La Asociación de Viviendas Turísticas de Andalucía (AVVA) y el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla han puesto en marcha un Código de buenas prácticas para viviendas con fines turísticos y Administradores de Fincas. el objetivo de esta innovadora iniciativa es mejorar la convivencia de estos alojamientos en las comunidades de propietarios.
"Este acuerdo de colaboración es todo un ejemplo de voluntad y unión de esfuerzos en beneficio de la ciudadanía y de su calidad de vida", ha afirmado el presidente de AVVA, Carlos Pérez-Lanzac. Por su parte, el presidente de los administradores de fincas, Manuel Jiménez, considera que "permite velar por el mantenimiento de un buen ambiente en las comunidades de propietarios y que las viviendas turísticas puedan desarrollarse con mayores garantías para todos los vecinos".
Aunque el acuerdo se ha firmado para conseguir mejorar dicha convivencia, Pérez-Lanzac subraya la ausencia actualmente de conflictos en los alojamientos gestionados por empresas profesionales, como lo demuestra el hecho de que en el caso de Málaga capital, según los datos disponibles, el volumen de incidencias en viviendas turísticas respecto al total de pernoctaciones es menor al 0,05%. Es por ello por lo que AVVA apuesta por la profesionalización del sector.
En el código de buenas prácticas aprobado se incluyen compromisos de actuación por parte de los propietarios y gestores de viviendas con fines turísticos y también por parte de los administradores de fincas. Los primeros, por ejemplo, entregarán a los huéspedes información de las normas de la comunidad sobre ruidos, correcto uso de zonas comunes, piscinas, terrazas, estacionamientos de bicicletas, prohibición del depósito de basura en la puerta del apartamento o zonas comunes…
También promoverán el respeto de las horas de sueño de los vecinos, con especial atención en las entradas y salidas de la vivienda, informando a los huéspedes de los horarios de sueño. Informarán y evitarán comportamientos poco decorosos o estéticos como colgar ropa de los balcones o fachadas de los edificios; dispondrán de un teléfono de emergencias 24 horas; comunicarán a los presidentes, administradores y a los vecinos que lo soliciten el teléfono del propietario o gestor de la vivienda.
Asimismo, se comprometen a instalar un medidor de sonido en caso de molestias reiteradas por el ruido; y también prohibirán expresamente la realización de fiestas en la vivienda así como arrendarla para fines como turismo de alcohol o despedidas de soltero/a.
Los administradores de fincas, por su parte, promoverán la inclusión de estas normas en el reglamento de régimen interno de la comunidad; se informará a los colegiados y los propietarios de las comunidades; dichos propietarios y el administrador facilitarán a la gestora de la vivienda con fines turísticos los acuerdos de la comunidad y las normas de convivencia del edificio; pondrán en conocimiento de los gestores y propietarios de estas viviendas turísticas cualquier incidencia que se produzca.
El administrador atenderá también a la mayor brevedad posible las incidencias notificadas por el gestor de la vivienda y le informará de cómo se está solucionando el problema. Promoverá la buena convivencia entre los vecinos y las viviendas con fines turísticos.
Y, por ejemplo, el administrador del edificio contactará con AVVA cuando la comunidad tenga problemas reiterados con una vivienda gestionada por una empresa asociada a AVVA, para que ésta en la medida de lo posible llame al orden a la vivienda que haya originado los problemas.
El impacto positivo de los apartamentos turísticos
El sector de los apartamentos turísticos genera cada año más de 1.200 millones de euros en Andalucía y es un pilar dinamizador fundamental del turismo y de la economía de la región. De hecho, el 50% de todas las plazas de alojamientos de la comunidad autónoma son viviendas turísticas y casas rurales, que crean 15.100 empleos directos, 9.500 indirectos y 8.400 autoempleos.
Andalucía cuenta con 73.305 viviendas turísticas y con 367.292 plazas (de las que más del 50% se encuentran solo en la provincia de Málaga, con 39.540 viviendas), y recibe en torno al 45% de todas las reservas de estas características en España.
El mercado de la vivienda turística suele producir un cliente satisfecho y fiel, con gran volumen de demanda y con un impacto muy positivo de generación de empleo, emprendimiento, innovación y oportunidades en el entorno más cercano, pues está comprobado que su estancia supone un impacto positivo en el comercio de proximidad como la restauración, el alquiler de coche y otros servicios.
Muestra de ello es que 6 de cada 10 euros que gastan los visitantes se realizan en compras, productos y servicios del comercio local. El gasto medio total de viaje por usuario de vivienda turística es de 2.051 euros. Desde la pandemia, se ha incrementado la demanda de este tipo de alojamientos entre un 40% y un 60% por la sensación de seguridad, privacidad e intimidad que proporciona.
La vivienda turística provoca, además, la rehabilitación de edificios y la generación de riqueza con estos trabajos (el 78% de los propietarios de viviendas turística ha hecho alguna reforma), y la instalación de domótica y soluciones inteligentes y de ahorro energético, lo que aporta innovación y sostenibilidad al parque de viviendas.