El panorama del paseo marítimo Antonio Banderas era desolador al mediodía de este martes. Los viandantes esquivaban montañas de arena, cañas, rocas y charcos que aún mantenían el color anaranjado del barro y la calima de la semana pasada.
El mar rugía aún con fuerza y los chiringuitos trabajaban a destajo para volver a la normalidad cuanto antes. Varios trabajadores del Chiringuito María, de Juan Manzano, estaban en el exterior del local desesperados viendo cómo los técnicos de mantenimiento achicaban el agua del sótano.
"Tenemos medio metro de agua abajo, se nos ha ido la luz y tengo todas las maquinas frigoríficas con material para Semana Santa paradas. Esta es la misma historia de siempre", expresaba Juan, temeroso de un repunte del levante en las próximas horas que haga que el trabajo realizado no les sirva de nada.
"La única solución para que esto no ocurra es que se construyan de una vez las escolleras. Si no lo hacen, ya podrá pasar una semana, un mes, o un año, que el resultado va a ser el mismo. Sea cuando sea, los temporales siempre son una ruina muy grande. Pese a ello, de los más de 60 años que llevo aquí, este no ha sido el peor", añadía el dueño del María.
En un chiringuito cercano, el Chiringuito Escribano, se oyen escobazos y una manguera. Son Manolo, Paola, Miguel y José María, que están poniendo a punto el negocio. "Mucha arena, mucha arena", gritan cuando se les pregunta por los daños, algo hartos de limpiar. En su caso, se sienten afortunados por no haber sufrido tanto el temporal. "Hemos tenido que recolocar alguna cosa, pero poco, menos mal", proseguía Manolo.
Pedro Gutiérrez, dueño del Chiringuito Gutiérrez Playa, a eso de las dos de la tarde de este lunes ya atendía a algunos clientes en sus mesas. "Nosotros hemos podido abrir porque hemos tenido a tres trabajadores toda la noche pendientes de la terraza impidiendo que entrara el agua. Creamos una muralla con mesas que nos ha servido mucho, al final ya tenemos experiencia. Ayer estábamos abiertos y nos lo vimos venir", contaba Gutiérrez.
Gutiérrez también es partidario de la construcción de estas escolleras que "solucionarían el problema a todos los negocios". "Lo que no es normal es que sigan echando arena, para que luego llegue el temporal de levante, se lo lleve todo y el año que viene a seguir chupando del bote echando más arena", criticó.
Lo mismo opina un familiar del chiringuito Los Compadres, que estaba evaluando los daños del establecimiento y sacando fotografías para mandárselas al propietario. "No eran normales los montones de arena con escombros en Huelin durante meses sin filtrar. Eso no sirve para nada. Nosotros vivimos de esto, y hasta que no lleguen las escolleras todo seguirá igual", expresó. Pese a ello, se va tranquilo viendo que el chiringuito de su familia solo tiene algunos toldos rotos por el viento y una gran acumulación de arena que ha podido llegar hasta el salón.
El más dañado de la zona oeste, el chiringuito Casa Lucas. Sus trabajadores aguardaban en la barra del local, desesperados, mientras volvía la luz. Este lunes los Bomberos tuvieron que actuar en su local para apagar el incendio que se había creado en su transformador. "Se unió el agua de la lluvia, que cae por la inclinación del paseo, y el fuerte oleaje, lo que ha hecho que acabe saltando el transformador, que ha ardido", contaba a este periódico Manuel Agustín, uno de sus trabajadores.
"Salimos de una [la pandemia] y nos metemos en otra, con trabajadores a los que pagar el sueldo y bastantes averías que reparar, pero ahí vamos, tirando, con positividad para tirar hacia delante", comentó Manuel Agustín, quien, con el resto del equipo, tuvieron que achicar agua desde primera hora de la mañana. "El agua ha llegado a todos lados, ha sido horrible. En el porche tenemos que pintar y arreglar bastantes cosas, pero entre todos lo haremos poco a poco y ya está", añadió.
Otros chiringuitos, como el Merendero Casa José, tenían las persianas bajadas. Su situación, al lado de las rocas de Huelin, provocaba que no terminara de ser seguro entrar al local. En La Campana, al mediodía del lunes, construyeron un acceso improvisado al chiringuito con cajas de refresco para evitar los charcos. Varios trabajadores trabajaban esperanzados en limpiar todo y achicar el agua del local para estar listos para Semana Santa.
Guadalmar, una carrera de obstáculos
El paseo marítimo frente al hotel Sol Guadalmar parecía más una carrera de obstáculos que un paseo como tal. Cañas, rocas y basura se acumulaban este martes desde primera hora generando escenas dignas de película.
Escenas similares a las de los chiringuitos anteriores se vivieron en Guadalmar. En el Chiringuito Mari Gutiérrez, sobre las seis de la mañana, las cámaras de seguridad captaron cómo el agua anegaba el local. "Hemos estado toda la noche sin dormir. De 5:30 a 7:30 ha sido una pesadilla para nosotros, entraba agua por todos lados y lo peor es la arena que se lleva", expresó este martes Pepe, el dueño del establecimiento.
Tras horas de trabajo y limpieza, finalmente, han conseguido dejar todo listo para abrir este miércoles, aún con el miedo en el cuerpo de que vuelva a ocurrir algo similar. "Nuestro día de descanso es el martes y esta vez nos ha tocado trabajar un poco", confesaba con humor Pepe. En la misma zona, el mar ha inundado también parcialmente el campo de golf con derribo del vallado incluido.
Los Álamos
Desde el Chiringuito Andrés Y Mary también reconocen que ha sido muy difícil conciliar el sueño. Reconocen que son unos afortunados porque solo han tenido que retirar arena pese a lo cerca que están del mar. En Torremolinos es precisamente uno de los municipios donde se han producido más basculamientos de arena, especialmente en la zona de Carihuela y Bajondillo.
Daños en playas de todos los municipios
El panorama ha sido el mismo en el resto de municipios malagueños. Pocos se han salvado de este gran temporal de levante que ha llenado de arena los paseos, que cerraron la noche del lunes al martes por la seguridad de los malagueños.
Los Baños del Carmen se vieron afectados, como viene siendo habitual, por el temporal, resultando anegado el Balneario. También el paseo marítimo de Pedregalejo sufrió inundaciones, afectando el agua a algunos comercios de la zona. Localidades como Marbella o Mijas también están trabajando para reparar los destrozos en el litoral de cara a la Semana Santa con actuaciones de emergencia. Francis Salado ha solicitado al Gobierno que se declare el litoral malagueño como zona catastrófica.
70 incidencias en Andalucía
Según ha informado Policía Local, el temporal ha causado daños en la senda litoral, principalmente en las zonas de Costalita y Costa Bella. En la playa del Saladillo, Protección Civil ha informado al 112 de que el fuerte oleaje arrastró un chiringuito. Por precaución, desde el Servicio de Emergencias se cortaron los accesos cercanos a los ríos en las zonas de Guadalobón, Monterroso, La Cala y Guadalmansa, debido a las crecidas de los mismos.
En Casares, la carretera de los Pedregales desde el polígono industrial de Estepona a Casares tuvo que ser cortada en la mañana de este martes debido a la crecida del río.