A las puertas de la campaña electoral, las viviendas turísticas se han convertido en uno de los principales tema de debate en el seno del posicionamiento político. Hace unos días, el candidato de Adelante Andalucía en la capital propuso sellar con pegamento los cajetines que sirven para guardan las llaves de estos alojamientos. Hoy, es el Ayuntamiento de Málaga el que da un paso al frente y anuncia la retirada de estos candados que se encuentren en la vía pública.

Según argumentan desde el Consistorio municipal, esta decisión se debe al uso indebido del espacio público y del mobiliario urbano al colocar estas estructuras en la calle. De esta forma, tanto la policía local como los inspectores del área competente realizarán a partir de la próxima semana diversas batidas y procederán a levantar acta de denuncia y a la retirada de los mismos, que se llevará a cabo en coordinación con los Servicios Operativos.

No es difícil pasear por los barrios de la ciudad y encontrarse con algunas de estas piezas insertadas en la pared, sobresaliendo en muchas ocasiones al lugar circunscrito para ello: la propiedad privada del inmueble. Lagunillas, la Trinidad o el propio casco antiguo son algunos de los más concurridos, pudiéndose ver incluso en una de las fachadas del histórico San Julián.

Los candados para viviendas turísticas comenzaron a verse a comienzos de 2019 en Madrid. La comodidad que supone para el propietario (tan solo tiene que dejar la lleva en su interior para que haga uso de ella el inquilino que llegue, sin necesidad de encontrarse con él) ha propiciado su proliferación en todas las ciudades de España.

Sin embargo, lo que resulta una facilidad para unos, puede ser un problema para otros. Así, la crítica realizada por muchos vecinos reside en el descontrol que supone no saber quién entra y quién sale del portal, pudiéndose generar una situación de inseguridad y molestia por el continuo tránsito de personas.