Este martes ha comenzado la venta de lotería de Navidad, unos décimos que repartirán felicidad a sus ganadores. En Málaga el Gordo ha caído en 15 ocasiones, y no son pocos los que ya sueñan con que el próximo diciembre vuelva a ocurrir. Como el premio es compartirlo, también con el lotero que te lo ha vendido, este periódico ha contactado con los responsables de dos de los puntos de venta con más solera para conocer sus historias.
Una administración tradicional de Málaga es la de La Tribuna de los Pobres. "El quiosquito" ha estado junto a la escalera del símbolo de la Semana Santa malagueña durante 53 años. Actualmente, se encuentra en Calle Cisneros debido a las obras realizadas en Calle Carretería.
Sus inicios se remontan a Francisca Sánchez Vega, quien recibió la titularidad del punto de venta tras quedar como viuda de guerra por el fallecimiento de su marido. Después pasó a manos de Aurelio Carrillo, quien estuvo como administrador hasta 2015. Tras su muerte, ahora es propiedad de Patricia Carrillo, quien ha tenido que estar al frente de este cambio de ubicación.
Esta administración repartió el quinto premio de la lotería de Navidad en 2017 y el Gordo del Niño. El último fue repartido entre la cooperativa de peluqueros de Málaga; el primero se hizo popular por ser vendido por Niño Bonela, entre mucha gente del barrio de Ciudad Jardín, cuenta en conversación con este periódico Agustín, marido de Patricia.
En el caso de La Tribuna de los Pobres, el número que siempre piden los clientes es el 13. La administración explica que al final cada persona pide números como el nacimiento de su nieta o el bautizo de sus hijos, entre otras fechas. También hay hueco para algunas fechas sorprendentes: Agustín indica que un número que se vendió mucho fue el día del cierre de la televisión pública valenciana, Nou Televisión, que les pidieron desde el levante español.
Respecto a la entrega de premios, desde la administración subrayan que en muchos casos se ubica a la persona, ya que los clientes comparten su alegría. El marido de la dueña expresa que tienen "gente que llama de fuera de Málaga y pide un número, les da igual el que sea, pero quieren que sea nuestro, la mayoría de la gente quiere jugarlo y compartirlo".
Otro punto de venta que ha conseguido atraer a muchos compradores es El Boquerón de Oro, en el barrio de la Victoria. Su dueño, Fran Pérez, relata que empezaron en 2016, justo dos días antes de dar el segundo premio del sorteo del Niño. En los últimos cinco años, ha dado grandes premios en cada una de las celebraciones.
El nombre de El Boquerón de Oro nace "porque queríamos hacer marca Málaga, hacer conocer fuera de la ciudad algo tan nuestro como el boquerón", manifiesta Pérez. Su dueño expone que fuera les conocen no solo por los premios, sino también por todo lo que hacen en ámbitos benéficos y obras sociales.
No obstante, los clientes del punto de venta siguen comprando sobre todo por cercanía, indica el punto de venta, que señala que también están empezando a tener muchos pedidos online y por redes sociales, desde donde les contactan. "Ayer mismo llamaron de Lanzarote por una murga que quería llevar la lotería", recuerda.
El Boquerón de Oro espera una buena campaña entre el turismo y las ganas de salir de la población, creyendo que se va a dar un buen movimiento los primeros meses de la campaña.
Y su ilusión no es solo esa. Ambos puntos de venta de loterías tienen preparadas ya las botellas de champán que quieren descorchar en caso de premio junto a los afortunados y todos los que quieran unirse a la celebración.