El Gobierno ha incluido la construcción de una desalinizadora en la provincia de Málaga en su plan para hacer frente a la sequía. El proyecto, junto con otro impulsado en el poniente almeriense, supondrá una inversión de unos 200 millones de euros y se ubicará en la Axarquía. 

Esta nueva infraestructura forma parte de las medidas para afrontar la sequía en España y aumentar la disponibilidad de recursos hídricos a las que el Consejo de Ministros ha dado su visto bueno este jueves.

El real decreto ley aprobado recoge, entre otras cosas, acciones para elevar al 20% el uso de agua reutilizada en poblaciones y la ejecución de obras hidráulicas en Cataluña, Andalucía y Levante "que corresponden a otras administraciones autonómicas y que no se han llevado a la práctica y para las que las administraciones autonómicas en territorios especialmente afectados por la sequía nos han pedido ayuda", ha subrayado la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

En este grupo se enmarcaría la infraestructura proyectada en Málaga, que sería declarada de interés general. Según la ministra, estará operativa para este verano pero el objetivo es ir "más allá de la lectura que podamos hacer de las competencias del Estado y de las comunidades autónomas" porque los episodios de sequía "serán cada vez más intensos y graves debido al cambio climático" 

APOYO A LOS REGANTES

Entre otras medidas anunciadas por el Ejecutivo están, además, aplicar una exención al canon de regulación y a la tarifa de utilización del agua para los regantes. Esta será del 50% si el descenso de la dotación es del 40% al 60%, y del 100% si supera ese 60%.

Igualmente, el Ejecutivo ha aprobado un cambio en la Ley de Aguas para impulsar la reutilización de las aguas urbanas para que estas pasen del 10 al 20% del volumen de recursos hídricos destinados al abastecimiento de poblaciones. Así, el objetivo es pasar de los actuales 400 Hm3 anuales a cerca de 1.000 Hm3 anuales en 2027, lo que implicará un incremento del 150%.

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