"El sur de España se parecerá más en el futuro a lo que ahora es el norte de África, será más desértico"
Jesús Riesco pone en valor la transformación de Málaga, pero denuncia la situación de Los Asperones: "No puede haber gente viviendo en unas condiciones infrahumanas".
25 diciembre, 2022 05:00La misma semana en la que la provincia se reencuentra con la lluvia, Jesús Riesco, director del Centro Meteorológico de Málaga, recibe a EL ESPAÑOL de Málaga. Salmantino de nacimiento, donde se crió y estudió, llegó a la capital de la Costa del Sol, previo paso por Valencia, en el año 2006. "La mejora de la ciudad ha sido tremenda", reconoce cuando rememora la urbe que se encontró.
Por aquel entonces, no tan lejano, el AVE seguía sin llegar; la estación de trenes estaba en plena transformación; las obras de la ampliación del aeropuerto de la Costa del Sol bullían...
Todo eso es ahora una realidad. A Jesús le gusta Málaga, pero admite que hay asignaturas por resolver. Una de ellas, Los Asperones. "Hay que darle una solución, no puede haber gente viviendo en unas condiciones infrahumanas", sentencia.
-Es usted físico, meteorólogo… Y pese a ello al final se les acaba reduciendo casi a eso de hombre del tiempo. ¿Eso le disgusta?
-Realmente es lo que más se ve en la sociedad. El papel de meteorólogo está asociado a la predicción del tiempo, pero es una de las tareas o facetas que tenemos. Hay muchas más. Un meteorólogo es como un físico de la atmósfera. Una de nuestras tareas es el desarrollo de modelos numéricos.
No sólo es interpretar los mapas, sino que hay que hacerlos para que salgan en las webs y nosotros contribuimos a eso. Trabajamos en las proyecciones climáticas, señalando la posibilidad de que las temperaturas suban o bajen las precipitaciones. A todo eso nos dedicamos.
-¿Cree que es una figura suficientemente reconocida en la sociedad?
-Sobre todo se nos asocia a la predicción del tiempo en la interpretación de los mapas. Es verdad que la sociedad entiende que es útil, pero vamos mucho más allá. Estamos detrás de la información que se facilita en abierto para que haya aplicaciones en los móviles y todo el mundo pueda hacer sus pinitos en esto de la predicción.
-¿Hay mucho farsante?
-Hay muchos aficionados en España con conocimientos que le vienen de la gran afición desde pequeños. Suficiente para impetrar muchas cosas, otra cosa es que no tengan capacidad físico-matemática para dedicarse a eso.
-Tenía un amigo de la infancia que se emocionaba cuando llovía y no hacía otra cosa que mirar al cielo esperándolo. ¿A usted le pasaba algo parecido?
-En mi caso no fue una vocación desde pequeño, pero cuando entré en Aemet sí que me fue gustando cada vez más. Nos consideramos servidores públicos. Aunque no era mi vocación, pero me interesaba mucho lo del tiempo, aunque para otros temas. Jugaba mucho al fútbol y sí me interesaba si iba a llover o no el fin de semana.
-¿Y qué quería ser usted?
-Mi vocación siempre fue de médico hasta que en el último momento di un bandazo y me metí en Física.
"Mi vocación era ser médico; me interesaba la meteorología porque jugaba mucho al fútbol y quería saber si iba a llover o no el fin de semana"
-¿Cuántos años lleva como meteorólogo?
-Entré primero como observador en 1991, pasé a diplomado y después meteorólogo.
-¿Recuerda la primera ocasión en la que le vino un amigo o un familiar a preguntarle por el tiempo?
-Pues desde que acabé la oposición todo el mundo me preguntaba por el tiempo.
-Hablemos de Málaga, donde lleva usted desde el año 2006. ¿Qué peculiaridades tiene su clima?
-La predicción de Málaga es complicada porque estamos rodeados de montañas, al lado de un mar con un canal muy estrecho. Quizás sea de las más complicadas de España. Los flujos de las masas de aire nos pueden venir de África, del Mediterráneo, del Atlántico y son flujos condicionados por el canal estrecho del Mar de Alborán y por las montañas tan cercanas.
-Imagino que ustedes miden el grado de acuerdo de sus predicciones. ¿Cuál diría que es el grado de error?
-Depende de lo que hablemos por predicción. Cuanto más local sea más complicada. Es verdad que se ha mejorado mucho porque los modelos numéricos son mejores. Pero en los 3-5 primeros días podemos hablar de un grado de acierto de más de un 90%. Los errores vienen a veces porque un sistema de precipitación en lugar de circular se queda anclado y eso hace que en lugar de caer una determinada precipitación caiga el doble o el triple de lo esperado. Si hablamos de Andalucía o la provincia, el grado de acierto es mayor.
