La inauguración del Palmeral de las sorpresas y Muelle Uno, hace algo más de una década, supuso una de las mayores transformaciones del espacio urbano de Málaga. La apertura de este paseo portuario permitió el redescubrimiento de un nuevo entorno que poco a poco ha ido integrándose con la actividad del Centro. Ahora, este enclave está a las puertas de vivir una nueva revolución, gracias a la llegada de dos puntos culinarios.
El restaurante de Antonio Banderas, del grupo Tercer Acto, en el club Mediterráneo, y Trocadero Casa de Botes pueden convertir el eje con el paseo marítimo en la nueva Milla de Oro. El avance de ambos proyectos es latente; todas las miradas están puestas en la primavera de este 2023, cuando previsiblemente comiencen a dar servicio al público.
¿En qué fase se encuentran ambas iniciativas? Con respecto al establecimiento del actor malagueño, las últimas informaciones publicadas por EL ESPAÑOL de Málaga fijan para después de Semana Santa la apertura. En el caso de Trocadero, será previsiblemente en mayo.
Las obras del club, que comenzaron hace dos meses, contemplan la ejecución de una pérgola, recondicionando el espacio con el sello que caracteriza a esta compañía. Acabados cuidados y aires "cosmopolitas" que pueden recordar" a los ambientes de las capitales europeas: "Ofertamos cosas que no estamos acostumbrados a ver", comentaba a este periódico Pablo González, responsable del grupo, hace unas semanas.
En cuanto a la carta, la apuesta por la coctelería y las similitudes con Doña Inés (algo más tradicional frente a las propuestas vanguardistas e internacionales que caracterizan a Tercer Acto) marcan la línea a seguir.
160 millones
Hace algo más de tres años, la Autoridad Portuaria sacó a concurso los derechos de explotación de la antigua casa de Botes, construido a principio de la década de los 50. En este proceso, en el que también participó el actor Antonio Banderas (aunque se acabó retirando), Grupo Trocadero se hizo con el contrato por un periodo de 25 años.
Los números manejados por la compañía hablan de 165 millones de euros durante las dos décadas y media. Aunque no serán los ingresos netos; en la parte de gastos habrá que tener en cuenta factores como el canon al Puerto o la propia tasa de actividad.
[En las tripas de la antigua Casa de Botes de Málaga]
Estos elementos sumarían más de 140 millones de euros, por lo que el resultado a fin del ejercicio rondaría los 16,5 millones (siempre y cuando las previsiones de recuperación de inversión se cumplan desde el principio).
Otros datos a tener en cuenta: el ticket medio de los clientes será de unos 52 euros por el día, aumentando a los 58 euros por las noches. En el caso de los eventos, el cubierto medio sube a unos 60 euros. La ocupación, además, rozará las 300 personas más otras 100 en terraza.
Proyecto transformador
La antigua Casa de Botes tiene una superficie construida de 1.078 metros cuadrados, distribuidos en planta baja (unos 735 metros) y primera planta (343 metros). La intervención se ha centrado tanto en la estructura como en la fachada y ha tenido que hacer frente a las patología generadas por su cercanía con el mar.
Más allá de las labores de construcción, hay que señalar el proceso de integración con el entorno al que se ha sometido el inmueble. Este hecho se hace especialmente visible en la creación de una plaza-mirador que pondrá fin a un paseo peatonal que tendrá su inicio en la entrada principal del puerto.
[Muelle Uno retoma el plan para alargar la explotación del centro comercial del puerto de Málaga]
De esta forma, esta nueva Milla de oro no solo tendría fuerza por su propuesta gastronómica, sino que el acondicionamiento urbano también contribuiría a la consolidación de un espacio en el que han puesto la mirada empresas como Google.
Otro ejemplo que apunta el interés existente por este lugar es la reactivación del plan de prórroga que Muelle Uno, la sociedad responsable del centro comercial del puerto, puso en marcha en mayo de 2022. Sin embargo, desde que abrió a finales de 2011, los documentos contables avalan la existencia de un solo ejercicio en el que los valores son positivos. Eso ocurrió en 2019, cuando la diferencia entre los gastos, 7.671.000 euros, y los ingresos, 8.635.000 euros, fue favorable.
Turismo de yates y la torre
Además del área comercial y cultural (con el museo Pompidou como elemento más destacable), el otro elemento que avala este cambio es la marina de megayates. Según el estudio de la concesionaria, la actividad económica se cifra en unos 100 millones de euros anuales.
Este proyecto vio la luz a medios del año pasado, no sin polémica por la colocación de una valla que impedía la visión del mar, y que hubo de ser corregida. Incluso llegó a intervenir el alcalde, calificándola de inapropiada. Queda por ver si este paseo en evolución culmina con la panorámica del paisaje despejada o con la torre Qatarí finalmente instalada en el dique de Levante.
De materializarse, el polémico inmueble también formaría parte de la oferta gastronómica: el Mirador con el Restaurante VIP/ Snack-Bar/ Cafetería, que se sitúan en la última planta con vistas panorámicas.