En los primeros meses del presente año el puerto de Málaga batió su propio de récord de movimiento de mercancías, se llegó a los 3 millones de toneladas en el tráfico marítimo. Esa cifra refleja un incremento con respecto al año pasado de un 79,7 % y consolidad al puerto de Málaga como el de mayor crecimiento en España. Tras esta noticia positiva, hay que advertir sobre el uso que realizará el narcotráfico internacional de este aumento importantísimo de mercancías legales que traduce en un tráfico de contenedores desconocido para Málaga. Se está creando una tendencia en Europa, y es la de usar puertos estratégicos y no con tanto tráfico marítimo para que se introduzca la cocaína.
Los datos actualmente nos dicen que la cocaína está batiendo de récords de producción en Colombia, Perú y Bolivia, y eso provoca que las incautaciones de droga también sean de récord en Europa. En 2020 fueron confiscadas 214,6 toneladas de cocaína en el viejo continente según datos del Observatorio Europeo de Drogas, el 75% de estas incautaciones se las reparten entre Bélgica, Países Bajos y España. La clasificación la lidera el puerto de Amberes (Bélgica) que actualmente es el preferido por las organizaciones criminales para que la cocaína entre en territorio europeo, seguido del puerto de Rotterdam, en tercer lugar está el de Valencia, en cuarto lugar Hamburgo, y en quinto lugar Algeciras.
Estos últimos años el tráfico de cocaína ha experimentado un aumento exponencial en los Países Bajos y Bélgica. En España se ha mantenido, porque antes era el país por el que más cocaína se introducía en Europa.
Buzos profesionales
Dentro de los múltiples métodos que existen para transportar la cocaína, hay un fenómeno que se está extendiendo desde Brasil y Colombia, y que en España comenzó a preocupar desde 2017. Es la facilidad con la que buzos profesionales se introducen en los sistemas de respiración de buques portacontenedores para depositar paquetes de cocaína en los puertos de origen, algo que podría estar afectando perfectamente a Málaga. A principios de año, un buzo profesional español fue detenido en Brasil por sospechas de estar involucrado en la colocación de paquetes de cocaína en los cascos de varios buques que iniciaban su trayecto en varios puertos brasileños.
Joaquín Francisco G., al que en Brasil llaman Aquaman, es propietario de una empresa que desde 2018 ganó la licitación pública de las inspecciones submarinas del Puerto de las Palmas de Gran Canaria, por lo que tenía acceso a todo el recinto portuario. Desde 2019 se empezaron a detectar a envíos de cocaína desde el puerto brasileño de Santos, el principal del país, a las Palmas de Gran de Canaria con este sistema en el que se adhieren paquetes de cocaína tanto en el casco del buque como en los sistemas refrigeración. En muchas ocasiones el mismo buzo que adhirió la droga al barco, también se encarga de retirarla en el puerto de destino.
En Amberes (Bélgica), el pasado mes se detectaron varios alijos con ese método tras revisiones en los buques; en junio en el puerto de La Rochelle (Francia) también ocurrió igual; y en julio, en Algeciras. Y desde principios de año se podrían nombrar a la mayoría de puertos importantes europeos.
Este peligroso método de contrabando se ha cobrado la vida de varias personas, como en septiembre de 2018 la vida de un buzo de Algeciras o la de un buzo brasileño que en mayo trataba de retirar un alijo de 20 millones de dólares cerca del puerto australiano de Newcastle. Solo es uno de los métodos que eligen las organizaciones dedicadas al narcotráfico, pero tiene una gran ventaja y que es bastante económico para las mafias. No necesitan que muchas personas se involucren en el alijo.
La advertencia
Ya en 2019 hubo una gran advertencia de lo que puede provocar el crimen organizado en un lugar estratégico como Málaga. En una operación antidroga se detuvo a cinco trabajadores del puerto que supuestamente formaban parte de una organización criminal que pretendía abrir una vía de entrada de cocaína por el puerto de Málaga. En esa investigación se incautó solo 8 kilos de cocaína, ya que se detectó el primer intento de estos narcos de crear una nueva ruta. Aquella vía era la siguiente; se iniciaba en el puerto de Santos (Brasil), hacía escala en el puerto de Valencia y terminaba en el de Málaga. Hay que recordar que ahora mismo el puerto valenciano es el preferido de las mafias internacionales para recalar en España.
El objetivo de que sea un pequeño envío es la de probar esa ruta, ya que no requiere de un gran capital para este tipo de clanes. En cambio, este 2022 un cargamento de piñas tropicales que provenían de Cartagena de Indias (Colombia) escondía un alijo de 750 kilos de cocaína. El valor de esta droga si quedan en manos de organizaciones criminales que las adquieren por kilos sobrepasa los 22 millones de euros. Detuvieron a 5 personas en esa operación: dos españoles, dos italianos, y una mujer rumana. Uno de los italianos presentaba antecedentes por tráfico de drogas.
Este alijo fue descubierto en una nave de Alhaurín de la Torre tras una serie de vigilancias policiales, ya que los narcos habían una creado una empresa sin actividad que había importado dos contenedores también desde Cartagena de Indias en el verano. El primer contenedor que importaron llegó en julio con sustrato de coco, la buena colaboración de la Sección de Investigación Criminal de la Policía Colombiana alertó sobre esta empresa. En la nave de Alhaurín de la Torre no se preocuparon por colocar en la fachada información veraz de la sociedad, y se inventaron datos que no correspondían con ninguna empresa radicada en España.
Así que realizaron un paripé en dos ocasiones, y al tercer intento importaron el gran alijo que habían adquirido. Un alijo de estas características necesita meses de preparación, y a una gran mafia detrás. Solo se investiga a 5 personas pero hay muchas más involucradas para que una operación de este calibre llegue a buen puerto, nunca mejor dicho. En estos próximos años, por simple probabilidad dado que el puerto está en una situación pujante en el Mediterráneo, veremos alijos similares ya que de momento el consumo de cocaína no va a disminuir. Málaga para las organizaciones criminales es un lugar estratégico desde hace muchísimos años, y la posibilidad de introducir droga por un puerto así les puede suponer un paso más sencillo que el del Algeciras ya que la presión policial y de Vigilancia Aduanera es mayor.