-¿Usted está convencido del cambio climático?
-Parece que no hay muchas dudas. El IPCC hacen un informe periódico y no hay dudas de que está presente y seguirán notándose sus efectos muchos años.
-¿Podemos prever cómo afecta a un territorio como el nuestro?
-Siempre va a depender de las medidas que se adopten. Está claro que los efectos en la temperatura van a estar presentes aunque se tomen medidas drásticas mañana mismo, aunque la horquilla variaría si no se hace nada. A finales de este siglo la temperatura puede variar de 3 a 6 grados más que en la época preindustrial si se toman o no medidas.
-Eso es algo muy serio.
-Efectivamente. Eso afecta a cualquier sistema en la vida. No es lo mismo que tengamos una temperatura media de máximas de 30 grados que de 33. La temperatura del mar sube. Esto influye en la subida del nivel del mar. Y la tendencia será negativa en las precipitaciones. En una zona como el sur de España, donde habrá más temperaturas y menos precipitaciones, la aridez será mayor y el sur de España cada vez se parecerá más en el futuro a lo que es ahora el norte de África.
-Sin ser alarmistas, de mantenerse esta tendencia, podremos tener un territorio más desértico.
-Efectivamente.
-Pero ¿qué cosas detectan que ya son realidad?
-Uno de los principales datos es que cada año se tienen registros récord de temperaturas, tanto de medias como de datos puntuales de máximas más altas o mínimas más altas. Eso es continuo. Los máximos abundan mucho más que los mínimos.
-¿Datos que tenga en la cabeza que le llamen la atención?
-El pasado mes de noviembre ha sido el más cálido desde que se tienen datos. Estamos hablando desde 1942 en la estación del aeropuerto de Málaga y datos en rejilla para el conjunto de la provincia desde 1960.
Y este año 2022, como dato más general, muy probablemente sea el más cálido de la provincia por el comportamiento que venimos observando. Tenemos que esperar al balance a final de año pero todo apunta que si no es el más cálido será de los más cálidos. Y es muy destacable que en este siglo XXI casi todos los años están entre los más cálidos desde mitad del siglo pasado. eso muestra una tendencia al alza.
"Este año 2022, muy probablemente sea el más cálido de la provincia; es muy destacable que en este siglo XXI casi todos los años están entre los más cálidos desde mitad del siglo pasado"
-¿Cree que la gente es consciente de esto?
-Sí, pero cuesta mucho que todo el mundo colabore en su medida a paliar los efectos de emisión de gases.
-Nosotros tenemos la oportunidad de medir cuánta gente lee determinadas informaciones y observamos que la información del tiempo interesa mucho a los vecinos. Pero ¿cree que la opinión de los meteorólogos es tomada en consideración por las administraciones a la hora de adoptar determinadas medidas?
-Creo que sí, lo que ocurre es que hay que tener en cuenta otros muchos factores que a lo mejor obligan a no tomar las medidas que se debieran basadas únicamente en lo que se ve en la atmósfera.
-Hablábamos antes de la proyección a futuro. Aumenta la temperatura y sube el nivel del mar. En una provincia costera como la nuestra lo razonable sería impedir el máximo número de construcciones cerca del mar…
-Eso escapa a nuestra responsabilidad, pero efectivamente todo lo que se construya cerca de la costa tendrá problemas. No se sabe dentro de cuántos años, pero habrá problemas.
-Desde hace años se habla de la construcción de una torre en los terrenos ganados al mar, en el puerto de la ciudad. Desde su punto de vista de experto, eso es razonable?
-Se me escapa, porque depende de cómo se construya. Pero hay que tener siempre en cuenta los efectos de la subida del nivel del mar. Las que sí van a tener más problemas son zonas muy bajas, como islas del Pacífico, que pueden desaparecer. Hacer un edificio no sé hasta qué punto, se puede hacer con ciertas garantías pero sabiendo que el nivel del mar va a subir.
-En todo el tiempo que lleva como profesional de la materia, ¿qué episodio meteorológico le ha impactado más?
-Recuerdo dos. Uno, en Marbella, en 2007, con una granizada tremenda, por una supercélula. ese mismo día hubo una precipitación torrencial por Nerja. Y el tornado de Málaga del 1 de febrero de 2009. Es de los pocos tornados que han pasado por medio de una gran ciudad.
-Hace poco tuvimos conocimiento de un mini tornado en Marbella. Pero nada que ver con el de Málaga.
