La Eco Reserva de Ojén, con casi 82 hectáreas de superficie, fue durante años un punto de referencia de cientos de familias, atraídas por la aventura que conlleva perderse en un bosque de alcornoques y dar de comer a los animales.
El idilio con el espacio natural, afectado temporalmente por la pandemia de la Covid, quedó roto en febrero de 2022, cuando la Junta de Andalucía, la misma administración que otorgó la concesión del suelo a Antonio Calvo en mayo de 2016, tomó la drástica determinación de cerrar al público el recinto.
La decisión causó gran sorpresa a muchos de los que durante la etapa de funcionamiento acudieron a sus instalaciones. Más de un año después, la Consejería de Sostenibilidad no sólo no ha dado marcha atrás, sino que ha endurecido su postura al resolver la caducidad de la concesión original.
Según ha confirmado el delegado del departamento en la provincia de Málaga, José Antonio Víquez, son dos ya las ocasiones en las que se ha comunicado a Calvo la citada medida. La primera, el pasado mes de febrero, recibiendo alegaciones por parte del afectado. La segunda y, por el momento última, a finales del pasado abril.
Pese a estos apercibimientos, Calvo mantiene su renuencia a abandonar el espacio, según confirma Víquez y expresa el propio afectado en varias redes sociales. "No queremos provocar una situación de tensión innecesaria; no vamos a ir con antidisturbios, pero sí que haga caso a los apercibimientos que se le dan", comenta el delegado a EL ESPAÑOL de Málaga.
En su disertación, llega a admitir que en el supuesto de que se mantenga la negativa a aceptar el planteamiento de la Junta no quedará otro camino que activar un expediente de desahucio y ejecución subsidiaria.
Argumentos de peso para la Junta
Este es el punto actual de un conflicto con varios años de historia. La Junta argumenta que la drástica medida de cierre y caducidad de la concesión ha estado precedida por la negativa del concesionario a acatar las medidas planteadas.
¿Pero cuáles son las razones de la Junta? Desde Sostenibilidad relacionan una serie de preceptos de la autorización ambiental unificada otorgada en su día que han sido ignorados "de forma sistemática".
A modo de ejemplo, hablan de que la concesión carece de autorización ambiental para la generación de residuos; se ha constatado la existencia de productos cuyos envases son peligrosos y que no pueden ser gestionados de manera adecuada; la labor de mantenimiento de la maquinaria se hacía en la zona, sin disponer de lugar especialmente habilitado para ello…
A estos primeros argumentos añaden la ejecución "sin solicitud ni autorización" de infraestructuras, obras de equipamiento, modificación del monte público, la construcción de escollera, la colocación de depósitos portátiles y tuberías en superficie…
Pero la gravedad de los incumplimientos es mayor si se tiene en cuenta que la Eco Reserva carece de licencia de apertura por parte del Ayuntamiento de Ojén desde su puesta en funcionamiento. "¿Por qué no actuamos antes? Porque llegó la Covid y porque antes, en 2019, cuando entramos, hicimos infinidad de inspecciones; este señor se llegó a negar a permitir el acceso a los técnicos de medio ambiente", denuncia.
La Junta menciona también la ausencia de un plan de autoprotección por parte del Ayuntamiento de la localidad; no se aprecia en la reserva el mantenimiento de las áreas perimetrales de cortafuegos de 15 metros de anchura, a lo que se suma la ejecución de equipamientos e infraestructuras no acordes con el paisaje.
Tampoco contaba con personas cuidadoras contratadas ni había una adecuada separación física entre los animales silvestres y las personas que acudían al recinto. "Nos preocupaba mucho la seguridad; hay que tener en cuenta, por ejemplo, que un niño podía acercarse a un ciervo con una gran cornamenta en época de berrea", explicaban. Respecto a los animales, Víquez habla de que son ejemplares "improntados"; es decir, que no tienen capacidad de sobrevivir si no se les soporta el soporte alimenticio.
En caso de que el actual proceso de caducidad de la concesión finalice conforme a lo planteado por la Junta, el siguiente paso sería otorgar la concesión a otra empresa mediante un procedimiento abierto. Y en ese intervalo, los animales presentes en la eco reserva pasaría a estar a cargo de la Delegación de Sostenibilidad.
Respuesta del concesionario
Desde la Eco Reserva de Ojén, por medio de una publicación en Instagram, se confirma la recepción el pasado 3 de mayo de una nueva notificación de desalojo y desahucio de los animales en un plazo "improrrogable" de 10 días.
En el escrito, según dice, se advierte de que en caso de que no se actúe conforme a lo solicitado, la Junta "se hará cargo de desmantelamiento de las instalaciones y el traslado de los animales improntados, con cargo a los cuidadores, así como iniciar expediente de desahucio administrativo".
Los responsables del recinto mencionan una reciente visita de agentes de Medio Ambiente en la que corroboraron que los animales están "en perfecto estado sanitario y alimentario". Y consideran que el último apercibimiento "no respeta el plazo de respuesta del recurso de alzada presentado ni las apelaciones presentadas al Defensor del Pueblo Andaluz, por lo que incluso vulnera el Derecho a la presunción de inocencia como reconoce nuestra Constitución".
"Nos indigna la insensibilidad de Medio Ambiente sobre los animales que ante la llegada de la época de sequía extrema y falta de alimentos, necesitan más cuidados y comida para evitar la hambruna y mortandad", agregan en la publicación, en la que piden "a la sociedad no permita este injusto abuso".