Desde este miércoles un grave incendio forestal azota la zona de Pujerra, Benahavís, Júzcar y Estepona. Los efectivos de INFOCA trabajan sin descanso en las labores de extinción del fuego, pero hay algo que les ha complicado mucho el trabajo desde anoche: la inversión térmica. Te explicamos qué es.

Según la Asociación Nacional de Bomberos Forestales de España se trata de un fenómeno meteorológico que se basa en la variación en la temperatura de los gases del incendio y la acumulación de estos a cierta altura. Normalmente, se produce por tres factores clave: la orografía, el viento y las altas temperaturas. 

Si pensamos en la situación del incendio de Pujerra, el lugar donde se iniciaron las llamas era una zona de muy difícil acceso, en un terreno muy escarpado. Llegaron a soplar rachas de viento de terral de hasta 40 kilómetros por hora y las temperaturas rompían récords en la provincia de Málaga sin haber llegado ni siquiera el verano. Era la situación ideal para que un fenómeno así se manifestara.

Atendiendo a la explicación de la asociación, estos tres factores generan una "tapa de gases" que se van acumulando durante la noche, provocando que no entre aire fresco creando esa sensación de asfixia.
El incendio, que sigue avanzando mientras tanto provoca que el humo se acumule de manera muy densa, dando una falsa sensación esperanzadora de poder acabar con él. Pero no, el calor radiado deseca con gran rapidez el resto de combustible que aún no ha ardido haciendo imposible la extinción.
Cuando se dan este tipo de situaciones, es común que cuando amanece el día los vientos cambien y la irrupción de aire cargado de oxígeno haga que el combustible que se ha estado desecando durante la noche comience a arder con gran rapidez, haciendo que sea más difícil controlar el fuego, que corre por laderas o dehesas con virulencia.

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