La Semana Santa está repleta de elementos distintivos que atienden a la realidad de un lugar. Señas de identidad que afianzan ese sentimiento de pertenencia a un pueblo. La gastronomía, la cultura, el arte. Símbolos inmateriales que conviven con las dos enseñas oficiales de cada territorio: la bandera y el himno; este último, especialmente significativo durante la celebración de las procesiones al sur de España.
Alejandro Cerezo, uno de los mayores conocedores de la música cofrade, explica que el himno de Andalucía procede de un antiguo canto eucarístico: "El Santo Dios es una plegaria que Blas Infante escuchó por primera vez cuando cursaba entre 1896 y 1899 el bachillerato en las Escuelas Pías de Archidona, institución que permaneció en esta ciudad hasta 1950", apunta.
La primera cofradía en incorporar esta pieza en su salida procesional fue la Virgen de los Dolores del Cerro, en Sevilla, a mediados de la década de los 90. Pocos años después, esta propuesta llegaría a Málaga a través de la cofradía de los Gitanos. La salida de María Santísima de la O representa uno de esos momentos fácilmente reconocibles por la idiosincrasia de su banda sonora. En cambio, el motivo de la elección no atiende a cuestiones simbólicas, identitarias o mínimamente andalucista, sino al interés personal de un hermano. Desde la cofradía del Lunes Santo afirman que fueron pioneros en Málaga, a finales del siglo XX: "El artífice fue Rafael Camacho. Gustó tanto que la Asociación Almenara de andaluces en Cataluña nos dio un premio por la apuesta que hicimos de los valores de la tierra. El Cristo sale con el Himno Nacional y la Virgen con el Himno de Andalucía", explican con naturalidad.
Pero no es el único caso conocido en la capital. La Divina Pastora de Capuchinos también cuenta en su haber con esta peculiaridad desde hace más de una década. ¿El motivo? "Es la gran aportación andaluza al catolicismo universal. Esta advocación nace en Sevilla, en el coro del convento de los Capuchios cuando fray Isidoro de Sevilla tiene una visión en la que aparece la Virgen vestida de pastora. Estamos hablando del año 1703 y rápidamente se expande por todo el mundo. Fruto de esa fuerza inusitada es que la Virgen de Montes de Oca fue realizada en la década de los años 20 del siglo XVIII. El ruido que supuso tuvo que ser gigantesco", subraya Alejandro Cerezo.
En esta lista de cofradías malagueñas que optan por el Santo Dios como primera marcha procesional hay que incluir al Carmen de Huelin. En Andalucía, podemos encontrar la primera salida de la Virgen de la Salud, de la Agonía de Córdona; El Perdón de Huelva, con la marcha adaptada al género de agrupación musical; o la Virgen de los Dolores, de los Escolapios de Granada.
Este último caso es especialmente curioso: "Los Escolapios acudieron en el 2000 a Roma para visitar al santo padre. Para ello, la Virgen del Mayor Dolor discurrió por las calles de la ciudad eterna en su paso de palio. El compositor Miguel Sánchez Ruzafa, que fue director de la BM de Granada, le compuso la marcha Virgen de Andalucía, que finaliza con la melodía del himno andaluz. Esta hermandad está en la iglesia de San José de Calasanz; que conserva el órgano en el que Blas Infante escuchó por primera vez el Santo Dios, ese canto eucarístico que tiempo después serviría como base para componer el que todos conocemos hoy en día", explica Cerezo, quien añade que también se interpreta antes de comenzar el pregón oficial, junto con el resto de himnos oficiales.
Himnos procesionales
La vinculación existente entre las marchas laicas y los cortejos procesionales atiende a una tradición localista: "Algo similar ocurre en Italia, donde muchas cofradías salen con Il Canto degli Italiani". Esta costumbre de optar por piezas civiles no está regulada: "Se asume y se aplica por inercia. Quizá tiene más sentido en aquellas salidas complicadas, donde la marcha real sirve para romper la tensión", añade Alejandro Cerezo.
Subraya que él no es partidario de elegir piezas civiles para una salida procesional, aunque puntualiza dos aspectos: "Con la ley en la mano, la marcha real y el himno de Andalucía están al mismo nivel. Ambas son composiciones oficiales y democráticas. A este elemento hay que sumar otro factor; creo que es más fácil asumir las tradiciones cuando vienen desde antiguo. La elección del himno de Andalucía es más reciente, pero de aquí a unos años habrá generaciones que no habrán conocido otra cosa que la Virgen de la O saliendo con este cántico".
Más allá de la música, el andalucismo no tiene una presencia especialmente reseñable en otros elementos patrimoniales: "La mayoría son nacionales, fruto de la herencia del franquismo". La aprobación de la autonomía andaluza coincide con la llegada a la Semana Santa de Málaga las nuevas hermandades: "Estas cofradías están más alejadas de lo político. De hecho, desde la democracia, las nuevas incorporaciones patrimoniales apenas añaden elementos civiles. Es raro encontrar escudos en capillas o estandartes, más allá de algunas donaciones particulares. Antes, lo difícil era localizar un caso a la inversa", expone.
Pero el mayor reflejo de Andalucía en la Semana Santa no está en los bordados o en la orfrebrería, sino en la propia celebración. Cerezo asegura que las cofradías son "tan Andalucía" que no hace falta subrayarlo con ninguna bandera de pertenencia: "Las procesiones son en sí una bandera. No hay que especificarlo porque no existe ese riesgo de confusión. Todo el mundo conoce que estamos ante algo español y andaluz", subraya.
En cambio, la arbonaida sí que se frecuenta con asiduidad en las hermandades de gloria, especialmente en las romeras, con el Rocío como primer ejemplo. Es habitual identificar enseñas alusivas, incluso de las diputaciones provinciales. Similar a lo que ocurre con las patronas de muchos pueblos, donde se pasea la bandera blanca y verde por las calles del lugar: "En cuanto a las glorias de la capital, se ha dejado de llevar debido a la evolución, ya que están dejando de ser procesiones de gloria para ser hermandades de gloria, lo cual conlleva un concepto mucho más cofrade", expone.