En diciembre de 2018, el PSOE andaluz conseguía su peor resultado histórico (hasta ese momento): 33 diputados y un viaje sin fecha de retorno a la oposición. En mayo de 2019, los socialistas malagueños lograban en las municipales su mejor dato desde hacía 28 años; 12 concejales que les dejaban a una caricia de recuperar el liderazgo en la Casona del Parque.
Es el precedente sobre el que los del puño y la rosa plantean los comicios del próximo 2023, cuando los españoles elijan a los alcaldes de todo el país. Fuentes del partido consultadas por EL ESPAÑOL de Málaga defienden que lo ocurrido el pasado 19J no es extrapolable a lo que pueda suceder en mayo: las pruebas, remiten, están en lo que ya se vivió hace cuatro años.
“Nosotros veníamos de un mal resultado, y acabamos sacando el mejor desde 1995, a un concejal del cambio político”, apostillan. En concreto, se refieren al efecto rebote que les permitió pasar de los nueve ediles de 2011 y 2015, a rozar la mayoría. De esta forma, argumentan que “el voto de la gente” cambia en función de lo que se esté eligiendo: “No es lo mismo un presidente del Gobierno que un presidente de la Junta. No se puede extrapolar”, subrayan.
Las opiniones expresadas reflejan que el miedo a que el efecto Moreno pueda llegar al Ayuntamiento, y el desconocimiento del candidato, no existen: “Paco de la Torre se lleva el voto de la derecha”, subrayan, aunque desde una perspectiva comparativa, se puede ver cómo los apoyos del alcalde se vertebran sobre la transversalidad de su propia figura.
Por delante, las formaciones tienen poco más de 340 días hasta llegar al día de las elecciones municipales. Los socialistas resaltan que, en una carrera de este tipo, “cada día es importante”, pero que la planificación y el trabajo son clave en el último año. Todavía no detallan el eje sobre el que construirán su plan, aunque sí que aseguran que buscarán “la modernidad” del candidato, “como en 2019”.
Así, apuestan por una estrategia que les permita “conectar con el malagueño que se siente abandonado” tras casi tres décadas de gobierno popular: “Ese es el revulsivo de Málaga, el hartazgo”.
Cerrar las heridas
El mal resultado de 2018 no ha sido el único con el que los socialistas se han encontrado recientemente. El pasado domingo perdieron otros tres diputados, marcando en 30 el suelo de la formación. Sin embargo, ¿qué ha ocurrido dentro del PSOE en este último año?
Tras las primarias en las que Juan Espadas, en la comunidad, y Dani Pérez, en la provincia, fueron elegidos, arrancó un proyecto que apenas lleva seis meses en pie. Desde el partido explican que todo esto forma parte de una “renovación” prevista cada cuatro años en los procesos internos.
Después de que Ruiz Espejo anunciara que no optaría de nuevo a la secretaría general de la provincia, los liderazgos se han alineado en torno a una misma figura. “No ha existido disyuntiva, la campaña ha ido unida”, inciden. Defienden que las heridas existentes entre sanchistas y susanistas se cerraron con la elección de Espadas y Sánchez: “Hemos cerrado filas”.
Tras esos meses de cambio interno, les ha llegado el examen de fin de curso: “Nos hemos tenido que enfrentar al primer escenario: unas elecciones autonómicas con mal resultado”, afirman esas fuentes socialistas. Aunque no dan una única explicación al problema, sí que son tajantes a la hora de esclarecer los síntomas: “Hemos perdido 18.000 votos aquí, aunque mantenemos el mismo número de diputados. Donde sí hemos disminuido ha sido en el cómputo general, con tres asientos menos”.
Todo ello, afirman, se debe al auge de apoyos al PP: “Han engrosado sus filas con el voto íntegro de Cs. En 2018 obtuvieron 26 y 21, respectivamente, lo que nos daría 47. ¿De dónde han sacado esos 11 más? En parte, del nuevo votante, de la pérdida de esos tres escaños socialistas y de los ocho que ya no han sumado los partidos a la izquierda de la izquierda”, justifican.
Pero alejado de parámetros cuantitativos, consideran que la estrategia trazada ha sido determinante: “Se veían ganadores en todo momento y lo pudieron mantener durante la campaña, movilizando al voto útil”. ¿Ha faltado entonces que desde el PSOE también se lo creyeran? Sobre esta cuestión, no terminan de pronunciarse: “Todavía es pronto para saberlo. Necesitamos datos estadísticos que nos confirmen la transferencia de votos. No podemos movernos por sensaciones”.