La semana pasada los vecinos de los alrededores de la sucursal de Cajamar de la Avenida Juan Sebastián Elcano de Málaga vivieron probablemente el mayor sobresalto de su vida. Una banda de ladrones detonó un cajero automático del banco, y el susto no fue para menos porque los daños materiales han sido cuantiosos. Este método para obtener dinero efectivo de los bancos es cada vez más habitual en toda Europa.
En Alemania más de 450 cajeros han sido objetivos de estas bandas especializadas tan solo este año. Es un récord, y es una realidad que incluso va en aumento. Ya no solo provocan daños en la sucursal bancaria. En muchos de estos ataques se produce también el desalojo por seguridad de varias viviendas contiguas porque la potencia que usan en estos atentados es cada vez mayor. Hace pocos años lo habitual para estas bandas era el uso de gases inflamables que provocaban explosiones controladas, ahora son detonaciones más virulentas que en algunos casos hace llegar metralla a casas cercanas a los bancos atacados.
La Europol ya advirtió que los Estados europeos debían actuar contra este tipo de delincuencia. En Francia para contrarrestar esta actividad si se detona un cajero automático los billetes se impregnan de tinta y se hacen inutilizables porque se adhieren unos a otros.
En Países Bajos sucede lo mismo aunque estos atracos siguen en alza, pero en Alemania no se ha establecido aún este sistema de seguridad en la mayoría de cajeros y van bastante tarde porque en 2020 explotaron 414 cajeros automáticos y 381 fue en 2021. Una gran parte de estas bandas que roban cajeros proceden de territorio neerlandés, dan varios palos y vuelven rápidamente a su país aprovechando que la frontera alemana está a pocos kilómetros de su casa.
Con tantos ataques con explosivos, en Alemania han acabado heridas varias personas e incluso ha acabado metralla en las viviendas de los vecinos. Por eso principalmente el Portavoz de Interior de Baja Sajonia ha solicitado que se palie este problema porque van a seguir aumentando estos delitos, ya que bandas especializadas obtienen miles de euros en pocos minutos, y les supone poco coste realizar los explosivos.
En Málaga no es el primer ataque este año de estas características contra un cajero automático. Ya sucedieron dos en la misma noche del 8 agosto. En media hora detonaron un cajero en la Malagueta y otro en Teatinos, utilizando para desplazarse dos vehículos de alta gama. El robo se produjo pasadas las 6 de la mañana, y esa banda es sospechosa de otros tres asaltos de cajeros automáticos ocurridos en Valencia y Barcelona en septiembre y octubre.
En España han ocurrido este tipo de atracos también en Madrid y Galicia este mismo año. En Pontevedra reventaron sin mucho éxito dos cajeros en septiembre. En Madrid, en el barrio de la Elipa, una banda explotó un cajero el 1 de agosto y en octubre otro en las Rozas. Y en Láchar (Granada) otra organización detonó a finales de octubre un cajero para llevarse consigo miles de euros.
En Barcelona se pudo identificar a una organización vinculada a un clan de la Mocro Maffia neerlandesa tras la detonación de dos cajeros automáticos mediante este método en enero de 2020 en Martorell y Cerdanyola del Vallès. Esa misma banda reventó un cajero en Paterna (Valencia) llevándose consigo más de 40.000 euros, la investigación derivó en la desarticulación en España de un pequeño clan de la Mocro Maffia ya bastante bien asentado en nuestro país y que estaba blanqueando dinero del narcotráfico y de estos atracos.
Que estas bandas de ladrones están vinculadas a clanes de la Mocro Maffia es habitual porque se han especializado en estas acciones, estudian el terreno y en cuestión de 3 minutos obtienen miles de euros que pueden ser usados para pagar alijos de droga. Más de la mitad de los atracos con estas características en Alemania los producen ciudadanos holandeses y se han extendido a otros países europeos como España o Francia. Aunque en Francia lo tienen más difícil para llevarse el dinero efectivo porque allí en una gran parte de las sucursales bancarias se aplica el sistema de seguridad que pega los billetes con un spray tras una detonación y lo hace inutilizables.
