La determinación expresa de la Junta de Andalucía para cerrar la Eco Reserva de Ojén, un espacio de casi 82 hectáreas de superficie que fue durante años un enclave natural de referencia, ha puesto en pie a cientos de ciudadanos que rechazan el desalojo de los animales del espacio.
Medio centenar de personas se han concentrado este martes ante la Delegación Territorial de la Consejería de Sostenibilidad en Málaga para pedir, con el respaldo de 68.000 firmas, que se suspenda la orden.
En mayo de 2016, la Junta de Andalucía otorgó la concesión del suelo a Antonio Calvo y, seis años después, en febrero de 2022, la misma administración decidió cerrar al público el recinto. A pasado más de un año desde entonces y la Consejería de Sostenibilidad insiste en su postura al resolver la caducidad de la concesión original.
Según confirmaba a este medio hace unas semanas el delegado del departamento en la provincia de Málaga, José Antonio Víquez, son dos ya las ocasiones en las que se ha comunicado a Calvo la citada medida, pero este se niega a abandonar el espacio. Ante esta coyuntura, la Administración está dispuesta a activar un expediente de desahucio y ejecución subsidiaria.
Los asistentes a la protesta de este martes han desplegado pancartas en las que se podía leer "No al cierre de Eco Reserva Ojén. No al desalojo de animales" o "Unidos contra el maltrato animal" y han coreado lemas como "Menos caza, más ecología" para reclamar diálogo a la Junta que mantenga abierta la reserva y anule la multa de 65.200 euros a los cuidadores.
En declaraciones a los periodistas, el responsable de la Eco Reserva ha señalado que tuvieron la "valentía" de declarar a través de la Consejería de Medio Ambiente una reserva de caza como reserva ecológica, un espacio reconocido para la conservación de la naturaleza y la educación ambiental, pero "la Junta ha cambiado de gobierno y ahora considera que la reserva debe desmontar todas las instalaciones".
Al no haber contado con financiación externa, la construcción de las instalaciones "va lenta, pero no son faltas graves para decidir que se cierre definitivamente este proyecto", sino "faltas leves o inexistentes", ha sostenido. Calvo ha explicado que, dado que la Eco Reserva de Ojén permanece cerrada al público desde febrero de 2022, los cuidadores han alimentado a la fauna sin ingresos y se prohibió la entrada de los voluntarios que ayudan en mantenimiento.
Ha culpado a la Junta de haber "ahogado" a la reserva lentamente al haberle impedido las vías de ingresos y se ha quejado de las medidas de seguridad pública que les han aplicado: "No somos terroristas. Más riesgo hay en una corrida de toros o en unas fiestas en un pueblo", ha aseverado. Asimismo, ha subrayado que han realizado en este espacio cortafuegos, casetas de veterinaria, almacén de alimentos, que favorecen el bienestar de los animales, cuando "la Junta tenía los animales abandonados".