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La usura fue uno de los motivos del surgimiento de las cajas de ahorros en el siglo XIX, orientadas a la beneficencia, la generalización del acceso al crédito de las clases más desfavorecidas y al fomento del ahorro. El último superviviente de las cajas de ahorros tradicionales, Braulio Medel Cámara (74 años), presidente durante 30 años y protagonista de las diversas transformaciones de lo que hoy es Unicaja Banco, ha sido despachado hace unos días con usura por quienes consideraba de los suyos.
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"La cosa podría haber sido peor. Aunque deja la Presidencia de la Fundación, seguirá vinculado a la entidad, y no ha sido peor gracias a los numerosos favores que ha hecho a lo largo de su vida y la multitud de secretos que atesora", comenta un viejo conocido.
Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, este sevillano era profesor en la Universidad de Málaga justo cuando se incorporó en los años 80 del pasado siglo a la administración andaluza, como director de la Oficina de Planificación de la Junta, primero, y, después, como viceconsejero de Economía y Hacienda. Aunque, en realidad, llevaba el peso de la Consejería, puesto que el titular, José Miguel Salinas, era también vicepresidente del Gobierno regional de José María Rodríguez de la Borbolla.
"Nunca ha sido socialista, progresista o como lo queramos llamar. Tampoco ha sido militante, pero al desempeñar esos cargos la gente del PSOE siempre lo ha considerado de los suyos. Como buen banquero, es conservador cuando tiene que serlo, pero también ha sabido adaptarse a cualquier situación a lo largo del tiempo", añade una exdirigente del PSOE malagueño.
Rigor de profesor
Hay quien lo recuerda en aquellos años en el Gobierno autonómico por su rigor de profesor monótono y porque, en más de una ocasión, desplegaba sus dotes docentes para moderar la afición de algunos consejeros por disparar el gasto público regalándoles libros de economistas que defendían que el despilfarro siempre llevaba al desastre y a la pobreza. Posteriormente, hasta hace bien poco, en más de una rueda de prensa ha acabado improvisando una clase de macroeconomía con pizarra y rotulador para que los periodistas no se perdiesen en la jerga financiera.
"Nunca ha sido socialista, pero al desempeñar esos cargos los del PSOE siempre lo han considerado de los suyos"
Apenas tenía 40 años cuando dio el salto de la administración regional a la banca, pero quienes lo conocen bien afirman que nunca dejó de ser político. De hecho, le otorgan una gran habilidad para maniobrar en la sombra. En 1987, al abandonar el gobierno andaluz, se pidió la Presidencia de la Caja de Ahorros de Ronda, la más potente de Andalucía. Solo cuatro años después, la fusionaba con otras cuatro cajas de ahorro de la región (Cádiz, Antequera, Málaga y Almería).
No sería la última fusión que encabezaría, cansino partidario de la integración en una sola entidad en Andalucía, mucho antes de que la crisis desatada en 2008 y los agujeros en las cuentas de más de una de las cajas de ahorro no dejasen más remedio que la concentración.
Hasta ese momento, en plena euforia inmobiliaria, Medel fue un incomprendido por su resistencia a que las cajas de ahorro se lanzasen a la inversión en ladrillo, lo cual le acarreaba críticas por "falta de arrojo" para expandirse y aprovechar el maná caído del cielo. La solvencia del banco en mitad de la debacle, inaudita, lo colocó en un podio desde el que pudo acometer la integración de la cordobesa Cajasur y Caja Jaén, en mitad de la convulsión financiera. Más recientemente, acometió la fusión con Cajastur Grupo Liberbank.
Un buen vino
Braulio Medel nació hace casi 75 años en la localidad sevillana de Marchena, de la que es hijo predilecto y a la que acude con frecuencia. Nunca se pierde los Miércoles Santos, para ver a su cofradía del Señor de la Humildad y la Paciencia. Son precisamente dos virtudes que le atribuye todo aquel que lo ha tratado.
