Desde el grave tiroteo que ocurrió en julio en el Opium de Marbella, no se había presentado con su total ferocidad el crimen organizado en Málaga. Era esperable un periodo de transición tras un suceso tan mediático, y así ha sido. Pero el 10 de septiembre esa paz se rompió, un chico alemán de 22 años fue recogido en un descampado de la zona este de Málaga con una herida de bala.
En casos como este, en el que una persona que recibe un disparo no colabora con las autoridades para identificar a sus atacantes, el trasfondo en la mayoría de las ocasiones es el mismo: una advertencia de una organización criminal. Le dispararon en el hombro, y su vida no corre peligro. Las mafias pueden actuar de diferentes maneras y cuando disparan a alguien es su último recurso para presionarla, ya que saben perfectamente que acabará en un hospital y su caso se investigará. En el que estamos relatando la investigación recae en la UDYCO, que es la unidad de la Policía Nacional encargada de combatir específicamente al crimen organizado. Los antecedentes de estos hechos podrían tratarse de la pérdida de un alijo de droga, o porque le hacen responsable de un robo de una partida de droga.
Tras lo ocurrido en Málaga, en la tarde del 20 de septiembre en Marbella le dispararon en un costado a un joven irlandés. Según el Irish Mirror, está vinculado a una importante organización criminal del oeste de Dublín (Irlanda) liderada por un hombre conocido como Mr. Flashy. La víctima es conocida por las autoridades irlandesas, ya que estuvo involucrado en un violento enfrentamiento entre dos organizaciones criminales en Corduff en 2019, uno de los suburbios de Dublín. En ese año una banda de traficantes callejeros se dividió en dos, provocando que se enfrentaran varias veces a tiros entre las dos facciones con el objetivo de hacerse con el control de las calles del barrio.
El irlandés de 24 años fue herido mientras se encontraba en la zona del Lago de las Tortugas de Marbella, un paraje que se encuentra al norte de club de golf Aloha. Un testigo oyó los disparos y llamó al 112, pero cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar no quedaba rastro de nadie porque ya se había desplazado la víctima por sus propios medios al Hospital Costa del Sol. Su vida no está en peligro a pesar de las graves lesiones que le han producido el orificio de la bala. Los rivales de este joven han publicado en redes sociales algunos mensajes advirtiéndole que la próxima vez no tendrá tanta suerte. Este tiroteo se produce por el control de la venta de droga en el barrio de Finglas de Dublín.
En ese barrio dublinés asesinaron a tiros en abril a James Whelan, de 29 años, después de una serie de incidentes bastantes graves en la misma zona. En febrero una granada de mano explotó en el jardín de una vivienda de una familia que nada tiene que ver con el crimen organizado, todo porque unos narcos se equivocaron de casa buscando la del mencionado antes: Mr. Flashy. También secuestraron a una persona en las mismas calles de Finglas a plena luz del día entre febrero y abril, y en junio al capo Mr. Flashy lo intentaron asesinar a tiros mientras ocupaba un taxi en un parque del norte de Dublín. El coche acabó baleado y Flashy se salvó de ese atentado, que sucedió mientras llevaba escolta porque desde mayo asignó a hombres para realizar esa función por temor a atentados contra su vida, tras el asesinato de Whelan.
Al día siguiente del tiroteo en Marbella ocurrió otro en San Pedro de Alcántara que avanzó Juan Cano en Diario Sur. Una bala perdida acabó en un concesionario de lujo. Se cree que desde un turismo se realizó un disparo mientras estaba persiguiendo a otro vehículo, y que al errar el tiro acabó golpeando a un Range Rover aparcado. Este tiroteo es muy probable que esté relacionado con las bandas del norte de Dublín; por suerte, nadie acabó herido.
Estos enfrentamientos entre bandas irlandesas no son nuevas en la Costa del Sol tras conocer a fondo desde los 2000 a los Kinahan y los Hutch; precisamente este mes se detuvo en Marbella a John Morrissey, uno de los asociados más importantes en España de los Kinahan. El Sunday World publicó esta semana que Morrissey estaba obsesionado por su seguridad y que pasaba la mayoría del tiempo en su villa mirando las cámaras de vigilancia que él había instalado. Y dormía con un machete bajo la almohada, no parece que descansara plácidamente.
Los tiroteos de este mes vuelven a advertir de la presencia latente del crimen organizado en la provincia de Málaga, pero ahora hablaremos de un suceso que hace una ligera idea de lo peligroso que es un grupo criminal y que perfectamente puede tener vinculación con España. En Bélgica, el viernes pasado un comando intentó secuestrar a todo un Ministro de Justicia. La policía belga descubrió un vehículo aparcado frente a la vivienda del Ministro Vincent Van Quickenborne en Kortrijk. El coche transportaba un arma AK-47 y explosivos, y se ha detenido a 4 narcotraficantes de La Haya (Países Bajos).
Este intento de secuestro está provocado porque el ministro inició una fuerte campaña para advertir de la importancia de luchar contra el crimen organizado en todas sus ramificaciones. Bélgica se ha convertido en la principal entrada de cocaína de Europa, y eso se ha traducido en una violencia inusitada de sus mafias. Los ataques con granadas a viviendas de narcotraficantes son frecuentes en un lugar tan maravilloso como es Amberes. Vincent Van Quickenborne se encuentra en estos momentos en una casa de seguridad protegido por escoltas y se desconoce su paradero porque ha limitado su agenda al máximo. Solo ha intervenido una vez en los medios de comunicación para declarar que ya se debería estar hablando de narcoterrorismo porque se está intentado desestabilizar la política de Estados.