-Claro. El de Marbella pudo ser una tromba marina y posiblemente fuesen dos. Una que afectó al casco urbano y otra que entró desde el mar más hacia el este. Eran de la escala más pequeña dentro de la Escala de Fujita. El de Málaga fue un F2; el de Marbella un F0. El de Málaga fue un señor tornado para lo que se espera en España. La escala puede llegar a un F5.
-¿Cómo afecta todo esto a la lluvia?
-Hemos tenido un año muy raro por diferentes patrones atmosféricos y por dos hechos puntuales. Marzo fue extraordinariamente lluvioso, en el aeropuerto recogieron como cuatro meses más de lo habitual, pero el resto de los meses han sido muy deficitarios. Hasta diciembre, que está siendo más lluvioso de lo normal. Otro episodio muy raro fue el de la calima tan espectacular en Málaga. La intensidad fue imprevisible.
-¿Lo de la falta de lluvias es para asustarse?
-Estamos dentro de un clima mediterráneo con mucha variabilidad anual. Estamos en un periodo claramente seco desde hace varios años, especialmente los dos últimos; vamos a esperar si en el invierno meteorológico se desencadenan varias situaciones que vengan a paliar la sequía.
"El tornado de Málaga de 2009 es de los pocos que han pasado por medio de una gran ciudad; fue un señor tornado para lo que se espera en España"
-En la idea de todos está eso de que tras unos años de sequía vienen trombas de agua. ¿Esa es la secuencia?
-Es precisamente una de las conclusiones cuando se miran los modelos climáticos. En el sur de España cada vez va a llover menos en cantidad anual, va a llover menos días, pero los días que llueva puede haber episodios de torrencialidad. Eso es lo que sale en los modelos.
Otra de las consecuencias que se ve es que habrá más olas de calor, más intensas. Y el verano lo consideramos el periodo entre que aparecen los 30 grados de máxima hasta que desaparecen, se va a ampliar. Ahora tenemos como diez días más de verano de lo que era habitual. Vemos que se inicia antes del verano y termina más tarde y es una tendencia que se verá agravada en el tiempo.
-Es usted jefe del Centro de Meteorología en una provincia como Málaga, donde la Semana Santa es casi sagrada. ¿Hasta qué puto llega la presión de tener que acercar para que las cofradías estén más o menos tranquilas?
-La verdad es que la presión es grande, no sólo en Málaga, porque aquí hacemos la predicción en Semana Santa de toda la parte oriental. Y la presión que se siente es importante. No es solo acertar si va a llover o no, sino cuándo va a empezar, cuándo va a dejar de llover, y si va a llover cuánto. Eso es poner al límite la ciencia.
-Su teléfono lo tendrán todos los hermanos mayores.
-Tenemos montado un dispositivo, los compañeros son los que reciben un montón de llamadas.
-Este año ha habido mucha incertidumbre.
-Hay dos días tranquilos. Aquellos en los que se sabe que va a llover mucho y aquellos que están despejados. En los que hay incertidumbre, es complicado.
-¿Cómo se le explica a un hermano mayor que no tienen la varita mágica para que una nube se quite?
-En general lo entiende. Si tuviésemos la posibilidad de cambiar el tiempo tendríamos un problema añadido muy grave. Pero transmitimos la incertidumbre que hay en la predicción. Lo más difícil es predecir a muy largo plazo y a muy corto plazo. Nosotros no recomendamos ni que salga ni que no salgan, solo intentamos hacer un pronóstico lo más acertado.
-¿Algún hermano mayor le ha preguntado ¿Jesús, tú qué harías?
-Eso lo suelen hacer. Nosotros solo manifestamos la probabilidad de que vaya a llover, cuánto y en qué periodo.
-Lleva usted en Málaga desde 2006. ¿Qué recuerda de aquella Málaga y su contraste con la actual?
-La mejoría de la ciudad ha sido muy importante en muchos aspectos.
-Cuando usted viene el AVE no había llegado, la ampliación del aeropuerto estaba el proceso…
-Me impresionó por ejemplo al principio que el clima, aún siendo parecido al de Valencia, era mejor, porque había menos humedad en invierno y en verano. En cuanto a las infraestructuras, había cosas mejorables, como la estación de trenes. Igual que toda la zona del muelle 1 y 2. La transformación ha sido increíble. Y ahora todas las oportunidades de que las empresas se queden en Málaga
-¿Algún rincón favorito?
-Me gusta mucho el entorno de la Catedral y el Muelle Uno.
-¿Y esa asignatura pendiente?
-La zona de Muelle Heredia es muy mejorable; habría que potenciar la zona del paseo de poniente. Y Los Asperones. A eso hay que darle una solución, no puede haber gente viviendo en unas condiciones infrahumanas.