Málaga

Se acerca el verano y hay un nerviosismo especial, especialmente entre los niños, en las comunidades de vecinos que tienen una piscina comunitaria en su urbanización. También entre los administradores de esas fincas, porque este año es todo más caro y hay que hacer malabares para intentar que cuadren los números y evitar las derramas que nadie quiere. 

"El gasto solo de productos va a aumentar un 25% por la inflación y a eso hay que añadirle el incremento de salario, por ejemplo, al socorrista por lo que abrir la piscina comunitaria va costar este año entre un 10 y un 15% más", explica a EL ESPAÑOL de Málaga Roberto Díaz, vocal del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga. 

En la provincia de Málaga hay unas 7.000 piscinas y el precio de ponerla en servicio depende de su tamaño y de si debe incluir o no un socorrista. Díaz detalla que el año pasado se pagaban en torno a 10,5 euros por hora por el servicio de socorrista, que normalmente presta una empresa subcontratada, y este verano se va a 11,5 euros. 

Abrir una piscina pequeña sin socorrista puede salirle a la comunidad por entre 700 y 1.000 euros al mes, mientras que en urbanizaciones con instalaciones más grandes puede llegar a los 2.000 euros mensuales e incluso superar ese coste. 

"Este año ha subido todo, la luz, el mantenimiento, la limpieza... Estamos buscando fórmulas para abaratar el coste a las comunidades pero es complicado", afirma Mercedes González, vicepresidenta tercera del colegio malagueño. 

Hay comunidades de vecinos que tenían un remanente de tesorería y ya se lo han gastado. En otras que van más justas va a tocar derrama para abrir la piscina o para mantener el resto de servicios porque, aunque se contempla un presupuesto anual, cada vez es más difícil cumplirlo por el incremento de todo tipo de costes. 

Una piscina es un coladero continuo de dinero. "El consumo eléctrico es horrible", dice González, porque la normativa obliga a que tenga que haber un filtrado continuo del agua durante todo el horario del baño e incluso otro de noche en las horas previas a la apertura. 

Por otra parte, la ley también obliga a cambiar todos los días un 5% del agua, con el coste que ello supone. Y hay que añadirle los productos de mantenimiento y el servicio de socorrista y control de aforo en caso de necesitarlo. 

Los trucos para gastar menos

¿Qué se puede hacer para gastar menos dinero? Pues tirar de ingenio y mirar los euros con lupa. Una de las medidas más curiosas que están aplicando algunas comunidades de vecinos es reducir el tamaño de la piscina. La normativa exige tener un socorrista si la lámina de agua de la piscina alcanza o supera los 200 metros cuadrados. Ahí se incluye todo, es decir, si hay una piscina grande y otra pequeña aparte para niños se suman, pese a que algunas comunidades intentan hacer oídos sordos y dar solo los datos de la grande. 

En este sentido, hay urbanizaciones que están quitando superficie de piscina para no tener que pagar a un socorrista, sin valorar lógicamente la posibilidad de que ese profesional pueda salvarle la vida a algún bañista en caso de necesidad. 

Otra medida es retrasar lo máximo posible la fecha de apertura de la piscina. Los administradores de fincas proponen abrirlas en junio y cerrarlas en septiembre. Sin embargo, ya hay numerosas comunidades de vecinos que ya han abierto sus piscinas o que pensaban hacerlo este fin de semana si el tiempo acompaña.

Cerrar la piscina al mediodía, entre las 15:00 y las 17:00 por ejemplo, es otra de las opciones para ahorrar dinero e incluso se apuesta por tener piscinas de sal, que salen un poco más baratas "pero en los meses de julio y agosto, con tantos bañistas, siempre necesitan un apoyo de cloro", indica González.