Que el PP de Feijóo se iba a apoyar mucho en la base moderada de Andalucía es algo que se sabía. Tras muchas conversaciones, el gallego arrancó a Elías Bendodo del lado de Juanma Moreno. El presidente de lo populares malagueños tomaría mando en plaza como coordinador general en Génova. Un puesto creado en la cúpula, por encima de los vicesecretarios. Parecía que iba a ser la única presencia malagueña, pero en las últimas semanas se ha ido conociendo el organigrama definitivo. Entre los secretarios: Ángel Luis González, el antequerano que sustituyó a Pablo Montesinos en el Congreso de los Diputados.
Junto a Bendodo y González ha aparecido también el nombre de la concejal malagueña y portavoz popular en el Consistorio, Elisa Pérez de Siles. Ella forma parte del comité electora junto a exministros como el cántabro Íñigo de la Serna o Juan Carlos Aparicio.
Si Feijóo fichaba a una cara conocida de puertas para fuera con Bendodo, con Ángel González rescataba a un fiel conocedor de las entrañas del PP nacional. Ocupará el puesto de secretario de organización, una posición que conoce ya que hasta la llegada de Teodoro García Egea formaba parte de ella.
González ha sido coordinador territorial del partido bajo las órdenes de tres jefes diferentes: Carlos Floriano, Fernando Martínez Maíllo y por último con Javier Maroto. González tomó posesión en 2008 por primera vez de su escaño en el Congreso de los Diputados. Entonces ya era miembro del comité ejecutivo nacional del Partido Popular. El 26 de abril de 2022 volvió al Congreso tras la salida de Montesinos.
El PP más malagueño
La presencia de Elías Bendodo en la cúspide del organigrama como coordinador general hace que el desembarco de Málaga en Génova sea más que evidente. Se ha vendido la fuerza de los populares andaluces, pero si hay una provincia fuerte y sobre la que se ha construido la imagen del PP moderado ha sido desde Málaga.
Es precisamente en esta provincia donde se encuentra el síntoma de una victoria que resultó estratégica para Bendodo. Mientras que García Egea y Casado trataban de tomar el poder en los congresos provinciales, en Málaga apenas hubo intervención. De hecho, durante días se estuvo mareando la perdiz en torno al nombramiento de la secretaria general.
Fueron momentos tensos en los que el pulso interno se libraba entre Génova y Málaga. Acabó ganando Málaga. Era marzo de 2021 y desde Madrid se filtraban mensajes: la dirección nacional rechazaría el nombramiento de Patricia Navarro como secretaria general, porque contravenía los estatutos de la formación al ser incompatible con el cargo de delegada de la Junta en esta provincia.
Bendodo mantuvo la apuesta: Navarro o nada. Y ganó. En aquel momento se diluyó pronto por el lío que se presentaba en el congreso provincial de Sevilla. Sin embargo, a la larga, el malagueño fue haciendo valer su posición.
Si bien en lo orgánico Bendodo cuenta con una imagen de vencedor, en el ejercicio de lo público se le presenta como un estratega que nunca ha perdido. Nunca ha estado en la oposición: ha sido concejal del Ayuntamiento de Málaga, presidente de la Diputación Provincial y factótum en la Junta de Andalucía los tres años y medio del Gobierno de Juanma Moreno.
Como consejero de Presidencia ha sido la cara del Ejecutivo, ha trabajado de puertas para dentro con Cs y Vox y de puertas para fuera como portavoz. Esas dotes de negociación son las que llevaron a Bendodo a la cúpula nacional y desde esa posición malagueñizar las estructuras de los populares.