Después de la tormenta, siempre llega la calma. Y si eso no ocurre, es que la tempestad todavía no ha pasado. Esa es la situación que a día de hoy dibujan los sectores críticos de la Fundación Unicaja, casi dos meses después de que su expresidente, Braulio Medel, dejara el cargo tras las presiones por el rumbo al que estaba dirigiendo la entidad malagueña.
Pese a su dimisión, aseguran, el poder de Medel sigue estando ahí. Su relevancia se sigue reflejando a través del “núcleo duro”, el grupo de ‘medelistas’ compuesto por “muchos consejeros” de la órbita socialista, según describen fuentes consultadas. Este grupo de leales está actuando como oposición, impidiendo la celebración natural de las reuniones y planificación del órgano, el primer reto al que tiene que enfrentarse José Manuel Domínguez, actual presidente.
Además, Medel se mantiene al frente de dos fundaciones más (Fundación Unicaja Cultural y Caja Rural), algo que le permite seguir manejando un presupuesto “considerable” aunque muy por debajo de lo que movía cuando ocupaba la presidencia de la Fundación, accionista mayoritario de Unicaja (30%).
El diagnóstico que hacen desde la Plataforma Salvemos Unicaja es claro: si no resuelve esta anomalía, es complicado que se pueda reconducir la situación. Desde su perspectiva, pese a que el Rey ya no está físicamente en el tablero, el resto de peones (consejeros) se mantienen prácticamente intactos, asociados con Manuel Menéndez (ex CEO de Liberbank y actual consejero delegado de Unicaja Banco) para “desmantelar” la presencia malagueña en el primer banco andaluz en favor del banco asturiano.
La fusión de la firma malagueña con Liberbank conllevaba la vinculación con una corporación cuyas cuentas estaban “poco saneadas”. Fuentes municipales explican que existían serias dudas con respecto a sus finanzas, debido, en parte, a los fondos buitres con los que mantenía relación.
Desde esa perspectiva, Liberbank, minoritaria y con problemas de viabilidad, pretendía hacerse con el control de Unicaja, cuyas cuentas están al día, con fondos de la Caja Andaluza. “El pez pequeño se come al grande. Y además, consintiéndolo”, detallan. “Si no fuera porque a Unicaja le correspondía la prima de control, hubiera sido inaceptable, porque con una participación minoritaria se iban a convertir en el dueño”, subrayan.
El acercamiento de Medel al bloque asturiano fue la gota que colmó el vaso. Tener al máximo dirigente de la fundación malagueña en esa posición podría haber supuesto el desplazamiento de los centros de poder y el traslado de servicios operativos fuera del emplazamiento territorial al que está intrínsecamente vinculada la Casa, de acuerdo con el análisis de los críticos.
Pero con la salida del expresidente de Fundación Unicaja no se abortó completamente el conflicto: “Los fieles de Medel siguen están ahí”, afirma Pedro Moreno Brenes, promotor de la Plataforma Salvemos Unicaja.
Boicot
La llegada de José Manuel Domínguez a la presidencia de Unicaja despertó la simpatía de distintos actores involucrados. Descrito como un hombre sobrio, de consenso y académico (no político), este doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Málaga intentó marcar las directrices a los consejeros convocando un patronato: “No se pudo celebrar porque le boicotearon”, apostilla Moreno.
El protagonismo y la capacidad de incidencia de Medel es “muy importante”; la única posibilidad de que se produzca un giro de guion pasa por un cambio de sus leales. Desde un punto de vista estatutario, la renovación del Patronato es una realidad contemplada a medio plazo. Sin embargo, según relata Moreno Brenes, cada minuto que se pierde es un paso que da Menéndez para desvincular Unicaja de Málaga.
Preguntado sobre una posible solución, el que abogado, político y profesor lo tiene claro: “Domínguez tiene que dar un golpe de autoridad, decir la verdad de la situación, que está en un patronato que no controla porque está a la orden de Medel, y hacer un llamamiento público para que la presión social actúe”.
El problema, sostiene, no reside en la figura del actual presidente, sino en la posición minoritaria que defiende dentro de este órgano. La prudencia y del talante que ha caracterizado a Domínguez confronta de manera directa con el obstruccionismo interno. Uno de los ejemplos más recientes se pudo ver el pasado mes de julio, cuando plantearon excusas y se pusieron “quisquillosos” ante la convocatoria de un patronato: “Antes no les importaba reunirse un 25 de diciembre”, sostiene.
Marcar la agenda
Ninguno de los actores involucrados en la situación de Unicaja ha querido dejar pasar la oportunidad de marcar su posición. En el último mes, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, se ha pronunciado a través de su cuenta de Twitter en tres ocasiones.
La primera vez fue el 19 de julio cuando anunció: “Los patronos de la Fundación Unicaja no pueden olvidar el gran consenso ciudadano y político que José Manuel Domínguez tuvo al ser nombrado presidente. No deben bloquear las iniciativas que Domínguez plantee para reforzar la conexión de Unicaja Banco con su territorio natural. FTP”.
Del mismo modo, el 1 de agosto denunció que el currículum de la consejera elegida por el Consejo del banco el viernes 29 muestra “total inexperiencia” en entidades financieras, además de una “vinculación clara” con el PSOE y con LiberBank: “Solo se explica en el apoyo socialista a la alianza de Medel con la entidad asturiana”, subrayaba.
Al mismo post, adjuntaba otro que decía: “Es una pena que esa alianza esté impidiendo incorporar magníficos profesionales con amplia experiencia en entidades financieras y con garantía de plena y total independencia. Y ello hubiera sido magnífico para Unicaja”.
De fundaciones a política
La figura de las Fundaciones nace en un contexto marcado por la politización de las cajas durante la crisis. Buscando una forma de eliminar influencias políticas en la gestión, se intentan profesionalizar los órganos de gobierno de los bancos, evitando su inclusión en los Consejos bancarios. De aquellos polvos, estos lodos.
Lo que era una medida para mantener alejada a la injerencia política se ha acabado asentando en una suerte de búnker cuyos hilos son controlados a través de manos externas. Noelia Losada, concejala de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Málaga, fue una de las primeras en denunciar la situación que se estaba viviendo en el seno de la institución malagueña.
Sostiene que, desde dentro, están intentando demorar todo lo posible la renovación interna que se requiere, evitando arreglar “lo que estaba ocurriendo”. Asimismo, subraya que la sensación es que el PSOE y Medel “han llegado a un pacto”.
Entre las pruebas, apunta al quid pro quo a colación del informe de idoneidad: “El patronato se reúne para pedir un mes más de transición al Ministerio, permitiendo hacer el informe. Termina tarde y se manda o a última hora de la noche, o a primera de mañana. El Ministerio dio respuesta a las 11 de la mañana. ¿Se ha visto a algún Ministerio contestar a las pocas horas?”, sostiene.
Esta relación con el Partido Socialista también se constata con el nombramiento de Maite Costa como consejera “independiente” el 29 de julio, pero con una vinculación histórica con los del puño y la rosa, llegando a salir elegida como diputada por el PSC tras los comicios del año 2000: “El PSOE quiere posicionar a su gente para controlar a las antiguas cajas a través de las fundaciones”, abunda Losada.
Fuentes consultadas por este periódico afirman que “Medel siempre ha sido Medel”, una persona “intocable” que tenía controlado "todo”: “Había mucho miedo o muchos favores por devolver; tenía una tela de araña en la que había mucha gente”, destacan. Ahora, en la sombra, el histórico banquero sevillano estaría buscando la forma de marcharse pero dejando “el trabajo hecho”: darle el poder a LiberBank.