus redes sociales, en una singular foto que habla de buen rollo del que más de una vez echamos en falta en la vida municipal.
Una ciudad como la nuestra necesita de una cita como la del ‘27, en forma de trampolín definitivo para un saltador que va de récord en récord. No dependerá de un factor, sino de mucho. No depende de una foto institucional (la de traje y corbata, decimos), pero todo ayuda. Málaga llegó a Dubái con su círculo virtuoso y sostenible (el proyecto gira en torno a una serie de construcciones en forma de O, que luce estupenda en la infografía) y se volvió con la sensación de haber dado un primer paso para cautivar al que luego tenga algo que decir en esto… aunque no olvidemos que los otros también hacen sus deberes y que de tanto mirarse al ombligo, más de uno ha terminado a veces tropezando con la farola de enfrente). A saber.
Entre tanto, la ciudad se reivindica de nuevo como polo de atracción de empresas y proyectos de ámbito tecnológico, en el sur de Europa. El foro Transfiere de esta semana es un nuevo caramelo con el que endulzar paladares exigentes. No olvidemos que, hasta hace bien poco, se criticaba el monocultivo del turismo y decíamos aquello de que Málaga no podía depender únicamente del visitante que llega a conocer los espetos. Ya estaría.