El Teléfono de la Esperanza es una línea a la que llamar cuando faltan fuerzas para seguir hacia delante en cualquier circunstancia. La llamada es totalmente anónima y es atendida por orientadores que no te juzgan ni te conocen. Simplemente, están formados en la escucha activa y te ofrecen escenarios diferentes para que las tengas en cuenta antes de tomar cualquier decisión.
La realidad es que un gran porcentaje de las llamadas que recibe este teléfono en Málaga son peticiones de ayuda vinculadas al suicidio. Entre el 1 de enero y el 23 de diciembre de este año, la plataforma atendió 19.803 llamadas de las cuales 924 estuvieron relacionadas con la temática suicida (726 por ideaciones, 163 en situaciones de crisis y 35 actos en curso). Esta cifra triplica a la de 2020, cuando se recibieron 310 llamadas. En 2021, 546 en total.
Sobre este incremento, el presidente de El Teléfono de la Esperanza, Juan Sánchez, cree que se deben hacer dos lecturas. La positiva es que ese incremento de llamadas deriva de que los medios de comunicación, ONGs y asociaciones hacen cada vez un trabajo mejor en cuanto a prevención. "Antes era todo un tabú, hasta prohibían los suicidios en los libros de estilo. La atención desde los medios de comunicación a los suicidios, la forma de tratar la información, ha hecho que tengamos muchas más llamadas", explica.
Pero también deja entrever cómo las situaciones de crisis se han hecho aún más notables desde el inicio de la pandemia, a lo que hay que sumar, en sus propias palabras, que "durante la pandemia las personas son problemas de salud mental no han sido atendidas con la misma frecuencia ni debidamente".
El Chat de la Esperanza, un programa piloto que comenzó a funcionar en marzo de este año solo en Málaga junto a la ayuda de El Pimpi y La Caixa, se han hecho 3.660 atenciones, desbordándose, según sus creadores, la previsión inicial de dar respuesta solo a los más jóvenes, no acostumbrados a llamar y sí a whatsappear. Un 21% de los atendidos tenían menos de 18 años, el 26% entre 19 y 25, un 25% de 26 a 45 años y el resto más de 45.
Para ir al dato concreto, los voluntarios del programa innovador 'El Chat de la Esperanza', dirigido a jóvenes y adolescentes, dieron respuesta a 403 peticiones de ayuda por temática suicida (382 en mensajes a través de la app y 21 presencialmente). Los que atienden los mensajes son también jóvenes que reciben una formación muy específica sobre lo que deben decir y cómo gestionar las llamadas. "Buscamos voluntarios y voluntarias para el chat. Es bueno que sean jóvenes, porque al final se entienden mucho mejor en la manera de expresarse", cuenta Sánchez a este periódico.
Ya son 200 voluntarios dentro de los ámbitos de Orientación Telefónica, Consultas profesionales (psicólogos, abogados y trabajadores sociales), Administración, coordinadores de cursos y talleres y equipos en los programas 'El Chat de la Esperanza', 'Brújula de la Esperanza' (mayores) y 'Entre Amigos'. "Todo el que quiera ayudar, puede encontrar información en nuestra web y solicitar una entrevista. Nosotros nos pondremos en contacto con ellos", explica el presidente del Teléfono de la Esperanza.
Así, desde la plataforma, aseguran que les llegan mensajes desde una gran cantidad de países de todo el mundo, pero la mayoría de los que contactan con ellos son pacientes derivados de los medicos de atención primaria u otras asociaciones malagueñas. "Las solicitudes de apoyo a través del chat están relacionadas no solo con el suicidio, si no también con situaciones de soledad e incomunicación, bullying, falta de sentido vital y otros problemas de salud mental", explican desde la asociación.
Cada vez se habla más de la salud mental y el suicidio. Lejos de hacer de ambas palabras temas tabúes, las asociaciones piden que se conciencie a la población del avance de esta problemática que hay que analizar en profundidad para tratar causas y factores que puedan estar influyendo en nuestra sociedad. Un suicidio, en gran parte de las ocasiones, siempre se puede prevenir a través de la información y la sensibilización de toda la población al respecto.
Hace unos días conocíamos los datos de fallecimientos en Málaga en 2021 en el Instituto Nacional de Estadística. El año pasado se registraron 187 suicidios en la provincia, frente a los 163 de 2020. Para ser aún más conscientes de lo que supone este dato, los suicidios en Málaga cuadriplicaron las muertes por accidentes de tráfico durante el año pasado, pese a que tengamos más conciencia de las segundas. Se tratan ya de la primera causa de muerte no natural en Málaga -hasta 2008 eran los accidentes de tráfico-.
Desde el Teléfono de la Esperanza se lleva a cabo un programa transversal de prevención de suicidio, que aborda tanto las crisis de suicidio con las personas afectadas y sus familiares, como la sensibilización y el trabajo en red con otras instituciones. Es por ello por lo que se ha unido, junto a otras entidades, a la Plataforma Hagamos Un Plan, con el fin de impulsar en las instituciones públicas ese tan necesario Plan Nacional de Prevención del Suicidio.
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