Estas bandas que roban cajeros en Europa necesitan para cometer estos atracos vehículos de alta gama que suelen ser previamente robados, y que otras organizaciones criminales les abastecen de los modelos que necesiten. Estos coches les facilitan una huida en caso de ser perseguidos por las autoridades, en los miembros de la banda debe haber al menos una persona especializada en este tipo de conducción agresiva. Luego lo más importante para estos ladrones es su habilidad para manipular el uso de los gases inflamables o, en el otro caso, el de fabricar los explosivos caseros para detonar los cajeros. Tras obtener el efectivo requieren de los métodos más conocidos para blanquear este dinero, y de los que se encargan otras mafias.
Los robos de película
Si bien el tipo de atracos a cajeros automáticos en Europa es violento, aún lo es más en Brasil. Allí hay una modalidad para robar bancos llamada Novo Cangaço. En ellos se realizan asaltos armados propios de conocidas series de ficción. Para cometer un Novo Cangaço se necesita un comando de al menos 15 personas fuertemente armadas, ya que en todos los casos usan armamento militar y en algunos de ellos han utilizado hasta lanzacohetes con el fin de derribar helicópteros policiales si acuden al apoyo de su compañeros. El objetivo de estas organizaciones son pequeñas o medianas ciudades brasileñas ya que tienen menos medios policiales para hacerles frente. De madrugada estos comandos toman plenamente el control de la ciudad cortando los accesos a ella, atacando comisarias para que la policía no pueda repeler el ataque, utilizando a rehenes civiles que encuentren en las calles para usarlos como escudos humanos, y colocando explosivos en varios puntos de la localidad.
Tras controlar la situación roban varias sucursales bancarias a la vez, para ello usan explosivos de fabricación casera y en el transcurso de poco más de una hora se han hecho con un gran botín. Los miembros de las organizaciones responsables de estos asaltos en muchos casos provienen del PCC (Primeiro Comando da Capital), el principal grupo criminal de Brasil. En los dos últimos años han ocurrido este tipo de atracos en Brasil en Itajubá, Bom Jardim, Araçatuba, Ourinhos, Cametá, Criciúma, Garrafão do Norte, o Santa Leopoldina. En todas estas acciones los miembros del comando plantean durante los atracos una lucha urbana contra las autoridades en caso de que la policía brasileña intente repelerlos, no dudan en utilizar también armamento de calibre 50. Un ejemplo de lo que les puede ocurrir a estos ladrones si fallan en sus planteamientos sucedió el 31 octubre de 2021 en Varginha (Minas Gerais).
La versión oficial de las autoridades fue que en una operación de inteligencia policial tanto la Policía Militar como la Policía de carreteras brasileñas se enfrentó a un grupo criminal que estaba preparando un Novo Cangaço y en esos combates murieron abatidos 26 criminales y curiosamente no se hirió a ningún policía. A las semanas siguientes de lo ocurrido comenzaron a difundirse otras versiones, entre ellas la de un empleado de una gasolinera que trabajó esa noche cerca de donde ocurrió esa masacre. El testimonio de esa persona afirmaba que el supuesto lugar de los hechos se había modificado, y que vio furgonetas enteras de cadáveres aparcadas esa noche el aparcamiento de su gasolinera. Estas declaraciones tomaron fuerza porque técnicos sanitarios las corroboraron, no atendieron a ningún herido esa noche aunque en los informes oficiales constan que atendieron a miembros del comando. Y la sospecha de ejecuciones extrajudiciales es alta ya que aún se sigue investigando qué ocurrió exactamente esa noche.
Por ahora Brasil no puede controlar estos robos tan espectaculares, planificados y violentos, lo cierto es que en la mayoría de estos atracos los comandos toman con mucha facilidad la ciudad en la que quieren robar varias sucursales. El secreto es que estos comandos están bien entrenados, pertrechados y de hecho ensayan con mucho detenimiento sus acciones. Se sabe que algunos de estos asaltos están diseñado con al menos un año de antelación.