La relación de los vecinos con el ruido es un problema que no solo ha quedado reducido al primer distrito de la capital, sino que se extiende a otros barrios de la ciudad. El Centro, Teatinos... La última zona en sumarse a las protestas por la “contaminación acústica” ha sido la barriada de Huelin.
“Ha habido una invasión de mesas por parte de la hostelería. A izquierda y derecha de la calle, dejando un pasillo en el centro. Cuando están las sillas vacías, se puede pasar. Pero, en cuanto te sienta la gente, el espacio libre es de 50 o 60 centímetros”. Así describe José Luis Rueda, de la plataforma Stop Ruido en Huelin, el origen de la contaminación acústica que cada fin de semana despierta las quejas los vecinos de este popular distrito malagueño.
La cuestión, explica, no se limita únicamente a un problema físico, sino que el alcance más evidente se traduce en los decibelios que se alcanzan por la noche en los establecimientos ubicados en los bajos de las viviendas: “Esto va a más, a peor. Es insoportable”, detalla.
En concreto, se refiere a la Feria de agosto vivida este 2022 como el detonante para la constitución de esta nueva plataforma. Durante las fiestas de verano, se dispuso de un escenario con altavoces que comenzaban a funcionar a partir de las seis de la tarde, justo cuando termina la celebración en el Centro: “La suerte es que ha sido un fracaso total, porque no había quien aguantara ese ruido. No ha ido ni el tato, pero el jaleo era inaguantable”, espeta.
Sin embargo, desde el Ayuntamiento de Málaga detallan que el calendario de actividades programadas se componía por un horario musical de 13:00 a 16:00 y sin superar los 65 decibelios. De hecho, el concejal delegado del distrito, Luis Verde, asegura que había hosteleros que se quejaban de que la música no se oía cuando pasaban los coches.
Del mismo modo, añade, entre las 18:00 y las 20:00 se planificaron actuaciones musicales, teniendo en cuenta el tiempo de descanso. También hubo prohibición expresa de barras de alcance y venta de alcohol en la calle. Preguntado por las quejas registradas, asegura que puede contabilizar cuatro o cinco peticiones para que se eliminen los altavoces.
Sin embargo, con fecha 16 de agosto, la plataforma procedió al registro en el Distrito 7 de una solicitud de anulación de las actividades previstas para este año y para que "se contara con la opinión de los presidentes de las tres fases de Miramar de Huelin y Plaza Neptuno" de cara a futuras acciones. Respaldaban este escrito 201 firmas.
José Luis Rueda afirma que a colación de estos eventos decidieron reunirse distintos representantes de los bloques colindantes para mantener un encuentro y plantear una alternativa. Esta asamblea, que tuvo lugar en la Asociación de Vecinos Parque del Mar, contó con la presencia de 44 personas: “Pensábamos que iríamos cuatro, pero se corrió la voz”.
Una de las críticas recogidas tras ese simposio vecinal versa sobre el acuerdo adoptado por la comisión del pleno de sostenibilidad medioambiental celebrado el 20 de julio de 2020.
En este documento se definían cinco puntos, entre los que se encontraba la adopción de medidas para la consecución de una solución a la contaminación acústica; el refuerzo de inspecciones para el control del cumplimiento de ordenanzas; mayor presencia policial; intensificar labores de limpieza en Tomás Echevarría y Río Rocío y llevar a cabo medidas que resuelvan el problema de los depósitos de residuos orgánicos. En opinión de este grupo de vecinos, solo se ha cumplido con los puntos relativos a la limpieza, concretamente a la zona en la que se congrega la mayoría de restaurantes.
La idea, según relata, es “unificar criterios”, sumar colectivos, y emprender este camino de manera común: “Queremos reunirnos con el concejal del distrito, Luis Verde. Ya hemos mantenido una conversación con la Asociación de Vecinos del Centro Histórico”, precisa Rueda.
Aun así, destaca que no “tienen nada” en contra de hosteleros ni comerciantes, y animan a que los vecinos consuman y hagan las compras en el barrio: “Pero que cumplan con la normativa. Al señor De la Torre se le ha quedado pequeño el gran bar del Centro histórico”, sentencia.
“Sancionable y sancionado”
En este sentido, Verde explica que a fecha de ayer lunes, 29 de agosto, la única solicitud de reunión que había recibido había sido la propuesta por asociaciones de vecinos y comerciantes. De hecho, subraya que han sido varios los empresarios del lugar los que le han comentado que “no entienden esa inquina” contra los hosteleros: “Me dicen que les hace un daño tremendo”, afirma.
Del mismo modo, reitera que existe un cumplimiento “exhaustivo” por la mayor parte de comerciantes y hosteleros: “Los que tengan comportamientos sancionables, son sancionados”, repite en varias ocasiones.
Pide que estas acciones “no se generalicen” a todos los establecimientos de Huelin: “La excepción puede ser que algún hostelero incumpla, pero sobre él se aplicará la ley a rajatabla por el bien de vecinos y el resto de compañeros del sector”.
“No quiero que se convierta en una caza de brujas porque ha costado mucho poner al barrio en el lugar que está ahora, llegando restauración de muchísima localidad, con comercios que se abren paso”, añade.