Es sobrio, lo que no quita que le guste la buena mesa y el buen vino. Desde hace varias décadas acompaña siempre su traje con corbata negra, en memoria de su primera hija, con problemas de salud desde que nació y que apenas vivió tres años. "Es austero en el vestir, pero digamos que es austero ma non troppo, porque es un seductor que persigue el poder y ahí donde tiene que sacar todo su poderío, lo hace y no duda en desplegar hasta la cola del pavo real, en mandarte a buscar para una cita con un cochazo con chófer... De personaje anodino y gris pasa a ser todo un bon vivant, si sirve para sus objetivos", señala una antigua amiga. De hecho, se le atribuye fama de "gran seductor, pese a no ser atractivo físicamente". "Siempre se le ha relacionado con mujeres del PSOE, que le adoran".
Casado, tiene una hija, Leonor, de cuarenta y tantos años, que ha sido siempre su gran debilidad y su ancla con la realidad. Muchos atribuyen su nombre a su afición por la poesía de Antonio Machado. Braulio Medel es un hombre culto, melómano que disfruta de la música clásica tanto como del flamenco, de conversaciones profundas, que contrastan con su apariencia de ser extremadamente introvertido.
Además, siente pasión por el fútbol (bético hasta la médula) y practica tenis y footing cuando tiene ocasión. Otra afición que cultiva para desconectar es el ajedrez, muy a tono con las cualidades que se le atribuyen de ser un gran estratega.
Adusto, hierático y retraído, especialmente con la prensa, a la que rehúye, tiene un gran sentido del humor, según sus amigos, que lo consideran socarrón en confianza. Es consciente de su estampa y alguna vez ha recordado, entre risas, los efusivos abrazos que le dio un paisano en un local de country de Filadelfia (EEUU) al confundirlo con un telepredicador gringo.
Pese a las apariencias, no ha sido poco sociable, sino todo lo contrario. Interiorizó pronto la importancia de su presencia en distintos foros y se ha prodigado en todo tipo de actos sociales, lo que le ha valido la veneración de amplios sectores de la esfera pública por su "inteligencia" y "saber estar sin que se note".
Uno de los nuestros
En el PSOE siempre lo habían considerado uno de los suyos. No solo por su paso por el gobierno regional o amistades muy cercanas (el ejemplo fácil es su alumna Magdalena Álvarez, que lo idolatra desde los años en que dirigió su tesis doctoral en la Universidad de Málaga). Representante importante del mundillo económico regional, supo moverse en el cortijo que fue Andalucía para el PSOE desde los inicios de la democracia hasta hace pocos años.
Los presidentes socialistas siempre lo consideraron un "aliado" en sus proyectos estratégicos y nunca evitó tener contentos a estos dirigentes del PSOE con empleos, becas de estudios en el extranjero o, incluso, plazas en residencias de veraneo, campamentos infantiles de verano o el Colegio Mayor San Juan Evangelista, el popular Johnny, centro cultural insuperable, del que dispuso Unicaja en Madrid durante varias décadas.
Casualmente, uno de sus directores fue el malagueño José Andrés Torres Mora, que luego sería jefe de gabinete del presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Otros dirigentes provinciales, históricamente muy cercanos a Medel, se han mantenido, igualmente, en puestos de la entidad. Brilla, por ejemplo, el caso de Juan Fraile, alcalde de Ronda cuando Medel aterrizó en la localidad malagueña, y que durante un tiempo jugó un papel destacado en el PSOE provincial y regional. Aún se mantiene como consejero del banco.
Medel nunca rehuyó involucrarse en las luchas entre facciones del Partido Socialista y sindicatos, especialmente en Málaga, para así controlar a quienes debieran vigilarlo como consejeros de la entidad. Sin embargo, también ha sabido llevarse bien con otros partidos, incluido el Partido Popular, con derroche de diplomacia, pese a que hay quien le atribuye haberle hecho al presidente Manuel Chaves el trabajo sucio de dividir internamente al PP andaluz cuando, en 1999, se debatía la polémica ley de cajas de ahorro.
