Todas las casetas de la Feria de Málaga son Punto Violeta como parte de la iniciativa 'Málaga libre de Violencias Machistas' del Área de Igualdad y Derechos Sociales del Ayuntamiento. Se trata de una campaña de información y prevención que se celebra cada agosto en la capital de la Costa del Sol.
¿Qué significa ser Punto Violeta? Esta es la pregunta a la que Alba Picazo y Almudena López, entre otras, como miembros del equipo Punto Violeta de la Asociación Cívica para la Prevención (ACP), responden cada noche en la feria. "Les contamos que es un punto de sensibilización, concienciación, información y asistencia para víctimas de agresiones sexistas", explica Almudena López en conversación con EL ESPAÑOL de Málaga.
Su trabajo durante la feria es informar para tratar de prevenir episodios de violencia machista, pero en muchos casos, cuenta Alba Picazo, son ellas las que se paran a escuchar: "Cuando estamos dando la información, nos paran y nos preguntan: «¿Te puedo contar?», o: «Mira, a mí me ha pasado esto». En ese momento, te paras, y le contestas: «Te escuchamos, claro que sí»". Suelen ser casos del pasado que la víctima nunca se había atrevido a contar hasta ese momento.
De momento, relatan que la Feria está siendo un lugar seguro, "al menos hasta las 3 de la mañana", incide Picazo, que explica que es a la hora a la que ellas marchan a casa. Hasta la fecha nadie ha acudido al punto violeta de la explanada de la juventud pidiendo auxilio. En caso de que ocurriera algo, la Feria de Málaga está llena de Puntos Violetas: "En vez de que sean tan solo dos personas —las que están en el Punto Violeta— las que saben lo que hay que hacer, hay un recinto ferial entero con esa información, entonces te da la garantía de dar con alguien que sepa actuar", explica Maria Dolores Aurioles, directora general del Área de Igualdad y Derechos Sociales.
Todas las casetas en el Cortijo de Torres se han adherido a la campaña del Ayuntamiento y por tanto, han sido informadas de cómo actuar en caso de que ocurriera algún incidente relacionado con violencia machista: "Lo primero evidentemente es que esa persona no esté sola, y en ese momento, se llama al 091 —el número de la Policía Nacional—, y se activa el protocolo".
Desde el Área de Igualdad y Derechos Sociales inciden en la importancia de que toda la ciudadanía reciba el mensaje: "No va solo dirigido a la mujer que pueda ser víctima de, sino a la sociedad en general, para que todo el mundo pueda estar concienciado de que ese tipo de situaciones no pueden ocurrir y que si ocurre, yo soy el que tiene que ir y avisar a la policía. Que sea cosa de todos".
El Ayuntamiento colabora con la Asociación Cívica para la Prevención (ACP) puesto que sabe que es un "tema de educación" y el cometido de ACP es empoderar a la población con información, y que de esta manera, se cuente con todas las herramientas necesarias para actuar en caso de incidente. Esta organización imparte talleres que ofrecen formación a las personas para que estén preparadas para asistir en un punto violeta.
"Lo cierto es que la mayoría de la gente se acerca preguntándose qué somos, pero año tras año, esto es una semillita que crece, y ya hay muchos que nos reconocen del verano pasado", cuenta Picazo a este periódico con mucha ilusión. Los Puntos Violetas existen desde 2018, cuando formaban parte de una iniciativa que solo tenía lugar en el mes de agosto, pero desde ahora es atemporal y tiene lugar todos los días del año.
Las chicas del Punto Violeta de la explanada de la juventud del Real de la Feria se sorprenden al observar la proactividad de la gente: "Muchos hasta preguntan dónde pueden firmar o si pueden donar". Los miembros del equipo cuentan que los jóvenes se acercan preguntando qué es y sonríen al escuchar la respuesta. López intuye en la curvatura de los labios de las personas que "se sienten respaldadas" y cuenta una anécdota: "Ayer, por ejemplo, vino una chica que estaba sola, estaba esperando a su grupo de amigos, y nos preguntó que si podía quedarse aquí mientras venían porque se sentía segura".
Muchas veces, la gente solo acude pidiendo merchandising: abanicos, monederos..., pero aprovechando que se presentan en el stand, tratan de informarles, al menos de quiénes son. "De esta manera nos aseguramos de que saben dónde estamos y que pueden venir a buscarnos", comenta Picazo, añadiendo que pueden servir de "punto de encuentro" y sobre todo, como "primeros auxilios emocionales", así define ella su trabajo.
Gracias a la iniciativa del Área de Igualdad y Derechos Sociales, todo tipo de locales, establecimientos de ocio, centros educativos, culturales, pueden adherirse y ser Punto Violeta, de manera que la ciudadanía malagueña esté informada y prevenida acerca de cómo actuar en caso de que ocurra una agresión sexista, pero sobre todo, para impedir que ocurra. Personas como Alba y Almudena verán recompensado su trabajo mediante una sonrisa o un "gracias" cada día del año, siendo siempre la inexistencia de violencia la mejor de las recompensas.