Argelia, las políticas económicas o la disputa por quién lo ha hecho mejor y quién peor durante los gobiernos de la Junta de Andalucía. Una campaña electoral suele traer titulares, cruces de declaraciones e infinitas propuestas. Si a eso se le suma que los líderes nacionales salen de Madrid a provincias, la cosa es más espectacular. Como dicen alguno de los 375.000 votantes que se han sumado al censo desde 2018, había mucho hype por la presencia en Málaga de los dos líderes de los grandes partidos.
No defraudaron: Sánchez y Feijóo intercambiaron golpes -dialécticos- y la jornada quedó la mar de entretenida. Empezó el combate el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. "Cártama me trae muy buen rollo", dijo en el Parque del Santo Cristo. Allí, prácticamente, presentaba en Málaga su carrera para dirigir el PSOE. Fue en 2017. Ya no sólo dirige a los socialistas, también es presidente de España. Mismo escenario, cinco años después. Ahora no es él al que las encuestas dan como segundo, sino a su apuesta personal para Andalucía, Juan Espadas.
Espadas actuó en Cártama, pero el protagonismo fue para Sánchez. Donde hay patrón, no manda "monaguillo". Y Sánchez se hizo con el peso de las declaraciones. Cuatro puntos clave en su discurso: el anuncio de un acuerdo de Consejo de Ministros en un mitin del partido, euforia por los datos de empleo, euforia histórica por los 37 años de gobiernos socialistas en Andalucía y un golpe directo a Feijóo. "Hablan mal de España fuera de España. Ante la presión de un país tercero, Europa apoya a España y el PP jalea esa presión". Recado.
Recado, claro, recibido por Feijóo. El gallego respondió desde Córdoba: "Ha tenido que venir la Unión Europea a arreglar los destrozos" que, según el popular, ha organizado Sánchez. Eso fue al mediodía. Un rato después ya estaba Feijóo en Antequera. Fue allí donde lanzó sus dardos directos a los socialistas. Habló de los "pufos" del PSOE y los contrapuso al "gobierno fiable" de Juanma Moreno.
Pero, sin duda, donde Málaga lució más que en ningún otro momento fue a partir de las 19:30. Los populares reunieron a unas 3.000 personas en pleno centro de la capital, a los pies de la Alcazaba. Hasta allí llegaron a pie Elías Bendodo, Juanma Moreno y Núñez Feijóo. Tardaron un buen rato en alcanzar sus asientos: agasajos, manoseos y abrazos varios iban jalonando el paseíllo de la terna.
Y allá que subieron, uno detrás de otro. Aunque en faena no fueron tres, sino cuatro. Entre Bendodo y Feijóo, Paco de la Torre. El alcalde de Málaga, que cuando está en campaña toma un tono poco habitual en él. Con la parroquia entregada, De la Torre subió el tono, animó a votar y dejó la plaza bien caliente para la subida del primer espada.
El micro seguía abierto mientras Feijóo y De la Torre se fundían en un abrazo: "Qué fuerza tienes tú, menudo mitin". El gallego no salía de su asombro ante la vitalidad y la alegría que desprendía el veterano regidor.
Ya llegó Feijóo a alentar a las masas. Críticas a Sánchez, esta vez sin mentar la crisis de Argelia, a la división del Gobierno y a otras tantas cosas. Cuando los realizadores abrían el plano, Málaga protagonizaba todo. Cerró el acto un Juanma Moreno que mantiene el mismo nivel que durante toda la campaña.
Algún recado también de Moreno a Sánchez. El presidente ha anunciado una ley para evitar que se privatice la sanidad pública. Ante eso, ha lanzado un ofrecimiento al presidente: "Si quiere le hago una gira por todos los hospitales que se han recuperado para la sanidad pública en todas las provincias andaluzas, tras años de "abandono" con los anteriores gobiernos del PSOE".