También hay quien menciona una serie de expedientes abiertos por el Banco de España por un supuesto uso indebido de dietas por parte de Medel, remitidos en 2007 al Gobierno de Manuel Chaves, que acabaron archivados por el también gabinete socialista de Susana Díaz, en 2017.
El PP en la Junta
Sin embargo, su buena estrella cambió a partir del ascenso del Partido Popular al Gobierno de la Junta de Andalucía, en 2019, después de 40 años de mandato ininterrumpido del PSOE. Empezaron a confluir circunstancias que han acabado con su carrera. Atrajo los recelos de personalidades conservadoras, como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre (PP), cuando alguien lanzó su nombre como candidato idóneo del PSOE a una Alcaldía que perdieron los socialistas en 1995.
"Eso fue un globo sonda, fruto de la desesperación por perder tantas elecciones consecutivamente, porque probablemente habría sido el mejor alcalde, pero el peor candidato", considera un analista político de la zona.
Muchos de los "suyos" habían empezado a darle de lado ya. De considerar Unicaja un banco del PSOE, empezaron a ver a Medel como un banquero de la élite, alejado de esas mismas agrupaciones que le habían asegurado la comodidad a lo largo de los años. De nada les valió la excusa de que los tiempos habían cambiado tras la crisis financiera de 2008. "Debería haberse retirado hace tiempo. Lo de refugiarse en la Fundación Unicaja no era suficiente, porque en realidad seguía mandando como siempre", apuntan distintas fuentes.
Empezó lo que el propio Braulio Medel ha llamado "un sinfín de presiones externas y de persistentes campañas mediáticas hostiles". A los reajustes de plantilla de los últimos tiempos, sin acuerdo con los sindicatos, tras la fusión con Liberbank, se unieron unas negociaciones o prospecciones para el cambio de la sede a Madrid. Autoridades locales, provinciales y regionales pusieron el grito en el cielo por lo que significaba de pérdida de la "esencia de Málaga".
Pero los cañones no los dirigieron al presidente del banco, Manuel Azuaga, o al CEO, Manuel Menéndez, sino contra el presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, máximo accionista de la entidad, Braulio Medel. Polémico fue incluso el decepcionante desempeño del equipo de baloncesto Unicaja, sostenido por la Fundación, a la que se achacó haberse involucrado poco en la mejora del club.
Una ola por Málaga
El movimiento social ofendido por los planes de salida de Málaga de la sede social de Unicaja ha supuesto la puntilla para Braulio Medel. Un exconcejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Málaga, Pedro Moreno Brenes, promotor de la plataforma ciudadana Salvemos Unicaja, denunció que Braulio Medel era "el principal escollo" a un futuro malagueño de la entidad.
Curiosamente, Moreno, que recientemente obtuvo plaza como letrado del Tribunal Supremo, es un viejo conocido de las luchas políticas en la provincia. A principios de los años 90, era secretario del Ayuntamiento de Marbella cuando desembarcó en él Jesús Gil y Gil. Moreno Brenes se resistió a su poder avasallante cuando todo el mundo le reía las gracias y los reparos legales a sus órdenes desembocaron en que el alcalde-constructor le hiciera la vida imposible y lo echase del Consistorio de manera destemplada, al grito de "¡Comunista de mierda!".
Ahora, este letrado, que conoce profundamente desde hace muchos años a Medel, pedía en un manifiesto a los miembros del patronato de la Fundación "aglutinar fuerzas para lograr lo mejor para la entidad que ustedes gobiernan y exigir el respeto a la legalidad, lo que implica el cese del señor Medel de la presidencia de la fundación bancaria", y dar paso a "dirigentes que garanticen [...] la gestión profesional" y la vinculación territorial con Málaga.
El manifiesto de Salvemos Unicaja aglutinó el apoyo de los principales partidos con representación: PP, PSOE, UP y Cs, así como de los sindicatos CCOO y UGT. Moreno Brenes anunciaba, asimismo, que fundamentaría "en términos jurídicos la falta de adecuación de Medel".
