El Corpus Christi es una de las fiestas más importantes que se celebran dentro de la comunidad cristiana. Su alcance se ve reflejado en las grandes procesiones que, a lo largo de uno de los jueves en los que brilla más el sol, se viven por todo el país. Toledo, Granada o Sevilla son algunos de esos nombres propios en los que la festividad del Santísimo adquiere especial trascendencia. Sin embargo, esa impronta que existe en otros lugares todavía no ha conseguido calar en Málaga, donde cada año se vuelve a reabrir el debate sobre el modelo que tiene que implantarse en la ciudad.
José Souvirón pertenece a la hermandad Sacramental del Carmen Doloroso Pedregalejo. Junto a un grupo de devotos, ha sido uno de los encargados de organizar la procesión por este barrio de Málaga el pasado jueves. Asegura que lo principal ha de ser que la propia Diócesis tenga interés en engrandecer la fiesta: "Las hermandades tienen que involucrarse, incluso podrían aunar esfuerzos entre varias para los montajes eucarísticos".
Por tanto, la recuperación de los concursos de altares, fachadas y escaparates, "con premios atractivos", serviría como revulsivo para su vistosidad: "El Consistorio también estaría ahí, colaborando en la ambientación, con maceteros y toldillos por el recorrido. Creo que el trazado debería ampliarse, ya que cuando está saliendo la Custodia, la cabeza del cortejo ya está llegando a la Catedral".
Finalmente, considera que el horario matinal perjudica más que beneficia a la participación: "Debería volver a ser por la tarde". Desde hace unos años, la comitiva recorre el Centro por la mañana, frente a la edición vespertina que se había venido llevando a cabo
Repartir la implicación
Jaime Moreno, copresentador del programa Con la venia, parte de la premisa de que el Corpus es una celebración que debe organizar la Diócesis, y no los cofrades: "El problema está en que se han desentendido durante todo este tiempo, sobre todo desde que se trasladó al domingo", subraya.
Incide en que, durante todo este tiempo, han sido las hermandades las que han salvado la procesión del Santísimo: "Sin ellas, el cortejo se queda en nada; los seminaristas y alguna asociación religiosa con su banderín", destaca. Por ello, vuelve a comentar que quien tiene que "darle una pensada" es el propio Obispado.
Sobre las posibilidades que existen para engrandecer este acto, apunta a que la Iglesia de Málaga ha tenido en su mano durante el centenario de la Agrupación herramientas para poner en valor las exposiciones y muestras que se han organizado, como El verbo encarnado o Un siglo de esplendor: "Sería buena idea contar con esas personas".
En cuanto a los altares, destaca que su montaje es "un problema": "La Expiración montaba unos espectaculares en los años 50 y dejó de hacerlo porque era un engorro. Y eso que había un concurso que casi siempre ganaba. La cuestión está en que no se ofrecía ninguna medida de seguridad y era la cofradía la que tenía que velar por aquello", explica.
Por eso, argumenta que "si el propio organismo que lo tiene que organizar no se preocupa de hacerlo, no va a salir nada bien". "Las cofradías tienen que colaborar, pero no puede caer sobre ellas todo el peso de la celebración. Es como si se le dijera al Ayuntamiento que tiene que encargarse de preparar la Semana Santa".
La comunidad activa
Raquel Espejo, copresentadora de Guion en 101tv, apuesta porque el Obispado defina un horario fijo para la celebración de la procesión y no "estar cambiándolo". Su idea principal gira en torno a la participación. Aboga por ampliar su alcance a través de un plan de difusión que vaya más allá de la "información que da el cura" cuando acaba misa: "Que intervengan los confirmando de ese año, los niños que han hecho la comunión, los catequistas, los colegios católicos con niños y adolescentes, comunidades parroquiales, misioneros... En definitiva, toda la comunidad cristiana".
Sobre la Agrupación, defiende que deberían darle "más fuerza y significado" al Corpus, ayudando económicamente a aquellos que quieran colaborar montando un altar: "Es una manera de potenciar la participación. Las sacramentales también tienen que tener un papel especial".
Estos montajes efímeros, además, se podrían hacer extensibles a las asociaciones parroquiales, con altares eucarísticos, incluso en sus propias parroquias: "Sería una forma para ver cómo funcionan. Está claro que Málaga no es una ciudad de Corpus, pero esto es algo educacional".
Incorporar imágenes
Juan Ayllón, cofrade de base vinculado a algunos sectores artesanales, defiende que esta festividad se celebre en su día, es decir, un jueves y que sea jornada no laboral, para que se viva con intensidad en la ciudad. Esto tendría que ir acompañado de un incremento del esplendor, animando a las cofradías a hacer altares: "No solo las sacramentales, también las de gloria. Se podrían unir para adornar las calles para uno de los actos más importantes porque estamos hablando del Santísimo".
¿Cómo hacerlo? Conllevaría un desembolso económico, que es un hándicap importante para muchas corporaciones: "Aquí lo celebramos un domingo, así que el sábado ya tendrían que estar montados. Eso supone unos gastos de seguridad para controlar el patrimonio que se saca de la casa hermandad: candelabros, vasijas...".
En cuanto a la procesión, defiende un "cambio radical" para atraer a la juventud y a otros sectores de la población. Para conseguirlo, propone que se incorporen al cortejo algunas imágenes, como pueden ser los Patronos, Ciriaco y Paula (cuya festividad suele coincidir en las fechas próximas), el Santo Cristo de la Salud (copatrón de Málaga), una Inmaculada o la Virgen de los Reyes de la Catedral: "Todos los Corpus que conozco en otras ciudades pueden ser un referente para la ciudad".
Las vísperas también desempeñarían un papel muy importante: "Podríamos aprovechar los días previos para celebrar pasacalles y conciertos de bandas. Eso haría que fuera mucho más atractivo para el cofrade en particular y el cristiano en general. Siguiendo como estamos, va a seguir perdiendo respaldo y se puede acabar convirtiendo una procesión de culto interno".
Considera que el debate no puede ser estar continuamente "preguntándonos por qué el Corpus está de capa caída": "No sirve de nada. Lo que tenemos que hacer es buscar soluciones para que vuelva a tener la fuerza que tenía".