Es una tragedia que no cesa. Desde los 63 malagueños que se quitaron la vida en 1980, el primer año en el que se tienen registros, hasta las 163 de la provincia que murieron por esta causa en 2020, la última cifra disponible, el suicidio se mantiene desde hace cuatro décadas como un grave problema de salud pública que no aminora la marcha.
Es, desde el año 2008, la primera causa de muerte externa en España, donde diez personas mueren al día por esta causa. Actualmente, los datos de fallecimientos por suicidio duplican e incluso triplican los de accidentes de tráfico. En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, EL ESPAÑOL de Málaga se suma a los esfuerzos internacionales en la lucha contra un drama en el que —al igual que se hizo con la seguridad vial para evitar esos fallecimientos en las carreteras— la prevención puede salvar vidas.
En la provincia, la tendencia es continua. De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, la proporción de malagueños que termina con su existencia se mantiene desde hace cuatro décadas en torno a las 10 personas al año por cada 100.000 habitantes. Hay variaciones de unos dos puntos y medio, como los 12,4 de 1989 o los 7,3 de 2019, pero —como se puede observar en el gráfico— la línea es más estable. La estadística esconde una terrible realidad: la cifra no parece estar en disposición de bajar por el momento y parece haberse asumido, ya sea como tabú, ya sea como algo normalizado. Los protocolos de prevención señalan que no debería ser ninguna de las dos cosas: ni algo de lo que no se debe hablar, ni algo que dar por normal.
Se puede observar un constante crecimiento en la cifra absoluta de este tipo de muertes, que han ido creciendo —al mismo tiempo que la población de la provincia— desde las cifras inferiores al centenar en algunas referencias de los años 80 y 90 hasta los 163 de 2021, con picos como los 179 fallecidos de 2013.
No obstante, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el número de suicidios es a menudo subestimado. El porcentaje de suicidios que se hacen pasar por accidentes o muerte por causas indeterminadas pueden estar en torno al 20 o 25%, de acuerdo con los cálculos de algunos profesionales. En este caso, además, las cifras del INE son menores que las de la Administración de Justicia, que reconoce hasta 194 muertes por esta razón en Málaga en 2021. Además, por cada suicidio consumado hay varias tentativas, por lo que el total de personas que en situación de riesgo se multiplica, y cada muerte trastoca íntimamente al menos a otras seis personas, de acuerdo con las advertencias de la OMS. Se trata de una problemática que incumbe a un importante porcentaje de población.
El origen de estas muertes es complejo. El suicidio es un fenómeno multifactorial, es decir, no es fruto de un factor único o un acontecimiento. No se puede explicar de forma simplista con una sucesión causa-efecto, ni como una respuesta comprensible ante cambios sociales, culturales o la desvalorización.
¿Significa esto que sea una problemática inafrontable? No. Administraciones como la japonesa han señalado en el pasado el suicidio como un enemigo nacional al que afrontar con todos los medios públicos posibles, con éxito en la reducción de casos en unos de los países en los que este tipo de muerte estaba más extendida.
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La prevención es clave. Los expertos subrayan la importancia de tener referencias de historias y personas que han afrontado positivamente circunstancias adversas, de prestar atención a las peticiones de ayuda de las personas a tu alrededor y de estar familiarizado con los mecanismos de protección para situaciones de peligro.
En España, desde mayo de este año, el 024 es el número de teléfono gratuito que sirve de ayuda para las personas con riesgo de conducta suicida. Es una línea gestionada por Cruz Roja nacional, anónima, confidencial, accesible y permanente: funciona las 24 horas del día.
Día Mundial para la Prevención del Suicidio
El Teléfono de la Esperanza ha lanzado la campaña 'Hagamos un Plan' para pedir un Plan Nacional con motivo del Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Según explican en una nota, han aumentado las peticiones de ayuda y por fin se está empezando a romper el tabú en torno a esta tragedia. El Chat de la Esperanza, implantado por ahora solo en Málaga, ha recibido 1619 peticiones de ayuda de jóvenes y adolescentes a través de Whatsapp entre marzo y septiembre.
Por su parte, la Universidad de Málaga ha programado a lo largo del mes de octubre diversas Jornadas de Sensibilización sobre el suicidio dirigidas a los miembros de la comunidad universitaria y que tendrán lugar presencialmente en todas las facultades de la Universidad de Málaga, han subrayado en un comunicado.