'Los pueblos quieren paz', 'No a la guerra', 'No to war', 'Ucrania no es Rusia', 'Ucrania, el mundo está contigo', 'La paz para Ucrania. Rusos contra la guerra' y proclamas contra el presidente ruso, Vladimir Putin, son algunas de las pancartas que este domingo se han podido ver, de nuevo, en la plaza de la Marina de Málaga capital donde cientos de personas han exigido el fin del ataque ordenado por Rusia contra Ucrania en la madrugada del pasado jueves, 24 de febrero.
Desde entonces, los testimonios de preocupación son constantes en una provincia con más de 11.500 ucranianos censados, más de 4.000 en la capital malagueña, que se está volcando con ayuda humanitaria para los afectados por la invasión rusa. Muchos tienen allí a sus familiares: padres, madres, tíos, hermanos, hijos.
En la concentración, representantes de los ciudadanos ucranianos que residen en Málaga también han dado las gracias a los españoles por su respuesta de condena de la guerra "que ha desatado el psicópata de Putin" y cómo desde "el primer minuto" están colaborando: "Gracias por no quedarse indiferente" y por involucrarse "cada uno a su medida". También han recalcado que todo es "una ficción, una mentira" del mandatario ruso.
Hasta el momento ya se han enviado desde Málaga dos furgonetas cargadas de ayuda humanitaria y una tercera lo hará en breve. Solidaridad con el pueblo ucraniano desde la comunidad en la provincia y de parte de muchos malagueños que están también colaborando y apoyando al pueblo ucraniano.
Esto se suma a la ayuda trasladada por el Ayuntamiento de Málaga capital y la Diputación para prestar toda la ayuda posible al pueblo ucraniano. El alcalde, Francisco de la Torre, ha recordado el ofrecimiento para acoger a refugiados, además de colaborar con esta comunidad en el envío de alimentos y material sanitario a su país, animando a la colaboración ciudadana: "Demostremos solidaridad".
Por su parte, el presidente de la institución provincial, Francisco Salado, ya ha trasladado a la cónsul de Ucrania en Málaga la disposición de las residencias de La Térmica y La Noria, con más de medio centenar de plazas, para alojamiento y manutención de los ciudadanos ucranianos a los que la invasión rusa cogió en Málaga bien de visita o de turismo y que ahora no pueden o no quieren regresar, así como para atender a refugiados y niños a los que haya que evacuar.