Con los precios por las nubes
de lo que a ti se te ocurra,
agarraos que vienen curvas:
porque el salario no sube
lo que sube el ipecé.
Y en las Cortes, entretanto,
se lanzan de nueve a tres
a la cabeza los trastos.
La jornada "Emplea Turismo"
al Palacio Fycma puso
como si fuera lo mismo
que el casting de Operación Triunfo:
jóvenes muy preparados
queriendo oportunidades
e intrépidos empresarios
buscando talentos tales
que sitúen a la Costa
del Sol en primera plana.
Hay alegría y se nota
pese a tantas andanadas
de IPCs, paros y guerras
y tantos augurios malos.
Parece que la pandemia
"se va" para que "volvamos".
En el nuevo suburbano
a Juanma Moreno vimos
(sin chalequito amarillo)
indicando con la mano
al eficaz maquinista
por dónde había que tirar.
El postureo oficial
al que no hay quien se resista
y que llena las portadas,
tertulias y noticieros
como si algo aportara
al avance que es el Metro,
cuando lo que aporta es nada:
mejor cuando se están quietos.
El Málaga Club de fútbol,
comenzó en La Rosaleda
su particular Cuaresma
en otra tarde de luto
con Antoñín de rodillas
como si orase en el Huerto.
Cerca del Descendimiento
y a paso de Pollinica
se arrastraron los de Natxo
frente al Huesca, que hizo Sangre.
Humillación, los muchachos,
se llevaron y al Rescate
no acudirá la afición,
que amarrada a una Columna,
soporta Azotes y Penas.
Ya ni la Crucifixión
del míster parece una
Redentora solución.
La Sentencia está dictada,
el destino lo ha querido:
que lo arregle la Esperanza
o que lo arregle el Cautivo.
La plaza de la Marina
y la de Santo Domingo
nos tienen en un respingo.
El azahar que trasmina
florece por la ciudad
lo mismito que las pérgolas.
¡Qué elegancia y majestad,
pierdo el sentío viéndolas!
Cuaresmeras estructuras
que por Pascua marcharán.
Una costó un pastizal,
pero para la tribuna
hará falta el veintitrés.
La otra, yo no sé a quién
se le ocurrió colocarla
donde ahora está, pero sé,
que hay unos cuantos gachés
que pretenden endosarla
a la culpa in vigilando
de la buena de María,
que en la capilla del Puente
junta la noche y el día,
pero esto se le ha escapado.
¡María no está pendiente!
María, tú no me llores,
que no hay pérgolas ni sombras
que lastimen el fulgor
en las sienes y el dolor
de la que a la plaza honra,
la Virgen de los Dolores.
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