Málaga

El tradicional buen entendimiento del sector hostelero y el Ayuntamiento de Málaga salta por los aires. Y lo hace por el impacto que el plan de seguridad para esta Semana Santa tiene sobre las superficies de las terrazas de los bares y restaurantes de la ciudad. De manera gráfica, el presidente de Mahos, Javier Frutos, ha acusado al Consistorio de dar a los empresarios "una bofetada con la mano abierta" en un momento clave para la recuperación. 

Incluso, cree que puede haber mala intención por la poca antelación con la que se ha comunicado la medida después de que se venga pidiendo el plan de seguridad desde después de Navidad.

Según Frutos, las restricciones anunciadas por el Ejecutivo local son un 50% superiores a las que se aplicaron en 2019, última ocasión en la que las procesiones salieron a la calle antes de la llegada de la Covid. "Hay unos 300 locales afectados, que son casi todos los que hay alrededor del recorrido", precisa. Y ello, asegura, sin que haya habido cambios en el recorrido oficial que justifiquen "esta aberración".

Ante esta situación, Mahos ha celebrado este viernes una asamblea en la que se ha decidido presentar un escrito ante el Consistorio y reclamar una reunión con el alcalde, Francisco de la Torre. Las acusaciones de los hosteleros van a más, al asegurar que en las cartas recibidas por los afectados se justifica la decisión de levantar total o parcialmente las terrazas en un plan de seguridad "que estaba en elaboración".

Por ello, el colectivo, tras la consulta realizada a sus abogados, entiende que son exigencias "nulas de pleno derecho". "Es una falta de respeto a un sector tan productivo para la ciudad", ha añadido Frutos, quien habla de que estas comunicaciones se producen después de que los empresarios hayan realizado sus previsiones en materia de contratación de personal y compra de productos.

De hecho, admite que hay parte de ese personal ya contratado que no se sabe si van a poder utilizar. A su juicio, se trata de "un agravante más" que golpea a uno de los sectores más castigados en los dos últimos años por la crisis sanitaria. "La Semana Santa es muy importante para nosotros; si hay cambios en los recorridos que motiven levantar una mesa, lo hacemos, pero el problema lo tenemos en las calles por donde no pasan los tronos", ha indicado.

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