Málaga

Mara Soto (Churriana, 1992) empezó a ver carreras de motos con 11 años. También le gustaba mucho la Fórmula 1. Estaba obsesionada con las carreras y el motor, algo inaudito en esa época para una niña. La mecánica, formada en la prestigiosa escuela EMA Competición, ha roto el techo de cristal en su campo: se ha convertido en la única mujer que toca piezas en el Campeonato Mundial de Superbikes.

Soto trabaja para Kawasaki Racing Team desde hace tres temporadas. "Es flipante. Yo todavía no me lo creo. A veces paseo por la pista y no soy consciente. Es un sueño hecho realidad. Ni en mis mejore sueños me veía donde estoy", reconoce durante una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga justo antes de prepararse la cuarta carrera del Mundial de Superbikes en el Misano World Circuit Marco Simoncelli.

Aquella niña, entusiasta de las carreras de motociclismo y automovilismo, ha llegado a la élite en un mundo muy masculino. "Me he sentido una más en el equipo siempre. No me siento especial ni diferente. Me siento más orgullosa por ser una persona que ha luchado por lo que quería y ha llegado a dedicarse a esto, que por ser una mujer en un mundial de hombres", se sincera.

Mara Soto acompaña a Jonathan Rea en un podio. Kawasaki Racing Team

La joven estudiaba el tercer año del grado de Ingeniería Mecánica en la Universidad de Málaga cuando decidió apuntarse a los cursos de EMA Competición (Escuela Mecánica de Motos Andaluza), ubicada en la capital. Eran pocas las mujeres apuntadas. "Mi prima y yo fuimos las primera de la familia. Ella está haciendo ahora mismo el Campeonato de España y Portugal de Motociclismo", destaca.

"Quería hacer mecánica, pero los cursos estaban todos fuera (Barcelona, Valencia). No tenía la posibilidad de irme. Investigué que podía hacer para introducirme en el mundo de las carreras. Cuando estaba cursando mi tercer año en la universidad abrieron el curso de EMA Competición. No había tocado ni un tornillo en tres años. No me gustaba. Vi que era el momento de cambiarme", rememora.

Tras guardarse en la promoción 2013-2015 de EMA Competición, Soto trabajó en un taller de motos en Barcelona y en un equipo de motocross a nivel nacional haciendo carreras. "Hacíamos prácticas mientras estudiábamos. Cuando acabé el curso me ofrecieron trabajo. Terminé el curso en julio y en septiembre ya estaba viviendo en Barcelona", recuerda entusiasmada.

Otra imagen de la malagueña trabajando en la pista.

El sueño Kawasaki

Hace tres años, la mecánica hizo una entrevista para entrar en el equipo de 300 de la piloto Ana Carrasco. Hizo la temporada de 2019 y en 2020 le dieron la oportunidad de subir a superbike. En 2021 la hizo al completo en el puesto que está actualmente.  "Muchas chicas contactan conmigo para preguntarme qué he estudiado y qué se debe hacer para llegar hasta aquí", celebra orgullosa.

Entre las tareas diarias de la malagueña está comprobar que los neumáticos estén bien, la gasolina y además es ayudante de mecánico. Ella se encarga de poner todo a punto para salir a pista a competir. "Si en algún momento he acabado mi trabajo y los mecánicos necesitan, me vuelvo para ayudar con la moto voy a y les echo un cable", reconoce.

-¿Se vive mucha presión desde dentro?

-Sí, mucha. Eso uno nunca lo olvida. Al final sabiendo cada uno lo que tiene que hacer todo sale. Hay tan buen rollo y nos entendemos todos tan bien que se lleva. Hay que vivir esa presión porque merece muchísimo la pena. 

-¿Qué le recomendaría a alguien que quiere dedicarse a esto?

-Les diría que si de verdad lo que les gusta, que luchen por ello, que trabajen y que sean conscientes del esfuerzo. Debes dedicar mucho tiempo de tu vida a esto. Que vayan a por ello. Que no duden un segundo.

-¿Y a esas niñas que ven las competiciones en casa y no conocen a ningún referente femenino?

-Que no hagan caso de lo que les digan. Es su futuro. Yo tengo mucha suerte. Desde que empecé en este mundo nadie ha dudado de mí o de mis cualidades por ser mujer.

La joven ha roto el techo de cristal en su campo. Kawasaki Racing Team

La malagueña recuerda con mucho cariño su paso por EMA Competición. "Fueron dos años intensos. Ya en el primero hicimos prácticas y el segundo era casi todo prácticas. Te asignaban equipos de diferentes campeonatos. Incluso la propia escuela hacia campeonatos internos o nos llevaban a los circuitos a hacer pruebas. Es ahí donde de verdad se aprende", hace hincapié mientras agradece el apoyo recibido siempre por parte de sus padres y de sus amigos. 

Churriana en el corazón

La joven está todo el día con el nombre de Churriana en la boca. "La defiendo allá por donde voy", reconoce mientras se emociona al saber que sus amigos y su familia están "súper orgullosos" de ella. En su tiempo libre, Soto baila mucho porque está a puntada a una academia. "Pasó casi todo mi tiempo libre allí. Luego también paso tiempo con mis amigas y cuando puedo me escapa a Málaga donde voy a recargar pilas", relata. 

Trabajar con el seis veces campeón del mundo

La profesional de élite trabaja con Jonathan Rea, seis veces campeón del mundo, y con Alex Lowes. "Tengo mucha suerte de trabajar con ellos. Son súper cercanos, simpáticos y agradables. Nos reímos muchísimos", asegura. La malagueña pasará todo el verano de carreras y no parará hasta noviembre. 

Entre las anécdotas más especiales lleva clavadas dos en el corazón: la primera carrera que hizo en Aragón, en 2021, en el Mundial de Superbikes, en el puesto que está ahora; y el año pasado en la carrera donde Jonathan Rea subió al podio. "Fue inolvidable", hace memoria. También su carrera como mecánica dejará huella: ha roto un increíble techo de cristal que seguro dejará un legado también inolvidable.

Es la única mecánica en el Mundial de Superbikes. Kawasaki Racing Team

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