"Málaga registra las temperaturas más altas de España"; "Las temperaturas podrían subir 1,5 grados en 2040", "Málaga, entre las provincias en las que más aumentan las olas de calor". Tres titulares de EL ESPAÑOL de Málaga del último año y medio que ponen en evidencia el impacto generado por el cambio climático sobre el territorio malagueño, que, de mantenerse la tendencia recogida en los once primeros meses, cerrará 2022 como el más caluroso de su historia.
O para ser más precisos, de la historia registrada y medida. Así lo atestigua el actual director del Centro Meteorológico de Málaga, Jesús Riesco. "Este año muy probablemente sea el más cálido de la provincia por el comportamiento que venimos observando", explica.
A la espera de conocer el resultado de diciembre, de los once meses previos hay cinco (mayo, junio, septiembre, octubre y noviembre) que han sido catalogados como "extremadamente cálidos" y en los que se han producido variaciones de entre 2,3 y 3,1 grados respecto a los periodos anteriores. Otros cuatro meses fueron "muy cálidos".
Pero si prestamos atención al detalle de los meses en los que los termómetros han estado muy por encima de la media, llama la atención el carácter excepcional de las medidas registradas.
En mayo y en junio, según los datos objetivos, se midieron las temperaturas medias de las máximas más altas, con 27,1 y 31,7 grados de esos meses, respectivamente; así como la temperatura media más alta, con 21,7 y 26,1 grados.
¿Qué ocurrió en las otras mensualidades "extremadamente cálidos"? Pues que también batieron récords. El pasado mes de septiembre fue el que registró la temperatura media de las máximas más altas de todos los meses de septiembre desde que se cuenta con mediciones. En su caso, el parámetro fue de 31 grados.
Algo semejante ocurrió con este mes de noviembre en el que la media de las máximas más altas ha sido de 22,9 grados. A este valor excepcional hay que sumar que también es el mes de noviembre con una temperatura media más alta, con 18 grados.
Riesco pone como ejemplo de lo que empieza a suceder de manera más continua en la provincia lo ocurrido en noviembre. "Ha sido el más cálido desde que se tienen datos; hablamos desde el año 1942 en la estación del Aeropuerto de Málaga, mientras que los datos en rejilla para el conjunto de la provincia son desde 1960", precisa.
Otro detalle ciertamente singular, que confirma las tesis que abundan en el efecto del cambio climático, es que "en este siglo XXI casi todos los años están entre los más cálidos desde mitad del siglo pasado; eso es una muestra de la tendencia al alza".
Menos lluvia
Pero en la misma medida en que Málaga se caliente, puede afirmarse que Málaga se seca. Cada vez llueve menos, según atestiguan las mismas mediciones de la Agencia Estatal de Meteorología. En lo que llevamos de año, por más que parte de esta semana ha estado marcada por lluvias constantes, los niveles de precipitaciones son ciertamente alarmantes.
En concreto, de las once mensualidades ya cerradas, hay cinco (enero, febrero, julio, octubre y noviembre) "muy secas"; dos secas (abril y septiembre), un mes normal (mayo) y solo uno, marzo, que fue "muy húmedo".
Ese mes se registraron 221,8 litros por metro cuadrado, un 430% sobre la media de ese mismo mes. Frente a ese valor positivo, en febrero apenas cayeron 2 litros por metro cuadrado, y en julio, apenas 0,3 litros.
Esta realidad viene siendo reflejada en los ya numerosos estudios realizados. Uno de ellos, de la Diputación de Málaga, ya vaticinaba hace ahora algo más de un año que de aquí al año 2040 podrían producirse menos precipitaciones pero con carácter más torrencial y un incremento de las temperaturas.
Ese trabajo proyectaba dos escenarios posibles de cara a 2040: uno de ellos condicionado por las medidas que se puedan adoptar y que frenen en parte los efectos del cambio climático; y un segundo escenario que refleja los efectos si no se hace nada al respecto.
El primero de estos cambios se produciría en el clima, que evolucionaría del actual clima mediterráneo a uno más seco y cálido, con temperaturas más altas, reducción del clima húmedo a las zonas más altas de la provincia y episodios de lluvia cada vez menos frecuentes pero con hitos torrenciales.
En el mejor de los escenarios, estos cambios se notarían de una forma moderada en la zona más oriental de la provincia, el este de la comarca de Antequera y la zona de Casares, en el litoral occidental.
En el caso más desfavorable, aparte de esas zonas, habría una tropicalización severa en la comarca de Antequera y en la Serranía de Ronda, donde la temperatura media podría aumentar entre 1,3 y 1,5 grados. En el resto de la provincia el aumento podría llegar a los 1,2 grados.