Poco después pedía a la Fiscalía Anticorrupción reabrir una antigua causa contra Medel por presuntos delitos de "administración desleal" y "apropiación indebida", por haberse prestado, supuestamente, al chantaje a entidades protagonizado por el Sindicato Manos Limpias, Ausbanc, Luis Pineda y Miguel Bernard, sentenciados por la Audiencia Nacional a ocho y cuatro años de cárcel por extorsionar a bancos y empresas.
El presidente de la Junta de Andalucía, el popular Juan Manuel Moreno Bonilla, no tardó en presionar al Gobierno central al respecto. En marzo de este mismo año se preguntaba en rueda de prensa: "¿A qué espera la vicepresidenta económica para tomar una decisión sobre el presidente de la fundación bancaria? ¿Dónde está el Gobierno?". De igual manera, detallaba que el PP negociaba con el PSOE una salida a la crisis de la fundación y para impedir el cambio de sede fuera de Andalucía.
Sus amenazas veladas
Medel no perdía oportunidad en los últimos tiempos para dejar caer en cualquier reunión que tenía información de éste y aquél, para que se supiese por ahí, como aviso a navegantes, cuenta a EL ESPAÑOL | Porfolio un empresario a quien ofreció la compra del club de baloncesto.
Su caída la ha propiciado, en buena parte, que le pillaran "con el pie cambiado" con la mudanza del PSOE en la oposición y las luchas intestinas entre pedristas y susanistas, facción a la que le adscribieron los hoy renovadores. Pero su bagaje es lo que ha provocado que su salto de los altares no haya tocado a ningún dirigente nacional ligado a Andalucía, como podría haber sido el caso de María Jesús Montero, ministra de Hacienda y exconsejera andaluza, que no ha dicho ni esta boca es mía.
La patata caliente llegó a Nadia Calviño, hija, por cierto, de un viejo conocido de Braulio Medel, José María Calviño, con quien, según algunas fuentes, tuvo un encontronazo antiguo.
En un escrito sin precedentes, el Protectorado de las Fundaciones Bancarias, dependiente del Ministerio de Economía, de Nadia Calviño, manifestaba en marzo sus "serias dudas de que concurra actualmente en el presidente de la Fundación la necesaria idoneidad y honorabilidad comercial y profesional, para el desempeño de sus funciones". Lo que calificaba de "deterioro de la gobernanza" de la entidad derivaba en la petición de un informe independiente sobre la cualificación de Medel.
El sevillano alargó plazos todo lo que pudo, anunció ya en Semana Santa su futura dimisión, quién sabe si esperando a que pasasen las elecciones autonómicas y cambiase el panorama dentro del PSOE. Con su renuncia formal en el consejo del patronato del pasado martes, Medel ha evitado el mal trago de que se examinase su idoneidad.
Considera que se han comportado con él como verdaderos usureros, con un interés excesivo, con inquina
El examinador lo llegó a proponer el presidente de la Comisión de Auditoría, Filippo Faraguna –concuñado del expresidente de la Junta Juan Antonio Griñán y hasta ahora hombre de confianza de Medel–; pero, al haber renunciado el investigado, ya no es necesario culminar la investigación, con lo que oficialmente mantiene intacta su honorabilidad.
Fue una reunión a cara de perro del patronato de la Fundación Bancaria Unicaja, que posee en torno al 30% de las acciones del banco. Cuentan algunos de los presentes que el presidente saliente hizo valer su amplio conocimiento de quiénes se sentaban en aquella mesa y logró que le pusieran alfombra roja para su marcha: podrá retener, si quiere, su cargo en al menos otras dos fundaciones satélite, que manejan parte de la obra social de la entidad (unos cuatro millones de presupuesto), así como su puesto de consejero en tres empresas participadas por Unicaja.
Visto desde fuera y con la que estaba cayendo, es toda una victoria de Medel, que, sin embargo, aún rumia el mal sabor de boca del comportamiento de muchos de quienes habían sido de "los suyos". Considera que se han comportado con él como verdaderos usureros, con un interés excesivo, con inquina, incluso, con tal de hacer méritos en el actual PSOE regional, olvidándose de sus servicios y favores prestados.