Una simple reunión casi improvisada, sobre la marcha, con el sector de la hostelería ha bastado para que este viernes el Ayuntamiento de Málaga abra a revisión el plan de ordenación de las terrazas diseñado para esta Semana Santa.
Así al menos lo apuntan desde la principal asociación del colectivo, Mahos, tras el encuentro celebrado con el alcalde, Francisco de la Torre, y responsables de las áreas de Seguridad y Comercio. Poco después de que finalizara el cónclave, por medio de una nota informativa, han valorado el avance en las negociaciones “con el objetivo de minimizar las reducciones y las retiradas de terrazas” inicialmente ordenadas por el Consistorio.
Conforme a las explicaciones de los empresarios, el Ayuntamiento da marcha atrás y acepta realizar una nueva inspección “sobre el terreno” este sábado por la mañana. La misma contará con la presencia de representantes de Mahos y de las delegaciones de Seguridad y Vía Pública, además de Protección Civil.
El giro ahora producido tiene lugar horas después de que este viernes el presidente de Mahos, Javier Frutos, denunciara el impacto que tiene para varios cientos de locales del entorno del recorrido de las procesiones la medida municipal de reducir parcial o totalmente la ocupación de la calle con mesas y sillas.
En sus manifestaciones, Frutos ha llegado a asegurar que la decisión del Consistorio era “una bofetada con la mano abierta” al sector, uno de los más perjudicados por la crisis económica derivada de la pandemia de la Covid.
"Cuestiones insalvables"
La concejala responsable de la Gestión de vía pública, Elisa Pérez de Siles, ha señalado que hay cuestiones que son "insalvables" y que están recogidas en el Plan de Seguridad: "Estamos hablando de calles que son vías de evacuación del recorrido oficial. Los hosteleros remiten al trazado de 2019, pero en este año hay accesos diferentes a los de entonces, por lo que necesariamente tiene que haber unas condiciones de seguridad distintas".
Entre esas medidas, hace alusión al aforamiento de calles y limitación de actividad en espacios que forman parte de la entrada y salida de eventos especiales, como la Catedral.
Pérez de Siles insiste en que, a diferencia de lo ocurrido en Sevilla o Granada, donde se ha delimitado el entorno afectado en conjunto, los horarios de explotación comercial y la ocupación, desde el Ayuntamiento han ido "calle a calle y local a local" intentando "minimizar" el impacto: "Cada terraza se establece con condiciones específicas en función del día y recorrido. Y eso que la Agrupación nos ha facilitado los horarios hace poco tiempo".
Pese a esto, reconoce que se han "podido equivocar" en algunos casos: "Esta mañana hemos detectado un error en calle Granada y ya está rectificado". Los cambios en las medidas inicialmente propuestas van dirigidos a la "organización de horarios del recorrido y la densidad del espacio ocupado", aunque en ningún caso afectará al número de metros definido para las terrazas: "También podemos intentar que todos los establecimientos puedan cubrir el servicio de comida, excepto el Domingo de Ramos que pasa Lágrimas y Favores. Vamos a mirar establecimiento por establecimiento para identificar problemas puntuales, pero en ningún caso estamos hablando de cambiar el Plan de Seguridad".
Afectación económica
Según los datos aportados por Mahos, muchos de estos establecimientos pierden más de un 50% de sus derechos de explotación y otros “ni siquiera pueden montar (las terrazas), con el notable perjuicio económico que ello conlleva”.
Los hosteleros estiman que son unos 300 los establecimientos perjudicados en el Centro Histórico, ampliándose el efecto de las medidas respecto a 2019, último año en que se celebró la Semana Santa. Y ello sin que, a juicio de la asociación, hayan variado las determinaciones técnicas y jurídicas de evaluación de evacuaciones.
En relación al perjuicio económico por la limitación del uso de las terrazas autorizadas, Frutos ha subrayado que todas las empresas afectadas abonan anualmente la tasa correspondiente de ocupación de vía pública, “y justo ahora que se puede obtener un rendimiento de esa inversión, se reduce en muchos casos y se impide directamente en otros”.
Por último, el presidente de los hosteleros ha querido dejar claro que el sector conoce y valora la especificidad de la Semana Santa y su valor religioso, social y turístico. Sin embargo, demanda que se dé importancia a su influencia económica para los negocios tras dos años de pandemia.
“La necesaria convivencia y compartición del espacio público entre todos los actores de la Semana Santa como evento religioso, social y económico está fuera de toda duda para Mahos, que reitera su disposición a trabajar conjuntamente con el Ayuntamiento de Málaga y todas sus áreas implicadas para mejorar la insostenible situación actual”, ha concluido.